La ciudad de los enanos y las preguntas
En China, cerca de la ciudad de Kumming, hay una ciudad muy curiosa. Es la ciudad de los enanos. En ella sólo viven personas que no pasen de 1,30 metros de altura. Si Gulliver lo viera pensaría posiblemente que no era muy diferente del país de los enanos que visitó en sus viajes.
(No esa de la foto no es la ciudad de los enanos...)
A diferencia de otras ciudades de China, esa ciudad no se dedica a la fabricación de imitaciones, sino que está dedicada al turismo. Los enanos realizan espectáculos, ofrecen comidas y cenas, e incluso ,para dar más colorido al lugar, viven en setas de colores vestidos como guerreros, magos, elfos o bailarinas.
Es un lugar grande, y están empleados allí 600 enanos que reciben el equivalente a 147 dólares al mes ( una cantidad muy superior a la media de los salarios del país) más comida y alojamiento ( Se ve que las setas están incluidas). También reciben entrenamiento de baile y lecciones de inglés.
Dado que en la ciudad sólo viven enanos, no existe discriminación respecto a ellos. Sin embargo fuera de esa ciudad parece que sí que existe. Las condiciones son duras para los enanos en China. De hecho parece que la mitad de los enanos había considerado el suicidio antes de ir a vivir al parque temático, y muchos de ellos han aprendido a luchar para defenderse.
Si queréis ver el aspecto que tiene la ciudad ( seguro que lo estáis deseando) podéis hacerlo en esta página.
¿Por qué hablo de la ciudad de los enanos?
Cuando leí la noticia de la ciudad de los enanos, pensé que era una metáfora muy interesante. La metáfora de un mundo en el que no se admite que nadie sobresalga. Si una persona supera la altura máxima permitida, simplemente no puede vivir allí.
Un mundo de personas que no desearan competir, un mundo que equipare a todos al extremo de negar a cada uno su individualidad, de negar la posibilidad de ser mejores. No habría nadie diferente, y posiblemente nadie se daría cuenta desde dentro. Pero sin embargo se estarían desperdiciando el talento y las posibilidades de crecimiento de las personas que pudieran llegar más lejos.
Es una metáfora que me atrae pero...
Hoy deseo luchar contra mis ganas de convertirlo todo en un ejemplo, contra mi tendencia de hablar "ex cathedra", contra mi necesidad de encontrar que el mundo está acabado y responde a un orden.
Hoy no deseo cerrar la circunferencia. Hoy me pregunto qué ocurriría si en una entrada decidiera no llegar con la tiza hasta el lugar donde empezó a moverse. Quizá por allí puedan entrar los demonios, quizá por allí también pueda entrar una ráfaga de verdad.
Hoy pienso que todos los que escribimos en internet, en un libro o en cualquier lado, dedicamos demasiado tiempo a dar respuestas y demasiado poco a hacer preguntas, a hacernos preguntas. A nosotros mismos, a los demás, a nadie. No importa.
Lo importante es de vez en cuando desempolvar el espíritu del descubridor que nos llevó a comenzar y que en algún cruce de caminos dejamos abandonado como un delincuente ahorcado.
Preguntas
Así que hoy no quiero acabar con una respuesta sino con muchas preguntas. El mundo es tan complejo que a veces hemos de pararnos y darnos cuenta de que necesitamos respuestas. Lo más que puede ocurrir es que queramos mirar para otro lado y olvidarnos de la sensación inquietante de saber que no lo sabemos todo.
Y estaba hablando de la ciudad de los enanos, pero en realidad estaba hablando también de otras cosas, de muchas otras cosas.
¿Es mejor ser diferente a los demás? ¿ Es mejor ser como todos?
¿Necesitamos los seres humanos sentir que pertenecemos a algún lado?
¿Si algo nos beneficia económicamente pero es a costa de algo humillante, debemos dejar de hacerlo? ¿Quién decide lo que es digno y lo que es humillante?
¿Cómo hay que tratar a quienes no son capaces de mantener el ritmo, a los que no pueden ir tan rápido? ¿Es legítimo que todos esperen a los que no llegan? ¿ Es mejor que los que no llegan se queden atrás?
¿Nos creemos todos en el fondo un poco enanos, un poco gigantes, un poco diferentes del tamaño de los demás?
Comencé hablando de la ciudad de los enanos para llegar a una respuesta, y en su lugar solo noto que giran a mi alrededor preguntas y más preguntas.
Pero ¿sabes una cosa? Me gusta.