¿Y si las pastillas de matrix fueran tres?
Hace poco, un amigo de twitter (@aprenvida) twitteó lo siguiente:
"La libertad de expresión no vale nada sin la libertad de pensamiento" . Grande José Luis Sampedro.
— Juan Núñez (@aprenvida) 30 de abril de 2013
He de confesar que no me gusta lo que implica esa frase o lo que a mí me transmite. La libertad de expresión ha de ser garantizada por el derecho, pero la libertad de pensamiento la has de garantizar tú mismo . El pensamiento no puede ser controlado. Puede haber factores que muevan tu pensamiento hacia un lado o hacia otro, pero tú eres el responsable final de lo que ocurra en él. Si tu pensamiento no es libre, es porque tú has permitido que no lo sea. Has sido libre de permitir la esclavitud de tu pensamiento. Así que le respondí con otro tweet.
@aprenvida Si algo está dentro de nuestra cabeza, puede que no sea nuestra culpa que entre, pero es nuestra responsabilidad sacarlo.
— Ivan Entusiasmado (@Entusiasmadocom) 30 de abril de 2013
Agradezco mucho a Juan el cruce de opiniones, porque me motivó para escribir este post para dar mi visión de las cosas. Y aparte de cuestiones terminológicas en el fondo creo que ambos estamos de acuerdo en que el pensamiento se puede cambiar, como se muestra en su último post sobre el tema: "no sufras inutilmente". Aquí intentaré expresar mi opinión del tema.
El pensamiento es libre:
Es cierto que hay cosas que afectan a tu pensamiento ( y a esas se refería Juan) sin que puedas hacer demasiado para evitar que lo afecten. La educación que has recibido, los valores que te han inculcado, las cosas que las televisiones han metido en tu cabeza. Soy consciente de eso y yo mismo en el post de la rebelión de las mentes libres he hecho referencia a que creo que existe una cierta voluntad en algunos sectores del poder de imponer algunos tipos de pensamientos frente a otros. Así que estoy de acuerdo. Somos víctimas de algunas técnicas que intentan controlar el pensamiento.
Pero esos factores afectan a nuestro pensamiento pero no lo condicionan. Es responsabilidad nuestra el ser capaz de liberar nuestra mente de esas influencias. ¿Vamos a hacer algo para cambiarlo?, ¿vamos a esperar a que las cosas se arreglen solas? ¿o vamos a tomar el toro por los cuernos y plantarle cara a todas esos elementos que nos pretenden condicionar?.
La metáfora perfecta sobre la situación de presión sobre el pensamiento que existe en la actualidad y nuestra posibilidad de rebelarnos es Matrix.

Sea como sea ahora el condicionamiento, en Matrix es mucho peor. Foto: Jamie Zawinski, via Wikimedia Commons
¿Y si las pastillas de Matrix fueran tres?
En Matrix toda la percepción de la realidad está controlada. Todo aparece a tus ojos de la manera que Matrix lo ha dispuesto. Pero incluso en Matrix hay errores. Un pequeño error de Matrix hace que se levante el fantasma de la duda. ¿Será todo lo demás real?. Incluso en Matrix puedes elegir lo que pensar.
Posiblemente la escena más memorable de la trilogía fascinante que es Matrix sea la de las dos pastillas. La pastilla azul y la pastilla roja.
Si no quieres ver el video, esta es la transcripción del diálogo de la última parte.
MORPHEO: ¿Crees en el destino, Neo?
NEO: No.
MORPHEO:-¿Por qué no?
NEO:-No me gusta la idea de no ser yo el que controla mi vida.
MORPHEO:-Sé exactamente a lo que te refieres. Te explicaré por qué estás aquí. Estás aquí porque sabes algo. Aunque lo sabes no lo puedes explicar. Pero lo percibes. Ha sido así durante toda tu vida. Algo no funciona en el mundo. No sabes lo que es, pero ahí está, como un astilla clavada en tu mente, y te está enloqueciendo. Esa sensación te ha traído hasta mí.¿Sabes de lo que te estoy hablando?
NEO:-¿De Matrix?
MORPHEO:-¿Te gustaría realmente saber lo que es? Matrix nos rodea. Está por todas partes, incluso ahora, en esta misma habitación. Puedes verla si miras por la ventana, o al encender la televisión. Puedes sentirla, cuando vas a trabajar. Cuando vas a la iglesia, cuando pagas tus impuestos. Es el mundo que ha sido puesto ante tus ojos para ocultarte la verdad.
NEO:-¿Qué verdad?
MORPHEO:--Que eres un esclavo, Neo. Al igual que los demás, naciste en cautiverio. Naciste en una prisión que no puedes ni saborear, ni oler, ni tocar. Una prisión, para tu mente. Por desgracia no se puede explicar lo que es Matrix. Has de verla con tus propios ojos.Esta es tu última oportunidad. Si decides tomar la píldora azul, fin de la historia. Despertarás en tu cama y creerás lo que quieras creerte. Si tomas la píldora roja, te quedas en el País de las Maravillas y yo te enseñaré hasta donde llega la madriguera de conejos.
Recuerda ... lo único que te ofrezco es la verdad. Nada más.
Ese es el momento decisivo. El momento en el que te das por fin atas cabos y te das cuenta de que existe una brecha, algo que no cuadra.
Pero fíjate que Morfeo solo pone frente a Neo las dudas que Neo ya tenía anteriormente y que le torturaban. Como dice Morpheo Matrix no se puede mostrar, es algo que se ha de ver. Pero el conocer la verdad es una decisión tuya. De nadie más.
En Matrix Morpheo da a Neo dos opciones, la pastilla azul que supone no cuestionarte las cosas, no rescatarte a ti mismo de la mentira, y la pastilla roja que implica ver la realidad en toda su crudeza..
Sin embargo, yo creo que debería haber tres píldoras, que responden a los tres grados de implicación con la realidad: la azul, la verde y la roja.
Pastilla azul: supone escoger la ignorancia, el cerrar los ojos y seguir durmiendo.
Pastilla verde: supone escoger el abrir los ojos y ver el mundo como es. Pero pensando que no puedes hacer nada por cambiarlo.
Pastilla roja: que sería el escoger abrir los ojos, y después de haberlos abierto, aceptar que eso implica que eres responsable de hacer que esa realidad cambie.
Morpheo ofrece dos pastillas. Porque Neo es un héroe, un persona de película que una vez ve la dramática realidad sabe que tiene que cambiarla. Sin embargo nosotros somos seres de carne y hueso, con nuestros temores y miedos, con nuestras comodidades y con tendencia a hacer que toda la responsabilidad recaiga sobre otra persona. Y muchas veces nos conformamos con ver, pero sin hacer nada. Nos limitamos a quejarnos y a ser rebeldes en modo seguro. Nos limitamos a tomar la píldora verde, a ver que existe un enorme condicionamiento y a pensar que no podemos hacer nada.
En el fondo, todo depende de ti. Siempre existe la posibilidad de atreverte a plantar cara. De rebelarte. Incluso cuando ha existido una dictadura, una invasión, siempre ha existido la opción de la rebeldía. No de la rebeldía en modo seguro, no de la rebeldía de boquilla. No del rebelde que espera que alguien venga a sacarle las castañas del fuego, sino de la rebeldía de verdad.
Puedes rebelarte o no rebelarte, puedes tomar la pastilla azul, la pastilla verde o la pastilla roja. Pero hagas lo que hagas has de aceptar las consecuencias de tus actos.
El pensamiento es libre, y por muy grande que sea el condicionamiento siempre llega el momento en que puedes elegir. Pero si escoges la pastilla verde, no creas que has escogido la roja.
Pero dime, tengo curiosidad. Si pudieras elegir, ¿tú que pastilla tomarías?.