El mundo de las buenas noticias.

“Nadie ama al mensajero que trae malas noticias”.  Antígona. Sófocles.

Ya he escrito en otra nada que es malo ser tú el que de malas noticias. La persona que las recibe no puede evitar asociarte a ellas, y tampoco puede evitar mirarte mal.

Las empresas lo entienden bien. De hecho lo entienden demasiado bien. Un ejemplo son las redes sociales.

Un día en las redes sociales.

Comienzo el día entrando en el Blog. WordPress ( el sistema que hace que funcione el blog) no suele darte malas noticias. Puede no darte noticias: que entraras al blog y vieras que nadie ha comentado nada, pero no existen las malas noticias, salvo la remota posibilidad de un comentario negativo. Y aún así un comentario negativo es posiblemente mejor que no tener ninguna reacción.

Paso a Twitter. El pajarito tampoco me trae malas noticias. O buenas noticias o nada. O una persona que ha hecho favorito uno de tus tweets, o una persona que te ha retuiteado, alguien que te ha seguido, alguien que te ha listado, o alguien que ha comentado algo que has escrito.  Solo el comentario podría ser negativo, y twitter aún no es capaz de distinguir si el comentario es bueno o malo. Twitter no te dice si una persona ha dejado de seguirte. Necesitas un programa específico para eso.

Entro a Facebook. Un par de mensajes, un par de personas que quieren ser mis amigos, la reacción de algunas personas a lo que has hecho o a alguna de tus páginas, o una invitación. Parece que tampoco existen en facebook las malas noticias. Nunca me ha notificado que nadie haya quitado un “me gusta” o que me haya quitado de la lista de amigos.

Entro a ver que tal van las visitas del podcast en Ivoox. Hay 3 números: Visitas, “me gusta” y comentarios. Todos ellos positivos.

 

Una burbuja de buenas noticias.

Vivimos en una burbuja en que no existen las malas noticias. En que todo lo que nos llega es positivo, y lo único negativo es solamente la falta de buenas noticias. Pero en el mundo real no solamente hay buenas noticias. Hay noticias buenas y noticias malas.

Estamos creando seres humanos que no reciben nunca malas noticias. Pero qué ocurre cuando una persona acostumbrada a que todo sea tan suave,  recibe de pronto una mala noticia real. Me temo que es inevitable que esa persona desentrenada ante la adversidad, acomodada a ser mimada, tenga un choque muy duro con una mala noticia grave.

En mi experiencia, he descubierto que la capacidad de hacer frente a noticias complicadas está determinada por la frecuencia con que se han recibido anteriormente. Y ya que con las malas noticias graves no se puede entrenar, quizá deberíamos empezar a practicar acostumbrándonos a recibir pequeñas malas noticias.

 

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2 comentarios en «El mundo de las buenas noticias.»

  1. Buenas

    De alguna forma me sorprende esta entrada (No es algo muy raro, a menudo me sorpredes jaja)

    Pero creo que diariamente recibimos muchas noticias malas, por ejemplo, al meternos a twitter si seguimos a algún periódico seguro que nos da malas noticias. Por eso se ha dicho en ocasiones que ver las noticias es malo para la salud ya que abundan las malas noticias y eso nos afecta.
    Sin embargo, yo más bien creo que nos hacemos inmunes a esas desgracias diarias que escuchamos sobre desastres, muertes y demás injusticias.

    Aunque a lo mejor tu te refieres a malas noticias personales, que nos afecten directamente, ya que a las desgracias e injusticias de los demás parece que nos hemos vuelto inmunes.

    ¡Felicidades por tu blog!

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    • Sí Diana, a eso me refiero. Las noticias malas de los otros son diferentes. Si no son demasiado trágicas, nos hacen sentir bien, aunque no lo queramos reconocer. Cada vez que sabemos que ha habido un desastre, y no estamos allí sentimos alivio. Si nos hicieran sentir tan mal los males ajenos, ¿pondrían tantasen las noticias?. Un saludo Diana.

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