La verdad os hará libres

La verdad os hará libres

Por: flickr.com/photos/fusion_of_horizons/3276672612/

Ayer leí esa frase por algún lado. Como estudié en un colegio semi religioso, esa cita del Evangelio (¿Juan quizás?) me suena muy conocida. Pero nunca le había dado mucha importancia.

Sin embargo ayer reflexioné un poco sobre ella. No en el aspecto religioso, sino en el aspecto más práctico y aplicable a la vida cotidiana. Y lo primero que me vino a la mente es la frase en negativo.

La mentira os hará esclavos

Todos nos llenamos la boca diciendo que somos sinceros, y más aun, que queremos personas sinceras en nuestra vida.

Pero ¿es así? ¿queremos gente sincera? ¿Queremos la verdad?

La verdad y el engaño

Yo creo que cuando alguien dice que le gustan las personas sinceras lo que está pensando en realidad es que no le gusta que le engañen.

Es normal. Si te engañan, te están ofreciendo algo como si tuviera un valor superior. Si te engañan al venderte un coche, te están dando un coche estropeado como si estuviera en buen estado. Si te engañan al venderte un filete, te están dando cerdo a precio de ternera.

¿Quién puede querer que le engañen? Nadie.

Esa verdad es por tanto una verdad referida a las características de la persona que ha de ser sincera o a las características de lo que esa persona ofrece.

Pero hay otra parte de la verdad

La verdad de lo que eres tú

La segunda parte de la verdad es la que se refiere a lo que eres tú.

Aquí ya no estaría todo el mundo de acuerdo. Aquí ya habría que ver qué porción de verdad estás dispuesto a aceptar.

El otro día un amigo del fútbol me dijo que había cogido peso. Obviamente no me gustó escucharlo. Pero se lo agradecí. No tenía por qué decirme nada, no le había preguntado, para él hubiera sido más cómodo callarse. Pero no lo hizo.

Solo hay dos tipos de personas que te dirán la verdad. Bueno cuatro si contamos a los borrachos y a los niños. La verdad te la dirán tus enemigos y quienes de verdad te quieren.

Tus enemigos te la dirán porque nada duele más que la verdad. Si estoy muy descontento con mi trabajo, nadie me va a decir por la calle: “tu trabajo es una mierda” salvo que sea un enemigo que esté buscando lo que más me duela para herirme.

Pero por otro lado también es cierto que tus amigos más íntimos son los que te dirán las cosas más difíciles de decir.

¿Por qué?

Porque es complicado decirle a alguien algo que no quiere escuchar. La mayor parte de la gente no se arriesgará. Pero tus amigos de verdad (y en general las personas que de verdad te quieren) se la jugarán porque querrán que puedas cambiar.

¿Cómo distinguir la verdad de un enemigo de la verdad de un amigo?

El principal criterio es que la verdad sirva para hacerte cambiar. Ningún amigo te dirá que eres muy bajo o muy fea o miope o calvo. Eso no serviría de nada y solo te lo diría un enemigo.

Un enemigo te diría que no te gusta el coche que te has comprado. Un amigo solo te dirá que no le gusta el coche que te quieres comprar.

Cuando es tarde para algo o se trata de una cosa que no puedes cambiar, la verdad no sirve de nada.

El segundo criterio es que el enemigo dice la verdad sin importarle cómo te sientas. Pero no siempre es fácil distinguir, algunas personas son como elefantes pisando margaritas, dicen las cosas de una manera dura y salvaje, no porque quieran que estés mal, sino porque creen que así te harán reaccionar. Sé que es difícil, pero intenta entender que a veces no hay mala intención en las palabras sino falta de suavidad en la forma.

 

La verdad quizá no te hace libre pero te quita las cadenas

Quizá la verdad no te hace directamente libre. Quizá la verdad por sí misma no cambia nada. Pero la verdad es el primer paso para cambiar. Si no conoces tus problemas, no puedes encontrar las soluciones.

Cuando ignoras la verdad, eres esclavo. Estás encadenado. No puedes moverte aunque quieras. Una vez que conoces la verdad ya no eres esclavo. Estás en la misma celda en la que has estado siempre, sí, pero la puerta ya no está cerrada ni tienes cadenas que te aten a la pared.

Una vez que conoces la verdad, puedes quedarte llorando, retozando en el charco de dolor sin intención de salir. O puedes decidir que vas a salir. Que vas a cambiar lo que sea necesario cambiar para mejorar.

Para eso necesitas dos cosas: responsabilidadvalor.

Responsabilidad para saber que cambiar tu situación depende de ti. Seguro que se te ocurren mil causas que te impiden cambiar, pero la responsabilidad es saber que , al final, solo tú puedes decidir si cambias o no.

Valor es la fuerza para una vez que sabes que depende de ti, hacer lo que tienes que hacer. Adelgazar, empezar a estudiar, dejar de jugar a las tragaperras, dejar el tabaco, o cualquier otra cosa que tengas que hacer.

 

Una mentira bonita no deja de ser una mentira

Las mentiras horribles te hacen esclavo.

Las mentiras bonitas te hacen esclavo.

Cualquier mentira te ata. Las mentiras bienintencionadas son tan peligrosas como las malvadas. Incluso más, porque las mentiras bienintencionadas son coreadas por todos, y cuando se entra en ellas, es muy difícil salir. Es como el cuento del traje invisible del emperador.

Hoy en día vivimos en un mundo de paredes acolchadas. Las redes sociales, los medios de comunicación, tu vecina y un señor de Cádiz, te dicen que eres maravilloso como eres, que solo tienes que aceptarte, que basta con que te quieras.

Y no es verdad. Eso es una mentira. Eso es un hueso que le echan al esclavo para sacie su hambre sin cambiar su destino.

No basta conque te aceptes. Es necesario que sepas la verdad. Es necesario que aceptes la verdad. Es necesario que sepas que eres responsable de cambiar y tienes que tener el valor de hacerlo.

Necesitas la verdad, aunque te duela.

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