Dentro de las muchas trampas de la mente está una que nos hace seguir luchando guerras que perdimos hace tiempo, la trampa de los costes hundidos.

Kaká, una guerra perdida.

¿Te acuerdas de Ricardo Kaká el jugador al que el Real Madrid fichó por una gran cantidad de millones y que se lesionó, se volvió a lesionar y nunca jugó de nuevo al nivel que tendría que haber jugado?. El Real Madrid se gastó muchos millones en su fichaje, pero durante años el Madrid siguió pagando una enorme cantidad de dinero anualmente a Kaká a pesar de que su rendimiento era muy bajo.

¿Por qué lo hizo? ¿No habría sido mejor venderlo rápidamente asumiendo que se había hecho una mala inversión? el problema son los costes hundidos ( “sunken costs”) . Y es un problema que puede estar afectando a tus relaciones.

Los costes hundidos

Los costes hundidos son gastos que ya se han hecho y que no se pueden recobrar.  Aunque pueden ser gastos económicos, aquí los entiendo en el sentido de cualquier coste psicológico que ya hayamos tenido.

Después de haber incurrido en un coste hundido es muy probable que hagamos cualquier cosa para no admitir que ese coste ha sido inútil o excesivo. En muchas ocasiones incurrimos en muchos más costes solo por no admitir el coste inicial.

En el caso de Kaká el Madrid ya había pagado un fichaje muy alto, así se empeñó durante varios años en mantenerlo, pagando un sueldo de muchísimo dinero, que seguramente no habrían pagado si el jugador hubiera sido más barato.

Pongo el caso de Kaká porque es de los más conocidos, pero en todos los clubes ha habido casos así. Y en todas las empresas hay casos así, y lo que es más importante, en tu vida también hay casos así.

Por ejemplo es muy frecuente que alguna persona me consulte acerca de una relación en la que ha invertido muchísimo tiempo y que plantea muchas dificultades. Si esa relación acabara de empezar seguramente daría por hecho que ya no tiene sentido y la dejaría, pero como la relación ha consumido una gran cantidad de sus recursos, la persona se empeña en ella, perdiendo mucho más tiempo aún del perdido inicialmente.

 ¿Qué causa el problema de los costes hundidos?

Hay varias causas de esta situación.

1. Cuando uno invierte su tiempo o dinero en algo es más probable que sea optimista en cuanto a las probabilidades de éxito.

En un experimento con apostantes de caballos se demostró que los que habían apostado hace unos segundos a un caballo estaban más seguros de su éxito que los que estaban esperando para apostar.  Según los investigadores al hacer el gasto el cerebro intentaba reforzar la decisión ya tomada para no sentirse mal. (Estudio)

2. Cuando uno es el causante de los costes, es más posible que le afecte que si no los ha causado él. 

En un experimento hecho con directivos de compañías se comprobó que cuando se hacía creer al directivo que el coste hundido lo había provocado él, era más probable que incurriera en costes posteriormente para solucionarlo.  (Estudio).

¿Cómo evitar el problema de los costes hundidos al tomar una decisión?

Para que no nos afecte el problema de los costes hundidos, lo que hemos de hacer es considerar solamente los costes futuros y no los costes ya hechos al tomar una decisión.

El ejemplo típico de costes hundidos es comprar una entrada de cine para una película que a los dos minutos ves que es insoportable. Los costes hundidos nos harían continuar viendo la película para no perder el precio del ticket. Sin embargo así no conseguiríamos más que sumar al gasto ya hecho ( el precio de la entrada) el nuevo gasto ( tener que soportar una película que no nos apetece.

El coste en naranja ya está hecho, así que no nos ha de importar, hemos de decidir solo si soportar o no la película mala. Puedes escribir en una hoja el coste anterior y luego el coste futuro y tapar la parte de la hoja que hace referencia al coste anterior o tacharla.  Así será más fácil.

Pero aquí te quiero poner también el ejemplo de una relación de 3 años con una persona. Esa relación no funciona muy bien. Si consideras el esfuerzo ya hecho quizá es más fácil que quieras continuar en esa relación. Pero si piensas solamente en el coste que tendrá en el futuro es más probable que estés dispuesto a dejarla.

Una  de las maneras de conseguir no verte afectado por los costes hundidos es meditar. Según una reciente investigación de Andrew Hafenbrack la práctica de una meditación guiada durante 15 minutos inmediatamente antes de la toma de decisiones permite disminuir la influencia de los costes hundidos.( estudio).  

Cuando decidas algo, no mires el tiempo que has invertido, quizá la guerra ya está perdida, y lo que habrías de hacer es simplemente evitar seguir perdiéndola mucho más tiempo.