Si eres de las personas que buscan mejorar su vida, te encontrarás con que en muchas ocasiones lees, escuchas o aprendes una solución que crees que podría ser buena . Te relames pensando en lo bien que te va a funcionar, e incluso durante algunos días la aplicas.
Sin embargo pasan unos días, y cae en el olvido. Unos meses después, te vuelves a encontrar con esa idea, y la vuelves a querer aplicar. Pero nunca permanece.
A mí me pasa con mucha frecuencia. Sin embargo me he dado cuenta de una cosa.
Cuando vinculo el cambio a un momento concreto de mi día la costumbre permanece con mucha mayor facilidad.
Por ejemplo la costumbre de comer una manzana. Decidí hacerlo todas las mañanas en el desayuno, y salvo que no haya disponibilidad de esa fruta, es muy raro que no la cumpla. ¿Por qué? Porque el principal problema para establecer un nuevo hábito no es la resistencia a realizarlo, sino el no recordarlo o el poder desplazarlo a otro momento del día.
Si no recuerdas que tenías que hacer algo, no lo harás, eso es obvio. Pero lo que no siempre pensamos, es que el tener un margen amplio para ejecutar algo, hace mucho más probable que no se haga.
Para mí, es mucho más fácil establecer la costumbre de “comer una manzana cada mañana al desayunar”, que la costumbre de “comer una manzana al día”.
Por un lado porque el recuerdo es más fácil. Porque en mi subsconsciente la bandeja con la que me sirvo los cereales del desayuno siempre lleva una manzana. Y cuando no está la manzana mi mente dice “aquí falta algo”. Eso no ocurre con la comida ni con la cena. Al fijarse a un momento concreto el recuerdo es mucho más claro.
Y por otro lado no cabe la postergación. No puedo decir “bueno, comeré la manzana a la hora de comer porque ahora no me apetece demasiado”. Si la regla es “comer la manzana en el desayuno”, en cuanto pase el desayuno sin haberla comido estoy incumpliendo.
Si quieres establecer una costumbre, fíjala a un momento determinado de todos los días, o si no es diaria, a un momento determinado de la semana. Y fíjate que hablo de momentos, no hablo tanto de horas. ” Leer el correo todos los días a las nueve” no es mala idea, pero es mucho mejor idea ” leer el correo todos los días después de desayunar”. A veces te dan las diez y no eres consciente de que han pasado las nueve, pero apostaría a que siempre te das cuenta de que desayunas.
Quizá con este pequeño truco, tus proyectos de cambio sean más efectivos.
Si eres de las personas que buscan mejorar su vida, te encontrarás con que en muchas ocasiones lees, escuchas o aprendes una solución que crees que podría ser buena . Te relames pensando en lo bien que te va a funcionar, e incluso durante algunos días la aplicas.
Sin embargo pasan unos días, y cae en el olvido. Unos meses después, te vuelves a encontrar con esa idea, y la vuelves a querer aplicar. Pero nunca permanece.
Me pasa constantemente 🙁
Lo que me ha funcionado bien ha sido establecerme un horario concreto en un sitio concreto: escuela de idiomas, conservatorio, gimnasio…
Cuando me he propuesto mejorar en algo por mi cuenta, a veces me ha salido bien pero otras veces ha sido un desastre.
Madrugar para realizar alguna tarea durante una o dos horas antes del desayuno es mano de santo, es seguramente la costumbre más productiva que he tenido; lo difícil es mantener esa costumbre.
Sé que has hecho,en tu web minimoblog.com un reto para levantarse muy pronto, que recomiendo a quien se atreva. Y creo que puede ser productivo, aunque a mí personalmente Luis José me resulta muy difícil.
Simplemente: Me encanto
¿…buscar la felicidad? Qué tan lejos caminaremos para hallarla, qué tal si nos detenemos un poco, tal vez no esté lejos…Dime, ¿te asombra una hormiga? ¿O has dejado de mirar al cielo?… a la señora felicidad no es difícial hallarla, sólo debemos aprender a mirar y a sentir. Eso creo.
Es muy hermoso lo que dices Nilda. Y coincide precisamente con lo que escribí en