Vaciando la cabeza

Anticipé un dinero a un pintor que me tenía que hacer unas paredes. Había trabajado bien, pero en cuanto le di el anticipo empezó a huir de mí como el Pacman huye de los fantasmas. 

Tengo que calcular los impuestos y pagarlos sin pasarme de plazo. 

Tengo que ir a recoger al niño. 

Debería escribir una entrada para este blog. 

El martes he quedado a comer con un compañero para tratar un tema de trabajo. 

Debería cambiar los neumáticos del coche

Y así hasta el infinito. 

 

Cosas y cosas que me rondan la cabeza. Cosas que giran y dan vueltas a mi alrededor. Y los pensamientos tienen un efecto rebote. Cualquier preocupación por tonta que sea ( como quitar una caja que estoy viendo en el armario y no debería estar ahí) te puede robar muchísimo tiempo.

Tengo que llamar a un amigo para darle las gracias por un libro. Si lo hiciera hoy, lo solucionaría en 5 minutos. Pero no lo hago, y mañana le dedicaré otros cinco minutos, y pasado cinco más. Al final una tarea de 5 minutos llega a alcanzar la media hora.

Una parte esencial de tener una mente de diamante es conseguir la claridad. Para ello tienes que vaciar la cabeza de preocupaciones.

Por: flickr.com/photos/ex_magician/8581953082/

Vaciando la cabeza

Por eso es necesario sacar cualquier preocupación de tu cabeza lo antes posible.

Es como si te quitaras un piojo. No pienses que tengo mucha experiencia con piojos, pero sí recuerdo que cuando era niño, mi madre me revisaba con unos guantes en busca de piojos. Si encontraba uno, lo cogía entre los dedos y lo sacaba del pelo.

Quitarte preocupaciones es parecido. Solo que no las tiras, sino que las colocas en el lugar que les corresponde.

Puedes tener un sistema muy complejo como el Getting things done GTD  o un sistema mucho más sencillo. Pero en todo caso has de tener una ubicación para cada posible preocupación. Un sitio para cada cosa y cada cosa en un sitio. Es el mismo principio que se utiliza para el orden físico pero con la mente.

Lo más importante es que a cada tipo de preocupación le des siempre la misma respuesta. 

Cada vez que te llegue un recibo, deberías actuar igual.

Cada vez que tengas una reunión, deberías apuntarla igual.

Y así con todo. Si el sistema es siempre el mismo, es fácil que puedas cambiarlo si no funciona bien. Encontrarás los problemas y verás sus ventajas. Pero si en cada ocasión actúas de una manera, entonces será imposible que mejores.

La mejor manera de empezar a detectar todas las cosas que te rondan es con un simple papel. Toma un papel y escribe todas las cosas que te dan vueltas a la cabeza. Da igual que sea que tu hijo no se duerme o que en tu trabajo llevan dos meses sin pagarte. Apúntalo todo.

Pero no basta con que lo apuntes. Es necesario que después determines lo que vas a hacer . La siguiente cosa que harás al respecto. Buscar en internet algo sobre el sueño de los niños, decidir el momento en el que hablarás con tu jefe.

Hay sistemas mucho más complicados para conseguir la paz mental ( por ejemplo GTD ). Pero lo más importante son estos dos pasos: Apuntar lo que te preocupa y el próximo paso que vas a dar para solucionarlo.

Vaciar la cabeza es lo que hará que tengas claridad mental después para poder hacer  cualquier cosa.

 

 

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