“Una persona realmente feliz es aquella que , cuando tiene que hacer un desvío, es capaz de disfrutar del paisaje.” Autor desconocido.
Siempre hay un camino brillante que nos lleva de cualquier situación a la sonrisa. Dediqué una entrada ( “el coleccionista de caminos brillantes” a hablar de eso.
Lo que ocurre es que en muchas ocasiones el camino brillante no es el que habíamos pensado.
Los planes que no funcionan.
Todos hacemos planes. Todo plan es siempre un camino brillante a la sonrisa. Una forma de pasar de una situación actual a una situación futura ( más ) satisfactoria. Cuando el plan sale bien, es fácil sonreír.
Pero ¿y si el plan no sale bien?
Para ser feliz no basta con tener las ideas claras y saber lo que quieres hacer, es necesario también tener flexiblidad. Aceptar que el camino brillante que tenías pensado no es transitable y que necesitas buscar otra manera de llegar a tu destino.
Mentiría si dijera que es fácil: A mí me resulta extremadamente complicado. No suelo ( mal hecho) hacer demasiados planes, pero cuando los hago, odio tener que cambiarlos. Por eso soy consciente de que no tendré más remedio que entrenarme. Tengo que aprender a reaccionar rápidamente y con una sonrisa cuando las cosas no salen como deberían.
Quieres tomar un avión, pero hay un retraso de varias horas. Tenías planificado al detalle lo que harías nada más llegar, pero todo se va al traste con el retraso.
Querías aprovechar esta tarde para salir un rato a dar una vuelta, pero están lloviendo (como dicen los americanos) “sapos y culebras”.
O incluso pueden ser situaciones más graves. Quizá tenías pensado ser madre, pero el que iba a ser el padre de tus hijos se ha ido con una chica de su trabajo. Quizá querías vivir de tu blog, pero no has sido capaz de sacar un céntimo de él.
Como actuar cuando tu plan falla.
Cuando te falla un plan, cualquier plan, conviene que hagas lo siguiente: ( método ACDE)
1. Aceptar que tu plan ha fallado.
La aceptación es lo primero. Si no aceptas que ese plan ya no es viable, no podrás empezar a pensar en otras vías.
2. Confiar en tu capacidad para encontrar otro camino brillante a la sonrisa.
3. Diseñar otro plan. Encontrar otro camino que te lleve a sonreír.
4. Ejecutar ese nuevo plan.
PD: Sí, quedaría mejor si el método fuera el ABCDE, pero es que no quiero crear un paso artificial para generar un nombre más redondo.
Hola, Ivan.
Muchas gracias por escribir sobre este tema.
En mi caso, creo que no avanzo del primer paso: “aceptar”. Siento que hay una parte de mí que cree que eso de ir por caminos brillantes es para los demás, pero no para mí… y entonces me autocastigo intentando e intentando siempre por el camino equivocado. Cada vez consigo menos cosas, cada vez me castigo más. ¿Por qué será que si logro darme cuenta de esto, no salgo de ese espiral?
¿Tienes alguna entrada en el blog sobre este tema?
Desde ya, muchísimas gracias.
¿Hay algún motivo por el que creas que te debas castigar a ti misma, o es solo por tu manera de ser?
Tuve que pensar mucho la respuesta. No hay un motivo… tal vez sea la única manera que conozco de relacionarme conmigo.
Entonces no te quedará más remedio que aprender otra. Y a mí no me quedará más remedio que decirte cómo. 🙂
Gracias, Ivan 🙂