Nos gusta pensar que somos seres racionales, capaces de tomar las decisiones de una forma justa y matemática. Sin embargo en la gran mayoría de las ocasiones eso no es así. Existen numerosos sesgos o trampas ( las llamadas en inglés “biases”) que hacen que nuestro razonamiento se olvide del camino recto y entre en curiosos giros.
Conocer esos sesgos o trampas de la mente, hace que sea más fácil conocernos a nosotros mismos. Porque sabremos los caminos que sigue nuestra cabeza y el porqué lo hace. Como el viajero antiguo que antes de emprender un viaje estudiaba los lugares en que era más posible ser asaltado por bandoleros, así nosotros, al razonar, hemos de pensar los puntos en que nuestro razonamiento es más vulnerable y nuestra mente más débil.
Ejemplos de trampas de la mente:
Algunas tienen nombres raros, pero no te preocupes, las iremos descubriendo todas y haciéndolas sencillas de comprender.
Heurística de la disponibilidad: lo que está disponible en nuestra mente se considera más que lo que no está disponible. Por ejemplo si nos preguntaran las más frecuentes causas de muerte, es muy fácil que sobreestimemos la posibilidad de morir a tiros. ¿Por qué? Porque estamos viendo constantemente películas en las que la gente es asesinada de esa forma. Mientras, otras causas de muerte mucho más frecuentes que no están tan presentes en nuestra mente.
Efecto contraste: el efecto que nos producen las cosas depende del efecto que hayan producido cosas anteriores. Si por ejemplo vas a comprar una casa por 200.000 euros, es mucho más fácil que la compres si antes has visto una con peor aspecto por 300.000 que si has visto una de 175.000 que sea un poco peor sólo que la que estás mirando.
EFecto de los medios hostiles: es la tendencia a ver la información de medios con opiniones diferentes a las tuyas como poco objetivos por el hecho de no coincidir con tu visión de las cosas.
¿Por qué existen las trampas de la mente?
Al hablar de trampas o sesgos, parece que estamos tratando de factores que nos influyen de una manera negativa. Pero no necesariamente es así. Normalmente esas trampas cumplen una función, la función de simplificar nuestro pensamiento.
Nuestro cerebro ha ido evolucionando, pero no tan rápido como para adaptarse a los cambios extremadamente rápidos de la sociedad humana. Hoy en día es más importante la capacidad de análisis certera que la rapidez en la toma de decisiones. Sin embargo en la sociedad de hace 100000 años no era así.
El peligro antes no era una fusión con los japoneses ( como pasa en las películas de directivos) sino que un león te hincara el diente, una serpiente te saltara al cuello, o un enfrentamiento con el cabecilla de la tribu te dejara solo en mitad de la nada.
Esas trampas fueron útiles, e incluso pueden seguir siendo útiles en alguna ocasión. Pero en la mayoría de los casos no están adaptadas a nuestras necesidades actuales.
¿Por qué conocer las trampas de la mente?
Digamos que hay un motivo “bueno” y un motivo “malo”.
El motivo “bueno” es evitar que nadie nos manipule.
El motivo “malo” es conseguir que los demás hagan lo que deseamos. Y digo “malo” entre comillas, porque todos intentamos en numerosas ocasiones a lo largo del día que los demás hagan lo que nosotros queremos que hagan. Yo mismo al escribir este artículo estoy intentando despertar tu interés en leer todos los artículos que escribiré sobre este tema. Tú cuando dices a tu pareja que la quieres estás intentando conseguir que te diga que te quiere a ti también. Cuando le das un giro interesante a un “tweet” estás intentando que alguien te retuitee. Y cuando le dices a tu jefe que has trabajado mucho en un expediente estás intentando conseguir que valore tu trabajo de una manera más positiva.
Manipular es una palabra que tiene connotaciones muy negativas. Es como “mover a una persona con la mano”. Quizá entonces sea mejor influir, mover, inducir. Llámalo como quieras. La realidad es que conocer cómo se mueve la mente de los demás es una de las circunstancias más importantes para el éxito.
Así que ( a semejanza de lo que hacemos con el Bestiario de enemigos privados) iremos descubriendo una a una las trampas de la mente. Y este post, será como el cuaderno de campo en el que todas esas trampas irán quedando pegadas, como mariposas en una colección.
La mente o la araña con la cual puede interpretar lo que no vemos como real, se puede distorsionar, entendemos poco sobre la mente, o quizas algun cientificos han pensado que sera mejor guardarnos parte de ese secreto de la mente. Y si, asi ocurre con algunas personas piensan que son prisioneros de una mente y la mente tiene la capacidad de imaginar o realizar sueños…Yo no creo en las trampas de la mente, simplemente reconozco que alguna ocasion hemos creido que la mente es la que nos hace la trampa. Es como un juego visual, si lo vemos o lo comprendemos es cuestion de enfoque.
No tenemos por que ser prisioneros de la mente, pero muchas veces lo somos. Y las trampas de la mente son trampas, pero a la vez son necesarias para que la mente funcione mejor.
La mente nos tiende una trampa…cuando nos dejamos llevar por la razón y obtenemos información del exterior,casi todos nosotros estamos sumergidos en ese gran circulo social,económico y como modelo familiar,..donde entran a jugar ciertas formas y conductas a la que se contraponen con la intuición y los sentimientos internos de cada uno de nosotros.Descubrimos las trampas mentales cuando existe contradicción,.ejemplo:quiero una hermosa familia …pero me case con un hombre el cual me golpeaba y me manipulaba y …yo que pensaba en que a mi no me sucedería.Quiero formar una nueva familia pero tengo que seguir sosteniendo a la anterior .Una vida personal vivida en la infancia donde conflictos familiares no fueron resultos..necesitamos crecer y nuestro crecimiento es personal y dificil…Hay personas que logran conocerse tanto así mismas que pueden manejar esa trampa..y siguen creciendo como personas mas sanas y humanas a pesar de las caídas y tropiezos que seguirán apareciendo en su camino de vida,y otras no tanto porque crecer es atreverse a enfrentar cambios a los que no están dispuestos a vivir.Las trampas pueden ser buenas desde el punto de vista de un crecimiento personal y malas desde el punto de vista de…, quedarnos en un mismo lugar sin enfrentar los cambios y modificar nuestras propias debilidades