Comete tus propios errores: no los errores ajenos.

La semana pasada disfruté de unos tranquilos días de vacaciones en la costa italiana. Gracias a la programación de entradas en WordPress he podido seguir presentando diariamente entradas, como era mi intención en un principio. No es que durante las vacaciones haya dejado de escribir, al contrario, me han venido a la cabeza muchas ideas, pero editar los artículos para publicarlos en el microordenador ( de diez pulgadas) que he conseguido meter en la micromaleta que permite en cabina Ryanair no da para muchas alegrías.  Ya soy bastante de miope sin necesidad de dejarme más la vista con la letra miserable que aparece en el editor de WordPress en este ordenador.

Una de las ideas que me ha venido a la cabeza y sobre la que no quiero dejar de escribir, es la de los propios errores.

San Marino

Un día de esa semana estuve de excursión en San Marino. Es, según indican allí, la república más antigua de Europa, ( y deduzco que del mundo) un país de miniatura, con 3 hermosos castillos y un montón de imágenes pintorescas que he destruido con mi poco talento para la fotografía pero que espero que aún así me sirvan para futuras entradas.

Una de las ventajas de ese minúsculo país, es que no se paga el odiado ( como todos los impuestos) IVA. Así que hay numerosas tiendas en las que se venden, desde escopetas a perfumes, pasando por gafas de sol y por relojes. Y como tenía el capricho de un reloj medio ( ni de los buenos buenos, ni de los malos malos) estuve mirando durante un buen rato.

Al final descubrí un reloj que me llamaba mucho la atención. El modelo me era conocido, pero el precio era muy favorable, y más cuando tras mirar ese y luego uno de los más baratos de la tienda, y mostrar mis dudas, la señora me indicó el precio rebajado. No estoy a favor del consumismo pero tampoco soy ningún asceta, así que decidí comprarme el reloj. Pero ahí venía la duda, ¿cual?.

Había dos modelos: uno negro entero y el otro de acero y negro. En realidad el que había captado mi atención era el negro, pero mi novia prefería el de acero y negro. Así que dudé.

Y entonces recordé un momento en el que habiendo ido a comprar otro reloj, en ese caso deportivo, había visto un modelo enteramente negro, y otro que lo era solo parcialmente, y mi novia  me había hecho inclinarme por el parcialmente negro, con el razonable argumento de que el otro era “demasiado negro”. Y era cierto, pero la cuestión es que cada vez que veo en una tienda el reloj enteramente negro pienso que ese era el que yo quería. Y aunque al resto del mundo le parezca “demasiado negro” para mí era “suficientemente negro”.

Así que al final, escogí el que es totalmente negro. Y al hacerlo, no pude evitar pensar, que en el fondo siempre buscamos apoyarnos en otras personas al tomar nuestras decisiones, lo que a veces es conveniente, pero a veces no deja de ser una forma de evitar correr el riesgo de cometer errores, y dejar que los cometan otros, aunque sea a través de nosotros.

De momento, al menos con el reloj, voy a cometer mi propio error, en lugar del error de otra persona.

 

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4 comentarios en «Comete tus propios errores: no los errores ajenos.»

  1. Me parece perfecta tu elección pq es para tí y es el que te gusta a tí.
    Otra cosa es que te hubiesen gustado los dos relojes por igual y hubieses escogido el otro por complacer a tu novia.
    Yo veo muy claro que tenías que escoger el negro y me intentaré explicar,supongamos:
    1-coges el reloj combinado y funciona bien:para tí no dejaría de ser un reloj que funciona y punto.
    2-coges el reloj combinado y despues no funciona: te sentirías terriblemnte mal por no haber cogido el que te gustaba.
    3-coges el reloj negro y despues no funciona: mala suerte con lo que te gustaba,buscarás otro negro.
    4-coges el reloj negro y funciona bien: genial,perfecto,te sentirás extraordinariamente contento.
    Siempre te sentirás mejor habiendo escogido el negro.
    Pienso que únicamente cuando dudamos en nuestra elección es cuando tenemos que pedir opinión y no ha sido tu caso aunque a tí te parezca que dudaste,en el fondo lo tenías clarísimo ya desde el otro reloj ,que querías el negro.
    Siempre es mejor equivocarnos en nuestra propia elección pq siempre partimos de una ilusión nuestra.
    Por cierto,si tienes pensado acercarte al borde de una piscina !!!!! quítatelo y pon tu reloj a salvo 🙂 !!!!!!!
    La foto es espectacular.

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    • Muy buena determinación de todos los escenarios posibles. De momento estoy más cerca del 4. Y sí, creo que la elección ya la tenía hecha. En realidad las decisiones casi siempre están tomadas antes. A veces preguntamos a otras personas para que nos digan lo que queremos oír y así cuando nos refuerzan nos sentimos mejor. Si no nos dicen lo que queremos oír, las rechazamos. Olvidé comentar que cuando dije que lo quería la dependienta dijo para reforzarme ” il nero é piu particolare” ( el negro es más particular) reforzando así la decisión que ya había tomado. Estrategia muy buena en un vendedor por cierto.
      La foto es chula porque el país, aunque minúsculo, es extremadamente bonito. Te lo recomiendo. Un saludo.

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    • Diesel. Al buscar el nombre en internet me he dado cuenta de que en la web lo tienen más barato, jejeje, aunque es americana la web, y tampoco es cuestión de alterarse por los gastos ya hechos. Se llama Mr Daddy ( vaya nombre por cierto).
      Al mirar la web de Diesel veo un mensaje inquietante para apuntarse a la lista de correo: “Stop thinking, start receiving e-mail”.

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