“¿Aún menos?” dirá alguno. La realidad es que sí. A pesar de todas nuestras dudas, comidas de coco, y lamentos, somos menos atractivos de lo que creemos
Creemos que somos más atractivos
Nicholas Epley de la Universidad de Chicago y Erin Whitchurch de la Universidad de Virginia han comprobado en una serie de estudios la idealización que tenemos de nuestra propia belleza.
Para comprobarlo tomaron fotografías de los participantes en el experimento, y luego por un método informático produjeron versiones mejoradas y empeoradas de la misma fotografía. Luego les dijeron a los sujetos del experimento que les darían varias fotos entre las cuales estaría la real y algunas con modificaciones sobre la realidad. La mayor parte de las personas escogió como real una foto que en realidad había sido mejorada.
Curiosamente esa “idealización” no se dio cuando se trataba de escoger la foto real de un extraño que habían conocido tres semanas antes en otro estudio. La mayoría escogió la foto real del extraño.
Para no tener que basarse exclusivamente en las manifestaciones de las personas Epley y Whitchurch comprobaron que los sujetos reconocían las fotos con más rapidez, lo que ocurre siempre que un objeto coincide con su representación mental.
Es una aplicación de un fenómeno más general el auto-aumento.
En realidad no debería ser una sorpresa. Porque es algo que no ocurre solo con el atractivo, sino que ocurre con la mayoría de las características. Es lo que se llama Auto-aumento. Las personas hacen una estimación excesivamente favorable de lo bien que hacen la mayor parte de las cosas con relación a los demás. Y también hacen una estimación en exceso favorable de cuál será su comportamiento. Sin embargo con los demás son bastante más exactos en sus estimaciones.
Consecuencias de considerarse más atractivo de lo real.
Quizá el considerarse más atractivo de lo real pueda tener consecuencias favorables. Parece que cuando una persona se siente más atractiva, se comporta de una manera que hace que sea efectivamente más atractiva para los demás. La confianza es positiva para la mayor parte de las actividades de la vida.
Sin embargo también puede tener consecuencias desfavorables. Si una persona se considera muy atractiva, quizá sea demasiado exigente a la hora de encontrar pareja. Es innegable que el atractivo es muy importante para decidir con qué persona queremos estar y con cuál no. Y es más importante aún en sociedades desarrolladas en las que las necesidades básicas están satisfechas. Pero si una persona se considera mucho más atractiva de lo que es, esperará también encontrar una persona muy atractiva, lo que puede dar lugar a bastantes disgustos, y a largo plazo a una sensación de frustración.
Yo creo que lo más adecuado, es ser consciente del nivel real de atractivo, pero considerar que tienes recursos que si utilizas bien pueden hacer que luzcas más de lo que correspondería a ese nivel.
En todo caso conviene tomarse a sí mismo un poco menos en serio, incluso en este tema del atractivo. Recuerdo una vez que estaba comentando con una señora argentina el que no me gustaba como salía en las fotos. Ella, con su acento argentino que tanto nos gusta a los españoles dijo : ” yo veía una foto y no me gustaba. Veía otra foto y tampoco me gustaba. Veía una más y tampoco me gustaba. Al final me dije a mí misma: Boluda, a ver si es que vas a ser así”.
Parece que de tanto chocarnos con la realidad, al final podemos terminar asumiéndola.
Muy divertida la anécdota de la argentina.
jajajajajaja
Creo que a mi me pasa igual que a la argentina!son muy pocas las fotos en las que me reconozco!!XDDD
Si me hizo tanta gracia la anécdota fue porque me pasa igual. Pero me da que la razón la va a tener la argentina jejeje.