A todos nos gustaría ser valientes, pero cuál es la diferencia entre los cobardes y los valientes. ¿Qué hacen los valientes de manera diferente?
Cus D’amato, el legendario entrenador de boxeo de Mike Tyson y otros grandes púgiles, tenía su propia opinión sobre lo que constituía el valor.
“Les digo a mis hijos: ¿cuál es la diferencia entre un héroe y un cobarde? ¿Cuál es la diferencia entre ser [cobarde] y ser valiente? No hay diferencia. Sólo lo que haces. Ambos sienten lo mismo. Los dos temen morir y ser heridos. El hombre que es [cobarde] se niega a afrontar lo que tiene que afrontar. El héroe es más disciplinado y lucha contra esos sentimientos y hace lo que tiene que hacer. Pero ambos sienten lo mismo, el héroe y el cobarde. La gente que te observa te juzga por lo que haces, no por lo que sientes”.
Fuente: Bad Intentions: La historia de Mike Tyson por Cus D`Amato.
La valentía como conducta
Las palabras de D`Amato me parecen liberadoras.
Es muy difícil controlar tu pensamiento. Es muy difícil evitar sentir miedo, sentir ganas de huir. Controlar el comportamiento no es fácil, pero es más fácil que controlar el pensamiento.
Lo que transmite D`Amato es que no hace falta ser un hombre de hierro para ser un valiente. Simplemente se trata de aprender a sobreponerte a la emoción del miedo. Sentir el miedo, pero no dejar que pueda contigo.
Puede que no sea fácil, pero desde luego es mucho más sencillo que tratar de controlar tu mente para no sentir impulsos que la evolución ha colocado dentro de ti cómo respuesta a determinados estímulos.
Cualquiera puede ser valiente. Sólo es una cuestión de disciplina, de tomar el camino correcto en una situación complicada. Lo que ocurra dentro de ti para que se llegue a esa situación no es algo que los demás vayan a ver.
La valentía es algo que se hace, no algo que se siente.
Un ejemplo del fútbol
Recientemente el equipo de fútbol del Mallorca consiguió remontar el resultado en el estadio del Atlético de Madrid, un equipo muy superior. La jugada decisiva fue un mano a mano en que el atacante japonés del Mallorca Take Kubo se quedó solo delante del portero. Marcó gol y los comentaristas alabaron su sangre fría. Era un momento decisivo y acertó.
La sorpresa vino después, cuando el propio Kubo, honestamente, confesó que había sentido miedo. “Me he cagado, tío” le comentó a un compañero.
Lo que desde fuera parece valentía, puede haber sido interiormente un pánico atroz. Pero lo que se siente no importa, porque la valentía es algo que se hace.