El otro día encontré leyendo (no recuerdo en qué libro) una reflexión interesante.
La diferencia entre el equilibrio estático y el equilibrio dinámico.
¿Qué es el equilibrio?
Siempre pensamos que algo está en equilibrio cuando no se mueve ni para un lado ni para otro. Pero en realidad, en física, no es así.
Un cuerpo está en equilibrio cuando está en reposo o moviéndose a una velocidad uniforme.
Es decir, cuando las fuerzas externas que actúan sobre ese cuerpo tienen un efecto cero sobre él. O lo que es lo mismo, cuando las fuerzas exteriores no le afectan.
El equilibrio por tanto puede ser de dos tipos:
Equilibrio estático que es cuando el conjunto de las fuerzas que operan sobre un cuerpo tiene un resultado cero y el cuerpo está en estado de reposo. Ese es el equilibrio que tiene tu televisor o tu microondas.
Equilibrio dinámico que es cuando el conjunto de las fuerzas que operan sobre un cuerpo tiene un resultado cero y el cuerpo está en estado de movimiento constante.
Un paracaidista está en equilibrio dinámico.
Más allá de la física
Muy bien. Todo esto es física, pero ¿para qué te cuento esto?
En muchas ocasiones aspiramos en nuestra vida a un equilibrio estático. Consideramos que la suma perfección sería estar en una situación en la que nada nos afecte. Ser una especie de monje zen al que no roza todo lo exterior.
Pero olvidamos una cosa: crecer, movernos, descubrir. Nuestro objetivo no debería quizá ser el de mantenernos siempre igual, sino el de ir hacia delante sin que nada cambie nuestra dirección.
Parece poco importante, pero la diferencia de mentalidad entre ambos equilibrios es fundamental. Si creemos en el equilibrio dinámico es más fácil que avancemos, que nos arriesguemos, que no miremos los cambios como un drama.
El equilibrio dinámico forzoso
Te lo he contado como si tuvieras alguna opción. Pero la realidad es que no la tienes. No puedes escoger, ya no.
En la época de nuestros abuelos y quizá de nuestros padres, uno podía vivir en una posición constante toda su vida. Podía haber cambios, pero eran limitados y no afectaban a lo esencial. Uno seguía con el mismo trabajo y con la misma pareja toda su vida.
Actualmente no es así. Las cosas cambian de un año para otro. Las parejas se rompen, los trabajos cambian y lo que es más difícil de aceptar, desaparecen. Antes podías tener un trabajo y que te echaran de él, pero sabías que podías acudir a otra empresa para trabajar de lo mismo. Hoy en día hay muchos trabajos que desaparecen para siempre.
Ya no se trata de decidir cambiar o no cambiar. Se trata de adaptarse a un cambio que necesariamente va a ocurrir.
Está muy bien todo eso de que crisis en chino significa oportunidad. Genial. Pero lo importante es que tengas la mentalidad adecuada.
Tú tienes que estar dispuesto a cambiar. No una vez, sino cien. Puedes llamarlo reinventarte, aunque a mí no me gusta nada ese término. No hay que partir de cero, simplemente tienes que evolucionar. Cambiar sin dejar de ser tú.
Ya sabes lo que hace la evolución con los seres que no son capaces de adaptarse. Los elimina. No seas un dinosaurio. Los humanos estamos hechos para adaptarnos, estamos hechos para vivir en equilibrio sí, pero en equilibrio dinámico.
Muy interesante. ¿No recordarás el libro?