La obligación moral de ser políticamente incorrecto.

No es ningún secreto para los que hayan leído alguna vez el blog, que la corrección política me produce sarpullidos. Pocas formas de tiranía son tan limitadoras como las mordazas que uno mismo acepta voluntariamente, no sólo en su acción, sino en su expresión y también en su pensamiento. La tiranía impuesta por otro puede hacer de la vida del ser humano un infierno. Pero la tiranía aceptada convierte esa vida en una indignidad.

Por todo ello estoy en contra de la corrección política. Y considero la incorrección no solo un derecho, sino más aún, una obligación moral. Ahora te contaré por qué.

 

decir la verdad

 

Como hemos visto en La mejor manera de gobernar un rebaño, el ser humano tiene tendencia a organizarse en grupos sociales. Y esos grupos sociales necesitan para que su funcionamiento sea viable, establecer unos sistemas de actuación en los que la voluntad de algunos se vea constreñida.

El poder expansivo de la democracia

La democracia es el más popular actualmente de los sistemas que limitan la voluntad de alguno de los miembros del grupo social ((sistemas exógenos). Su popularidad es tan grande que se llega a considerar por grandes sectores de la población como el sistema éticamente correcto ( cosa en mi opinión errónea porque es un sistema que deja fuera las voluntades de algunas personas).

Ese prestigio de la democracia, fomentado por años de campañas mediáticas y políticas en su favor, es enorme. Y de hecho permite que sobreviva a la absoluta insatisfacción producida en algunos países con su forma actual de aplicación.

Es más el prestigio de la democracia es tan grande, que produce la extensión arbitraria e injustificada del sistema mayoritario de toma de decisiones de la democracia a otros campos totalmente diferentes como el arte ( ver ¿es 50 sombras de grey un buen libro?)

La extensión de la democracia al pensamiento.

Pero siendo grave la extensión de la democracia al arte, es mucho más grave aún la extensión de la democracia al pensamiento. El planteamiento equivocado y obviamente implícito es: ” Si la decisión válida es la tomada por la mayoría, el pensamiento válido es el aceptado por la mayoría”.

Se crea así una especie de “catecismo de las verdades innegables” que se repite de manera constante por los medios y por la gran mayoría de las personas, limitadas en su capacidad de análisis por una estrategia de demonización de la cultura y apología de lo externo y lo accesorio ( ver la rebelión de las mentes libres) .

En las dictaduras existe una reacción siempre, pues la consciencia de encontrarse en un sistema autoritario favorece la legitimación del pensamiento opositor. Sin embargo en un sistema democrático existe el inmenso peligro de que parece como si el pensamiento divergente fuera por el contrario ilegítimo.

La expresión de lo políticamente incorrecto como obligación moral.

En un sistema así, (y no es una utopía, sino que es el sistema que vivimos actualmente) manifestar los pensamientos contrarios al “catecismo de las verdades innegables” no es sólo algo que podamos hacer. Es por el contrario nuestra obligación como ciudadanos. Nuestra contribución a un mundo más libre. Nuestra resistencia contra los que quieren convertir todo en inopinable.

No es cuestión de oponerse por oponerse. Es cuestión de plantearse todas las cuestiones desde cero. De leer, de informarse, y sobre todo de pensar. Y no dejarse mecer en la cuna por los arrullos de los pensamientos de otros. Es tu obligación como ser humano. Es tu deber si no quieres convertirte en oveja. Como en la Odisea, si no reaccionas, quedarás eternamente convertido en cerdo y a merced de Circe.

Y si después de ese despertar te das cuenta de que alguno de tus pensamientos es contrario al mayoritario de la sociedad, es tu obligación exponerlo y dar la cara. Dando la cara te estarás salvando tú, y estarás a su vez abriendo un camino para otros que discrepan y que quizá no sean tan valientes como tú. Estarás creando un espacio de libertad, en el que será para otros más sencillo respirar.

 

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4 comentarios en «La obligación moral de ser políticamente incorrecto.»

  1. PLAS PLAS PLAS PLAS (aplausos, el público se levanta de sus asientos)

    El políticamente correcto es una de las formas más sutiles y horribles de manipulación de masas. Es el ejercicio de doblpensar del que alertaba Orwell. Tu puedes tener en tu fuero interno una convicción, pero si ves que la ”opinión pública” (otra de las grandes mentiras) va en otra dirección, un sujeto Orwellizado se callará y se someterá al ejercicio de doble pensar

    Yo me apunto a la ola de los entusiasmados, los que creemos que es un deber moral levantar la voz en temas espinosos, por esas mismas razones que has dado, crear un espacio de libertad y despertar a otras conciencias.

    Precisamente en un foro que frecuento estan hablando del tema de las pensiones, bajo dos lineas que se que NUNCA voy a oir en ninguna tertulia o periódico de esos que se encargan de cocinar la ”opinión pública” y abrazar la ola de lo políticamente correcto. Unos son partidarios de bajar PRIMERO las pensiones de más de 1.000 euros, que las hay y son las que según esta vertiente, se come y vuelve insostenible el sistema de pensiones. Otros son partidarios de la liberalización (que no privatización, esa seguro que la escuchamos en las tertulias) del sistema de pensiones. Da gusto encontrar a gente que discute las ideas abiertamente y tal y como son, asi es como más se aprende y se mejora en todos los sentidos.

    El foro es transicionestructural.net, por si a alguien le interesa.

    Por cierto, en el tema ”el poder expansivo de la democracia” introduces la idea políticamente incorrecta de que la democracia no es tan buen sistema como lo pintan. Da la casualidad de que tambien comparto esa idea tan ”incorrecta”. Hay una viñeta muy buena por ahi en la que se ve un volcán y 4 tios. Uno de ellos dice ”Hemos votado 3 a 1 a favor de tirarnos al interior de este volcán. Asi que, 1, te tiras con nosotros” Es así de triste y cierto xDD

    Entrada que suscribo al 100%

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    • Creo que es un tema que, siendo siempre interesante, lo es mucho más en aquellas sociedades están sometidas a un pensamiento único y huérfanas de personas que tengan a la vez la claridad para mirar más allá de las brumas de lo repetido, y la valentía para dar la voz de la alarma ante lo que están pasando.
      La democracia, como dije en algún otro post, es un sistema que deja voluntades arrinconadas. Y además más que un sistema es en realidad una multitud de sistemas posibles. El hecho de vivir en uno de ellos y de calificarlo como democracia, hace que todas las críticas al sistema concreto puedan ser rechazadas como críticas a la “democracia” como valor.
      Me encanta la idea del volcán. Pero podría ser aún más grave. Quizá los otros tres no voten que todos os tiréis al volcán. Sino que votan que tú seas el que te tires al volcán.
      Por eso es fundamental que rompamos con el mito de que una idea adoptada por mayoría es una idea legítima, y aceptable.
      En cuanto al foro que mencionas, le echaré un ojo, si tú le recomiendas.
      Un saludo.

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  2. No quiero dejar pasar la oportunidad de decirte que estoy bastante de acuerdo con lo que dices en el artículo, me pilla “pariendo” una reflexión sobre las herramientas predeterminadas humanas y el uso finalista que hacen de ellas los “ingenieros sociales”, todo bastante coincidente con el espíritu de tu artículo.
    Tengo pendiente otro en el que me llamo a mí mismo el 6,35% (explicaré el por qué de ello en el post)…Todo coincidente en lo mismo, y me jacto o presumo abiertamente de “políticamente incorrecto”.
    Buen artículo.
    Un saludo

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