La semana pasada hablábamos de la importancia de la práctica deliberada para el segundo elemento de la creatividad, el aprendizaje. Y os comentaba que hay diversos ejercicios que se pueden realizar para favorecer el aprendizaje adecuado. Veremos algunos de ellos, que nos pueden ayudar a conseguir la maestría en cualquier campo.

¿Por qué es importante la maestría en la creatividad?

A veces, por influencia de las biografías idealizadas de personajes famosos, tenemos la sensación de que es más fácil que realice un descubrimiento realmente brillante una persona que acaba de llegar a un campo que una persona que tenga maestría en el. Parece como si la persona recién llegada tuviera un impulso que la otra persona no tiene. Y es verdad que en el mundo empresarial ocurre por ejemplo que una empresa que acaba de llegar es mucho más creativa que una que lleva tiempo ya establecida. Sin embargo en la mayor parte de los campos ocurre precisamente lo contrario.

Cuando una persona llega a un campo, puede que tenga muchas ideas, pero esas ideas son ideas normalmente ya descubiertas anteriormente. Yo podría comenzar a escribir y pensar ” sería una buena idea escribir un libro sin puntos y aparte” ( inspirado quizá por algunos comentarios de este blog) . Podría hacer un libro y para mí, quizá sería un libro muy original, aunque luego me daría cuenta de que eso ya está inventado y que García Márquez hizo lo mismo en “El Otoño del Patriarca”. ¿Cómo vas a conseguir hacer algo nuevo sin saber qué es lo que sería nuevo?.

Por eso antes de poder crear tienes que aprender, adquirir la maestría, y ya entonces sabiendo lo que sería nuevo y lo que no es, será el momento de poder innovar.

¿Cómo aprender para adquirir la maestría?

1. Aprendizaje activo. 

Uno de los grandes problemas del aprendizaje es que está muy desvinculado el esfuerzo de aprender del resultado de aplicar. Ya hace tiempo me di cuenta en el trabajo de que si aprendo un tema que solo me servirá en un futuro tengo mucho menos interés que si aprendo algo que me servirá para mañana. Y si además me servirá para un problema importante que tendré mañana mi interés será aún mayor.

La manera de conseguir simular esa situación es convertir la experiencia pasiva de recibir un conocimiento en una experiencia activa de tener que realizar algo con ese conocimiento. Ese algo puede ser muy variado, puedes tener que dar una charla sobre eso, puedes hacer preguntas y responder cuestiones de un compañero, puede haber un debate entre varias personas, o puedes tener que resolver un caso que se haya planteado y que por tanto se ha convertido artificialmente en tu problema.

Una interesante forma de aprendizaje activo es el “problem based learning “ ( aprendizaje basado en los problemas) que comenzó en la facultad de medicina en la universidad McMaster de Hamilton (Canada) por Howard Barrows y sus colegas al final de los años sesenta.

Los estudiantes de medicina sentían que aprendían muchas cosas que no tenían demasiada utilidad para su ejercicio profesional posterior. Para evitar la desmotivación se enfocó la enseñanza en la solución de problemas determinados. El programa tuvo mucho éxito y paso a otras universidades y también fuera de la medicina.

Ejercicio de aprendizaje activo:

Si eres tú quien diseña su propio aprendizaje, también habrás de ser tú el que cree los problemas que se han de solucionar. Puede que lo ideal sería tener un profesor que sepa tu estado de evolución y que establezca los problemas para ti, pero si no lo tienes lo puedes hacer solo. 

Por ejemplo ¿podrías pensar en una manera de hacer más activo el aprendizaje de la creatividad? Quizá podrías pensar en que has de diseñar alguna cosa, o has de encontrar una formulación nueva para un problema. O quizá puedes pensar en que has de realizar una charla sobre el tema, o resumir todo esto en dos frases. ¿Cómo resumirías todo lo que llevas de post en una frase?.

2. Comprensión profunda. 

En muchas ocasiones buscamos atajos. Nos quedamos en la superficie del conocimiento por pereza, y no buscamos llegar más allá.

Hay dos maneras de aprender las cosas.

–De una manera superficial, sin relacionar los conceptos entre sí, de una manera aislada y solitaria. Es una forma más rápida, pero como una casa contruida de manera apresurada durará poco tiempo.

– De una manera profunda, relacionando conceptos, buscando siempre el porqué, el cómo. Apoyando los conceptos uno sobre otro de manera que nunca se queden sueltos. Posiblemente nos llevará más tiempo, pero lo que aprendamos durará infinitamente más.

La comprensión profunda parte de conocer la naturaleza de las cosas y su evolución. Yo puedo tomar un mapa de Bulgaria  y mirarlo sin mucho detalle ni reflexión. Si me preguntas en diez minutos sabré donde están las ciudades importantes, pero si me lo preguntas en varias semanas no recordaré absolutamente nada. Sin embargo si alguien me cuenta la historia del país, porque la capital está donde está, porque tiene esa forma, pasarán muchos meses y seguiré recordando bastantes cosas.

A corto plazo podemos tener la tentación de buscar el conocimiento superficial, pero a largo plazo, ese conocimiento superficial no enlazará con nuevos conocimientos que adquiramos, ni nos aportará ningún valor extra, y si queremos llegar a la maestría, no tendremos más remedio que reconocer nuestro error y con la cabeza baja, dar marcha atrás y buscar el camino la comprensión profunda.

Práctica de comprensión profunda:

Cada vez que estés aprendiendo algo nuevo, no dejes que ningún concepto pase por delante de ti sin saber bien cómo funciona. Analízalo, desmenúzalo, y llega a comprender su esencia. Si no lo haces así acabará pasando como un pato de feria una y otra vez hasta que con la comprensión profunda le des el tiro definitivo.

3. Maestría líquida: Expertismo adaptativo.

Un verdadero maestro no se limita a tener unos conocimientos fijados. Es capaz de usar esos conocimientos para adaptarse a las circunstancias y de usarlos en campos distintos al campo originario. Imagina la diferencia entre un pintor que solo sabe pintar en un tipo de lienzo un tipo de pintura, y un pintor que sea capaz de utilizar cualquier tipo de material y pintar cualquier composición.

En mi opinión, el aprendizaje creativo y la comprensión profunda de los conceptos son los que permiten que te conviertas en un experto capaz de adaptar tu maestría a las situaciones que vayan surgiendo.

Para mí el expertismo adaptativo es una especie de maestría líquida. A diferencia de la maestría sólida que solo encuentra su encaje en aquella situación para la que fue creada, la maestría líquida es capaz de adaptarse a cualquier tipo de situación.

La maestría líquida puede que no sea tan impresionante como la sólida. Sin embargo en un mundo en el que los límites desaparecen y en que las circunstancias cambian es la única maestría que te va a seguir sirviendo a largo plazo.

Propuesta de ejercicio para la maestría líquida.

Qué utilidad serías capaz de encontrar para un concepto de maestría líquida. De los conocimientos que tienes en un determinado campo, ¿cuáles te servirían para un campo diferente?. Quizá puedas hacer una lista con dos columnas. En una de ellas poner tus habilidades y en otra poner puntos de tu vida en que necesites nuevas ideas.  Y puedes tender flechas entre ambas columnas para buscar nuevas conexiones entre las cosas.