La mentalidad mamba de Kobe Briant

No hace falta presentar al desgraciadamente fallecido Kobe Bryant. Fue de los únicos cuatro jugadores de la historia de la NBA junto con Oscar Robertson, John Havlicek, y LeBron James en conseguir al menos 25.000 puntos, 6.000 rebotes y 6.000 asistencias en su carrera.

¿Cómo lo consiguió?

Él lo llamaba mentalidad mamba. Y lo explica en su libro que se llama ( !qué casualidad!) “Mentalidad mamba

La mentalidad mamba de Kobe Bryant.

Para Briant se necesita tener tres cosas: determinación de alcanzar el destino, inmunidad al miedo y deseo de aprender.

a) Determinación de alcanzar el destino

Kobe tenía muy claro que quería llegar a ser el mejor. Y estaba dispuesto a poner todo de su parte para conseguirlo.

Durante la temporada de novato de Kobe en la NBA, algunos informes de exploración dijeron que no era lo suficientemente fuerte como para tener éxito. ¿Su solución? Comenzó a hacer “entrenamientos bíblicos”, levantando pesas durante 90 minutos cuatro días a la semana. Con el tiempo, Kobe se dio cuenta de que podía agregar un entrenamiento adicional al día comenzando con su rutina más temprano, por lo que comenzó a despertarse a las 5 a.m. y entrenar antes de la medianoche una vez más. “No estaba dispuesto a sacrificar mi juego”, escribe, “pero tampoco estaba dispuesto a sacrificar el tiempo de mi familia”. Así que decidí sacrificar el sueño “.

Bryant tenía obsesión por convertirse en una leyenda. Siempre fue consciente de que la grandeza no es para todos y que requiere sacrificios, no solo de él sino de los seres queridos que lo rodean. A diferencia de la mayoría de las personas, Kobe entendió temprano en su vida el esfuerzo necesario para ser grandioso. Pero también entendió que necesitaba justificar este esfuerzo al no apartarse de su camino. Por lo tanto, nunca lo hizo: siempre fue el primero en llegar y el último en abandonar una sesión de entrenamiento, siempre dando un poco más que los demás.

Kobe siempre cuidó mucho su cuerpo. Con la ayuda de la fisioterapeuta principal de los Lakers, Judy Seto, y “un artesano italiano con cinta adhesiva” llamado Gary Vitti, Kobe logró mantenerse en forma durante la mayor parte de su carrera. Sin embargo, en el segundo partido de las Finales de la NBA de 2000, se lastimó gravemente el tobillo y, aunque regresó a la cancha en el cuarto juego gracias a la terapia de estimulación, no pudo jugar durante varios meses después de que los Lakers ganaran el título.

¿Qué hizo Bryant para mantenerse en forma y fortalecer sus tobillos durante el verano siguiente? Lo creas o no, se puso a bailar claqué, después de descubrir, a través de una investigación meticulosa, que esta era la mejor manera de aumentar su fuerza en el tobillo y al mismo tiempo mejorar la velocidad y el ritmo del pie. Kobe dice que sintió los beneficios de esas lecciones de claqué hasta el final de su larga carrera.

b) Aprendizaje perpetuo

Desde muy pequeño, Bryant se dio cuenta de que si quería ser el mejor, tenía que trabajar en añadir elementos a su juego día tras día. Y eso es lo que hizo. Cada vez que veía por televisión un movimiento que le gustaba, lo practicaba una y otra vez hasta que lo dominaba. Así consiguió llegar a ser profesional, no solo con una gran cantidad de habilidades, sino también con la capacidad de aprender rápidamente.

Al igual que hacía cuando era pequeño, cuando fue profesional, cada vez que veía a alguien haciendo algo que le llamaba la atención, Kobe quería capturarlo. Y hacía dos cosas. Por una lado, practicaba el movimiento hasta dominarlo. Por otro pensaba en la mejor manera de contrarrestarlo.

Bryant siempre intentó saber por qué sus oponentes eran buenos. Ya fuera Iverson, McGrady o Vince Carter, quería descubrir qué les hacía poderosos.

Kobe devoró todo lo que pudo tener en sus manos durante toda su carrera, desde clásicos hasta películas deportivas y viejos partidos de la NBA. Pero nunca fue un entretenimiento pasivo para él: fue parte de su proceso de aprendizaje. Como él decía, él nunca fue una de esas personas a las que les gusta mirar un reloj, sino uno de los pocos que disfrutan más sabiendo cómo funciona el reloj. Fue a través de este hábito que finalmente desarrolló su enfoque y su capacidad para descubrir detalles, dos cosas que realmente lo ayudaron a convertirse en el jugador de baloncesto que era.

c) Inmunidad al miedo y la vergüenza

Kobe Bryant no sentía miedo. Si veía alguna habilidad que quería incorporar a su juego, intentaba incorporarla de inmediato, sin preocuparse de fracasar. “No tenía miedo de fallar, quedar mal o sentir vergüenza” escribe. Para hacerlo tenía siempre en mente el destino final, el largo plazo. “Me enfocaba siempre en el hecho de que tenía que intentar algo para dominarlo, y que una vez que lo consiguiera, lo tendría para siempre un arma más en mi arsenal. Si el precio era mucho trabajo y unos cuantos tiros fallados, no tenía problemas con eso”.

d) Una anécdota reveladora

No hace falta decir que Kobe Bryant siempre cuidó mucho su cuerpo. Con la ayuda de la fisioterapeuta principal de los Lakers, Judy Seto, y “un artesano italiano con cinta adhesiva” llamado Gary Vitti, Kobe logró mantenerse en forma durante la mayor parte de su carrera. Sin embargo, en el segundo partido de las Finales de la NBA de 2000, se lastimó gravemente el tobillo y, aunque regresó a la cancha en el cuarto partido gracias a la terapia de estimulación, no pudo jugar durante varios meses después de que los Lakers ganaran el título.

¿Qué hizo Kobe para mantenerse en forma y fortalecer sus tobillos durante el verano siguiente? Se puso a bailar claqué, después de descubrir, a través de una investigación meticulosa, que esta era la mejor manera de aumentar su fuerza en el tobillo y al mismo tiempo mejorar la velocidad y el ritmo del pie. Kobe dice que sintió los beneficios de esas lecciones de claqué hasta el final de su larga carrera.

Reflexiones sobre la mentalidad mamba

Al reflexionar sobre la mentalidad de Kobe Bryant llego a varias conclusiones:

  1. Como he dicho muchas veces en esta web, detrás de casi todas las historias de éxito, hay una historia de esfuerzo. No es algo que salga muchas veces a la luz. Queda más bonito hablar de talento, de ser un superdotado o un extraterrestre. Pero cualquier “extraterrestre” tiene muchísimas horas de trabajo a sus espaldas.
  2. Para ser el número uno tienes que dejar de lado muchas otras cosas. La mayor parte de nosotros no tenemos esa necesidad de ser leyenda. Si tienes esa necesidad, has de saber que la única manera de llegar tan arriba es dedicando tu vida de manera absoluta a ello.
  3. Para aprender, hay que fijarse. Primero en las cosas que tienes que aprender, y luego en cómo tienes que hacer esas cosas. Si tienes cerca alguien que haga algo muy bien, la mejor manera de aprender es la que usan todos los animales cuando son pequeños: imitar. Imitar una y otra vez hasta hacerlo bien.
  4. Ser experto en cualquier materia significa tener una bolsa de trucos más grande que la de tus competidores, y ejecutar esos trucos mejor que ellos. Cada habilidad que adquieres, te acerca al éxito.
  5. El esfuerzo no siempre es apretar los dientes. Esforzarse también es atreverse a hacer cosas que otros no harían. Ignorar a los que te puedan mirar con mala cara por aprender claqué.

Si te ha interesado la mentalidad de Kobe Bryant, puede interesarte su libro: Mentalidad Mamba.

Si te gusta esta entrada no la copies, compártela en tus redes mencionando el origen. Muchas gracias

Deja un comentario