En la búsqueda de la confianza plena 1 ¿Quién quieres ser?, hablé de definir nuestro yo ideal en diversos campos de la vida.
El tener determinado ese yo ideal puede hacer que todos los actos ordinarios de la vida adquieran una nueva trascendencia al tener un porqué.
Pero no siempre es fácil encontrar la conexión. A veces nuestro yo ideal es demasiado genérico, es demasiado etéreo y la vida está compuesta de pequeñas cosas muy alejadas de los grandes ideales.
Objetivos.
Tradicionalmente se ha intentado acercar nuestro yo ideal a la realidad del presente mediante la fijación de objetivos o metas.
Un objetivo es un resultado que se pretende conseguir en un período de tiempo. Por ejemplo adelgazar dos kilos antes del verano.
Para que un objetivo sea efectivo, lo más habitual es pretender que cumpla con todas las características siguientes ( que forman en inglés la palabra SMART)
Específico: (Specific) Detalla específicamente lo que hay que hacer. No basta con decir bajar de peso, sino que hay que decir “perder dos kilos”. Se ha de tener claro quién ha de cumplir y el qué.
Medible ( Measurable) El logro o el progreso ha de ser medido. “Dormir un poco más no es un objetivo medible. Dormir al menos 7 horas sí lo es.”
Conseguible (Achievable/Atainable) La consecución del objetivo ha de ser posible en el marco temporal fijado considerando el estado actual de nuestros recursos y apoyos. Por ejemplo: si no has estudiado nunca física, ganar el premio Nobel de física este año no parece un objetivo realizable.
Relevante ( Relevant) La consecución del objetivo ha de suponer una ventaja para la consecución de nuestros propósitos a largo plazo y acercarnos a nuestro yo ideal.
Temporal ( Timed) Se ha de determinar el tiempo en el que se ha de conseguir el objetivo.
Sin embargo, los objetivos tienen un gran problema: son por su propia naturaleza temporales. Hoy tienes uno, en dos semanas o tres meses tendrás otro, y siempre tienen un fin a la vista. Sin embargo nuestro yo ideal es intemporal.
Por eso algunos autores siguen creyendo que hace falta otro eslabón, el eslabón perdido. Y Scott Addams ( el autor de Dilbert) cree que lo ha encontrado.
Sistemas.
Scott Addams en su libro ” Cómo Fracasar En Casi Todo Y Aun Así Triunfar” nos indica cuál es el eslabón que falta entre el Yo ideal ( o valores) y los objetivos más a corto plazo.
Él llama a ese elemento “sistemas”. Los sistemas son las formas mediante las cuales pretendemos conseguir llegar a nuestro yo ideal. A diferencia de los objetivos no son temporales, sino que son constantes a lo largo de nuestra vida.
Así por ejemplo perder dos kilos antes del verano sería un objetivo. Sin embargo rebajar el peso cada vez que pase de 84 kilos sería un sistema.
Los sistemas vendrían a ser reglas que gobernarían nuestras vidas. Servirían por un lado para concretar nuestro yo ideal (en sus diversos campos) en una serie de principios prácticos. Y por otro lado sirven de fundamento y base a los diferentes objetivos concretos.
Pondré un ejemplo:
Imaginemos que yo tengo como principio en el campo de la economía : Ser una persona atenta a las oportunidades de negocio.
De esa característica de mi yo ideal podrían derivar diversos sistemas, como por ejemplo:
– cada vez que descubra una necesidad no satisfecha, examinar la viabilidad del negocio que le sirve de base.
– cuando vea una empresa que sube como la espuma, plantearme el motivo de su éxito y sacar tres conclusiones aplicables a mi propia experiencia.
– Cuando conozca a una persona con éxito en su campo descubrir cuáles son, a su juicio, los elementos necesarios para el éxito.
Y de cada uno de esos sistemas se derivarían en cada momento de la vida objetivos concretos.
De los sistemas anteriores podrían derivar objetivos como:
– comprobar la viabilidad de un negocio de venta de pañales por internet antes del 10 de octubre.
– Hacer antes de que acabe el mes un estudio de los motivos que han llevado a que Amazon suba. Y ver en qué punto son aplicables a cualquier negocio.
– Hablar con el creador de una página web de éxito en la semana que viene y descubrir qué cosas cree que ha hecho bien.
Cada vez creo más en crear un buen sistema y menos en plantearme objetivos. Aunque son enfoques complementarios, no creo que se opongan, como tú muestras.
Una parte fundamental del sistema son los hábitos conscientemente adquiridos y optimizados evolutivamente que te acercan al tipo de resultados que quieres obtener.
¿Me recomiendas el libro de Scott Adams? Ya lo he visto citado unas cuantas veces, pero no sé si merece la pena.
No es un libro redondo, pero tiene sin embargo algunas ideas ( como esta de los sistemas) que justifican su lectura. Yo haría una lectura rápida general centrándome en la chicha, y dejando de un lado sus experiencias personales, que a mí, personalmente, no me aportan nada.
Ser un buen marido que ayude a que su esposa sea más feliz. Ese era tu yo ideal en ese campo.
Y ahora… Cómo defines el sistema o los sistemas que derivan de ese yo ideal? Entiendo el ejemplo que nos presentas en el campo de la economía pero me cuesta definir el sistema en el campo familiar por ejemplo. Es después de definirlo (creo entenderte) cuando entonces vas fijando objetivos. Y si defines varios sistemas en ese campo, priorizas? O vas “a por todas”?
Crees entonces que los pasos a dar para aumentar tu confianza son definir yo ideal, sistemas y objetivos por este orden no? Y crees entonces que si vas cumpliendo objetivos tu confianza irá aumentando?
No sé si te sigo…
A ver si lo pillo, ¿se trata de observar casos de éxito para “extraer” el funcionamiento y aplicarlo a nuestra vida?
El planteamiento de objetivos lo he usado hasta la saciedad en el pasado y creo que no basta con que sean SMART. Creo que para alcanzar los objetivos que nos planteamos, la mayoría de las veces hace falta adquirir o eliminar hábitos e incluso cambiar ciertos patrones mentales.
“Modelar” a las personas que han tenido éxito es siempre provechoso. Pero básicamente de lo que se trata es de crear hábitos y reglas. De crear tendencias que superen los meros objetivos.
Por ejemplo hacer deporte dos veces a la semana durante 15 días sería un objetivo. Hacer deporte un número suficiente de veces en la semana es un sistema.
Son reglas que incardinamos en nuestra conducta y que nos sirven para acercarnos a nuestro ideal. Y al tenerlos se cambia nuestra mente y se adquieren hábitos.