A mucha gente ( no a toda) le resulta agradable ver bebes o animales pequeños. Nos parecen bonitos, con sus ojos enormes, sus cabezas grandes en relación a sus cuerpos y su frente alta y protuberante. Muchos dibujos se hacen con ese mismo esquema como los pokemon o Hello Kitty, e incluso los osos de peluche responden al mismo principio. Se llama también a veces “esquema de bebé”.
En japonés para describir ese esquema de bebé existe la palabra “Kawaii”, que se podría traducir en inglés por “cute” y en España por “mono”, y de una manera mucho más inexacta como bonito. Estoy sin embargo seguro de que cada país de habla española tendrá un nombre apropiado.
Ver cosas “Kawaii” nos afecta de manera innata. Atraen nuestra atención, nos producen una sonrisa y activan el sistema de recompensas del cerebro. No es casualidad. Si no fuera así, posiblemente abandonaríamos a los bebés al primer problema que dieran.
Pero ¿afecta el ver cosas “kawaii” a nuestro comportamiento después de verlas?
Según una investigación reciente (Nittono et al 2012) sí se producen algunos efectos al ver imágenes kawaii. Para comprobarlo se mostraron imágenes de animales de corta edad a varias personas. Después de ver esas imágenes, mejoró el desempeño en las actividades que requerían tener cuidado. En un experimento se probó en una actividad que requería un movimiento preciso para ayudar a otras personas. Pero en otro experimento se probó que también producía el mismo efecto en una actividad sin movimiento de búsqueda visual que no estaba relacionada con el cuidado o con la interacción social.
Es decir, ver imágenes Kawaii produce que seamos más cuidadosos no solamente al ocuparnos de los demás sino en toda clase de actividades.
Quizá la próxima vez que tengas que hacer un trabajo de precisión te convendría ver unas cuantas fotos de gatitos.
Está bien que pongas la fuente del estudio. Así podremos ver que se realizó sobre una muestra de 48 estudiantes universitarios de entre 18 y 22 años. No se si esto daría para una extrapolación universal. Lo que si me resulta intrigante es saber porqué consideramos “monos” a los animales con ciertas características y si la psicología evolutiva tiene respuesta para esto.
Un saludo.
Quizá es porque estamos programados para tener una reacción en general a lo pequeño. Porque lo pequeño que se veía normalmente eran las crías humanas. ¿tú que crees?
Tiene todo el sentido. En especial parecen “monos” los animales que tienen la cabeza y los ojos más grandes con relación al cuerpo que sus respectivos adultos. Rasgos que encontramos también en los bebés humanos.
Sí, exacto. En una charla muy interesante de ted de un autor que no recuerdo ahora decía que no es que nos gusten los bebés porque son bonitos. Es que nuestro cerebro ha evolucionado para encontrar bonito lo que nos interesa encontrar bonito.