Quizá no te des cuenta pero muchas veces eres tu peor enemigo.
Por: flickr.com/photos/barkbud/4702340652/
Profecías de autocumplimiento.
No lo eres voluntariamente, claro. No se trata de eso. Pero en muchas ocasiones, imaginas que no vas a hacerlo bien. Y esa proyección se convierte en lo que se llama una profecía de autocumplimiento. Es decir, no es que fuera a ocurrir por sí solo. Es que al imaginarlo tú, haces que se cumpla.
Uno de los ejemplos de esa profecía de autocumplimiento es en las relaciones sociales. Tienes una reunión con alguien o una cita romántica o tienes que vender algo. Tu mente comienza a imaginar que la cosa va a ir mal, y te empiezas a poner nervioso. Y cuando llegas a la reunión o a la cita, estás hecho un flan y todo acaba siendo un desastre.
Cómo evitar las profecías de autocumplimiento.
Sobre la mente es muy difícil actuar de manera directa. Sería ideal que hubiera un botón de pausa en la mente que pudieras tocar para dejar de tener pensamientos negativos. Por desgracia no es así. Pero si hay algo que puedes hacer.
En un experimento ( Stinson y otros 2011) se trató de comprobar si se podía evitar la profecía de autocumplimiento en las relaciones sociales. Se usaron para eso las auto-afirmaciones, considerando que aumentarían la seguridad, y se tendría un mejor comportamiento social. Quince minutos de auto-afirmaciones mejoraron tanto la seguridad como el comportamiento social hasta 4 semanas después de practicadas. Incluso a las ocho semanas se seguían produciendo efectos positivos.
Si quieres saber como usar las autoafirmaciones de una manera fácil y efectiva lee este post. Y te aseguro que quieres. Al igual que no decides si te vistes antes de reunirte con una persona, deberías prepararte mentalmente cada vez que hayas de hacer algo que tenga una cierta importancia para ti. No hacerlo sería el equivalente a ir a la reunión mentalmente desnudo.
¿De verdad que quieres arriesgarte a no utilizar las afirmaciones antes de una reunión o una cita importante?
A través del camino, he comprendido, que las palabras + emoción, siempre se cumplen… pero a veces no inmediatamente. Según como vibramos ( Teoría de la Relatividad de Einstein), nuestras creaciones mentales – emocionales, aparecen.
Lo que todavía no se, en que medida profetizamos para los demás…
Esta semana estaba reflexionando sobre esto y ocurrió un suceso: Estando con mi hermana pequeña, de repente le dije que tenga cuidado con su teléfono, que le puede desaparecer… (quien me conoce, sabe, que no suelo ser muy pendiente de prevenir a alguien, ni preocuparme por cosas de ese tipo, porque tampoco lo hago conmigo). Al día siguiente, a mi hermana, en el instituto, le robaron el teléfono, vino la policía, la clase suspendida, las practicas tan esperadas por todos, suspendidas, y si el tf, no aparece, la clase entera tendrá mas represalias, ademas, todos pagaran el teléfono…
A mi hermana lo único que le preocupa, curiosamente no es el teléfono… esta triste por lo que esta pasando a toda la clase… todos le dicen que no debe de ser tan confiada… pero yo le aconseje que nunca pierda la confianza, y que esto es solo para aprender… y que el tf, seguramente va aparecer… de acontecimientos así, todos aprendemos…
Ir contracorriente no es tan corriente…estoy muy orgullosa de la actitud de mi hermana…
U saludo Ivan
Pues ahora tenemos que ver si el positivismo que tenéis tu hermana y tú es genético o es por el entorno.
🙂 Un poco de todo… Los genes influyen, claro… pero también se puede decir que es mi pequeña “discípula”, sin darse cuenta siquiera…
Justo ayer estaba hablando con ella, de como apagar el pensamiento negativo… porque aun teniendo la información , le costaba… pero ocasiones así, sirven precisamente para eso… para aprender… y fíjate, ademas fue en escuela… Lo importante es no perder la ocasión cuando se presenta, para darse cuenta… y agradecer! Solo cuando uno llega a ver lo negativo como un aprendizaje digno de agradecimiento, ahí se cambia lo “malo”en “bueno”
Hmmm… estoy ahondando demasiado jajaja
No, eso está muy bien. Además yo creo que es una pena que cuando somos pequeños no se nos enseñe alguna técnica para sentirnos mejor.