Algunas veces pensamos en una persona optimista como aquella persona que cree que todo es color de rosa. Frente a ellos el realista es quien ve las cosas tal y como son.
Sin embargo en mi opinión eso es totalmente equivocado.
¿Qué es ser optimista?
Para mí hay que distinguir dos parejas de opuestos:
Realista, irrealista.
Realista es la persona que ve las cosas como son. Y las cosas son a veces buenas y a veces malas. O mejor dicho, a veces son como queremos que sean, y a veces son de otra manera diferente.
El irrealista ve las cosas diferentes a como son en realidad. Y las puede ver como totalmente buenas o totalmente malas. Así habría un irrealista positivo y un irrealista negativo. Pero lo importante es que ambos son igualmente incapaces de ver la realidad en sus matices.
Junto a esa oposición realista-irrealista, hay otra distinta.
Optimista y pesimista.
Optimista es quien presta más atención a la parte positiva de la experiencia, y pesimista el que presta más atención a la parte negativa de la experiencia.
Si la persona es absolutamente irrealista, no importa a qué preste atención, porque verá todo del mismo color. Pero en la práctica nadie es 100% irrealista.
La combinación perfecta: Realista optimista.
Obviamente a lo que hemos de tender es a ser realistas en nuestra visión y optimistas en nuestras atención.
Lo ideal es mirar cada situación como un compuesto de cosas que queremos y cosas que no queremos, pero centrarnos en las cosas buenas y no en las malas.
Acostumbrarnos como ejercicio a distinguir la parte clara y la parte oscura de cada situación y sistemáticamente resaltar la clara.
Optimmismo = positivismo realista. Prestar atención y filtrar para obtener lo bueno o lo “deseado”.