Cómo cambiar un comportamiento

¿Cuántas veces te has castigado a ti mismo por hacer algo que creías que no querías hacer? Quizá has bebido cuando no querrías haberlo hecho. O has fumado. O has comido una tarta que desearías hubiera quedado lejos de tus dientes. O has caído en una relación sexual que te gustaría haber evitado.

Luego te condenas. Y te juzgas. Y crees que hay algo equivocado en ti. Que eres irracional. Qué actúas sin pensar. Pero en realidad no es así.

 

Todos actuamos por algo.

 

Cada vez que haces algo, lo haces por un motivo. Quizá el motivo sea equivocado, pero siempre existe. Si decidieras tirar un dado y actuar de una u otra forma según lo que salga en el dado, lo estarías haciendo por algún motivo. Quizá disfrutar de la incertidumbre, quizá sentirte loco.

No siempre sabes cuál es el motivo. Pero el motivo siempre está ahí, como un enano con un control remoto que dirige tus acciones.

 

Cómo cambiar un comportamiento.

 

Para cambiar un comportamiento hemos de sacar a la luz el motivo. Hemos de arrastrar al enano con el control remoto bajo los focos y decirle “¿Qué demonios es lo que quieres?”. El motivo siempre es obtener una recompensa, evitar un mal, o una mezcla de ambas cosas.

Descubierto el motivo, hemos de sustituirlo por otro más poderoso. Si lo conseguimos habremos cambiado el comportamiento.

Como dice la ley del balancín cada vez que has de decidir algo, es como si hubiera un columpio de los niños en que se consideran los motivos. El motivo que tiene más peso es el que toca el suelo y se hace.

Veamos un ejemplo. En la entrada anterior hablé de nuestra tendencia a criticar los fallos de los demás.

Sin entrenamiento adecuado, cedemos a esa tendencia. Así que lo que ocurre en nuestro balancín sería algo parecido a esto:  un balancín en que el motivo de sentirme por encima de los demás vence al motivo de no molestar a otros.

 

 

Como cambiar un comportamiento. Balancín con entrenamiento.

Una vez descubierto el motivo imperante ( criticamos para sentirnos por encima de los demás, lo que nos da una subida de dopamina) hemos de buscar un motivo que sea más fuerte que el que queremos sustituir. En este ejemplo, podría ser “sentirnos poderosos por superar la tendencia innata a destacar los defectos de los demás”.

Como ves, no se trata de ignorar nuestros impulsos biológicos, sino de encauzarlos hacia los comportamientos que deseamos tener. 

Con ese cambio el balancín de la motivación cambiaría: El motivo de sentirnos poderosos por resistir el impulso podría vencer al motivo de sentirnos por encima de los demás.

 

Cómo cambiar un comportamiento. Balancín con entrenamiento ¿ Y la fuerza de voluntad? ¿No nos permitiría la fuerza de voluntad ayudar a un motivo más débil a vencer a un motivo más fuerte?

Sí, pero…

En la próxima entrada analizaré el papel de la fuerza de voluntad.

 

 

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6 comentarios en «Cómo cambiar un comportamiento»

  1. Muchas gracias por graficar tus conceptos. Realmente me resulta muy práctico recordar los gráficos.
    La semana pasada recordé tu gráfico lineal de objetivos y fracasos y me ayudó mucho en una situación importante.

    Saludos desde Argentina.

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  2. No soy amiga de las afirmaciones categóricas. Pero con esta estoy de acuerdo: siempre hacemos lo que queremos hacer.
    Para corregir un comportamiento creo que primero, obviamente, debemos querer corregirlo y segundo, debemos identificar la emoción que nos ha movido a comportarnos así. Si no descubrimos esa emoción difícilmente podremos corregirlo. Creo que esta parte es la más complicada. Tendemos a justificarnos o lo que es peor, a martirizarnos y culpabilizarnos cuando no actuamos como queremos. El siguiente paso sería ponerse a ello no? Pero cómo? Tirando de fuerza de voluntad? Creo que no… En mi próximo comentario te lo diré… 🙂

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  3. En el caso particular del “tigre dientes de sable” mi motivo para callar es sentirme intelectualmente superior a mi interlocutor, prefiero dejarles viviendo en la ignorancia, se que suena un poco cruel, pero me ayuda a controlarme.

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    • Me parece muy honesto que lo digas así Mínimo. Creo que tu manera de abordarlo respeta lo que está en nuestra naturaleza y a la vez consigue un resultado mejor socialmente. Así que me plantearé aplicarla yo también.

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