Nadie teme a los monstruos.

“En realidad, dijo el capitán mirando fijamente al mar gris y embravecido, nadie teme a los monstruos. Cuando ves un monstruo huyes, o luchas, o te quedas quieto, pero no temes. El temor no nos lo inspiran los monstruos. El temor nos lo inspiran las sombras de los monstruos.

Ves una sombra y temes que sea un monstruo. No es nada, así que no puedes luchar contra ello ni huir. No puedes hacer nada. Solo temer”

Novela por escribir. 

Nos pasamos la vida pensando que tememos a las cosas. Pero no es verdad. 

En realidad no sentimos temor cuando nuestra pareja nos abandona.

No sentimos temor cuando nos echan a la calle en un trabajo.

No sentimos temor cuando alguien nos golpea.

El temor lo sentimos antes. El temor lo sentimos cuando miramos las sombras de lo que puede ocurrir proyectándose sobre la pared.  Entonces nos imaginamos lo peor, y sentimos temor.

Recuerdo haber tenido alguna relación y temer durante muchos meses que acabara. Cuando acabó, sin embargo, no sentí ningún temor, solamente alivio, o indiferencia, o dolor. Pero no temor. No puedes temer a algo que ya ha ocurrido.

El temor tiene una cosa muy mala. Es que es muy difícil luchar contra él. ¿Cómo puedes luchar contra un fantasma? Puedes luchar contra un lobo, pero ¿cómo luchar contra la sombra de un lobo?

Quizá la mejor manera de luchar contra una sombra es crear luz. La luz de la seguridad que te haga saber que ocurra lo que ocurra tendrás una respuesta. Que te haga darte cuenta de que todo se puede superar, de que nada es tan terrible como parece.

Mark Twain dijo:

“He pasado por cosas terribles en mi vida, algunas de las cuales realmente ocurrieron”. 

O lo que es lo mismo: Las sombras y los monstruos.