El diablo puede estar en los detalles, pero Dios está mirando desde las alturas.
— Ivan Entusiasmado (@Entusiasmadocom) March 28, 2014
Productividad. Nos encanta la productividad. Tomar una lupa y mirar al detalle las cosas que hacemos rápido para hacerlas aún más rápido. Quizá así podamos hacer más. Quizá podamos ser un poco más eficaces y llegar más lejos. Quizá tan lejos que no haya llegado aún nadie y entonces podamos mirar hacia atrás con una sonrisa y decir: “Ah, yo sí he llegado allí”.
Somos expertos en árboles. Un haya, un cedro, un castaño. Árboles que clasificamos cada vez más rápido. Que identificamos cada vez más pronto. Un árbol, dos árboles, tres árboles y siempre más. Sonreímos y esperamos sentirnos bien. Pero quizá nunca nos sentimos bien del todo. Porque no hay un número de árboles suficiente.
Quizá entre todas las horas dedicadas a los árboles, debiéramos dedicar una hora al bosque. Una sola hora de mirar el bosque. Sin pensar acerca de cada árbol, sino de lo que es el bosque en su totalidad. Sin juicios previos. Sin respuestas de lata. Sin mirar en ningún libro que nos sople la respuesta.
No hablo de una hora de mirar el bosque que te haga más eficaz contando árboles. Hablo de olvidarse de los árboles por un rato. De pensar en para qué estamos aquí, en qué hacemos. En de qué te sirven todos los esfuerzos que estás haciendo en tu vida.
Puedes aprender 5 idiomas, tocar el piano, comer mejor que nadie, visitar todos los países del mundo, conocer a miles de personas y sin embargo …. Sin embargo llegar un día a mirarte al espejo y pensar ¿y el bosque? ¿por qué en todo este tiempo no se me ocurrió parar una hora, cerrar los ojos y pensar en el bosque?.
Aún estás a tiempo. No has de esperar a sentir el torbellino girar. No has de esperar a mirarte al espejo y ver que apenas tienes el aliento bastante para empañarlo. Lo puedes hacer ahora mismo, hoy, mañana, todas las semanas y todos los meses que te quedan de vida.
No digas que no te advertí. No diga yo que no me he advertido. Ha de haber siempre al menos una hora para mirar el bosque.
Waw… This is satori time!! 🙂
Ahora que me acuerdo…
Un día estuve con dos chicos en un pub, y uno de ellos me pregunto por sorpresa, si me doy cuenta de los detalles, como por ejemplo; cuantas personas había alrededor nuestro y donde estaban situadas.
Supuse que la pregunta tenia como objetivo detectar si mi atención es “plena” 🙂 😉 atenta a todos los detalles… Mientras mi atención plena, justamente estaba en la esencia del momento, y en la atmósfera del entorno, o sea, mi prioridad absoluta tenían las personas con quienes conversaba, todo lo demás, para mi estaba ahí por añadidura, en el primer instante ya lo evalué como muy agradable ( . )
Situar la atención en muchos detalles, estar siempre alerta, pendiente que si te miran y como te miran los que están fuera de tu universo del momento, y aun los que están dentro, y mas todavía… ponerse a pensar como pueden pensar… ufff eso genera una fuga de de energía… cansa… y por obligación te sitúas en el estado de tensión, aunque tengas mil cursos hechos…. eso es lo que me transmitió uno de ellos, tensión, aunque no me la contagio… (el que estaba ‘muy’atento 😉 )
De aquel encuentro, no olvide ni el mas mínimo detalle… lo podría recrear perfectamente, con emociones y conversaciones enteras incluidas, aunque fue hace muchos meces…
Lo que es importante, es fusionarse con el punto, o espacio, de nuestra elección y percibirlo con todos los sentidos, (si se puede) y mas allá de ellos…
Esto fue, un relato corto, de una de mis excursiones al bosque 🙂
Un abrazo Ivan…