El poder de la simplicidad

 

¿Qué tienen en común Charlie Munger y Bruce Lee y todos los demás inmortales?

El poder de la simplicidad. 

Lee decía que temía al hombre que practicaba una sola patada 10000 veces.

Toma una idea simple, urgía Munger, y tomatela con seriedad. 

Es todo lo que se necesita. 

Por: flickr.com/photos/jolives/4507530209/

Ideas, ideas, ideas. Sumas y añades. Tragas y tragas nuevas ideas sin cesar. ¿Y dónde te han llevado? Posiblemente a ningún lado.

Quizá es momento de cambiar. Quizá es momento de jugar a otra cosa. De tomar una idea al día, a la semana, al mes, ponerla en el exprimidor y sacarle todo el jugo.

¿ Pero de dónde sacar las ideas?

A veces las ideas vienen de tus propias intuiciones. Llevas toda la vida jugando al fútbol y sabes que en algunos lugares tienes que soltar la pelota nada más recibirla. Llevas mucho tiempo tratando con la gente y llegas a la conclusión de que lo más importante es hacer que se sientan bien.

Pero es muy difícil tener intuiciones sobre cosas que no conoces muy bien. La realidad es demasiado compleja.

Ayer jugaba con mi hijo a un videojuego de lucha. Habría, magos, guerreros, elfos, hechizos, golpes y conjuros volando al mismo tiempo a nuestro alrededor. ¿Cómo reducir toda esa complejidad a una idea? La única forma es acudir a alguien que conozca ese entorno y que tenga la poco frecuente capacidad de extraer unas cuantas ideas esenciales.

Después, podrás coger una idea y aplicarla. No leerla. No. Leerla , releerla y entenderla hasta que quede clara en tu cabeza, y aplicarla y reaplicarla hasta que sea parte de ti. Y solo entonces tomar otra idea.

Si eres impaciente, te resultará difícil. Lo sé porque yo soy bastante impaciente. Pero puede que pararse en las ideas importantes y dedicarles el tiempo que merecen, sea la única manera de progresar.

 

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