Reírse de la adversidad.

(…) Jesús me dijo
que me riera,
si el enemigo
me tienta en la carrera,
y también me dijo
no te mortifiques
que yo le envío
mis avispas pa[ra] que lo piquen
es verdad (…)

Juan Luis Guerra. “Las avispas”.

 

Hay algo que caracteriza a una persona valiente. Hay algo que es propio de alguien que no teme a nada. Y ese algo es ser capaz de reírse en la misma cara de la derrota. Mirar a la adversidad a los ojos, sonreír y decir ” No vas a poder conmigo”.

 

La tendencia natural. 

 

La tendencia natural es a llorar cuando algo malo nos ocurre. Nos centramos en lo que pasa en el momento solamente, vemos la vida por un microscopio, nos centramos en los detalles más nimios de lo que sucede justamente ahora, y nos olvidamos de la imagen global. Con esa visión nuestro estado de ánimo ha de ser necesariamente un estado de ánimo variable, porque depende de lo que tengamos delante del microscopio en ese momento.

 

Reírse de la adversidad. 

 

Reírse de la adversidad es un hábito, como llorar cuando nos ocurre algo malo,  Pero a diferencia del lloro, es un hábito que no es innato, sino que hemos de crear nosotros.

Quizá te parece que es difícil responder con una sonrisa a la adversidad. Que es natural sentirte desolado cuando las cosas no van bien. Y en parte es verdad. La reacción espontánea es sentirte mal cuando algo malo te ocurre. Pero la respuesta natural cuando nos caemos al agua es ahogarnos, y sin embargo podemos evitarlo aprendiendo a nadar.

Como toda costumbre, el hábito de reír ante la adversidad se crea usando esa respuesta de manera reiterada.

 

La vida está llena de adversidades, y cada una de ellas nos da la oportunidad de ensayar esa respuesta. 

Cuando veas que tu fila para el supermercado avanza más lentamente, sonríe.

Cuando veas que tu equipo favorito ha perdido un partido, sonríe.

Cuando pierdas el tren, sonríe. Cuando te hayas olvidado las llaves, sonríe. Cuando un amigo te traicione sonríe.

No has de sonreír porque haya ocurrido algo malo. Has de sonreír porque eres fuerte, y porque sabes que puedes sobreponerte a los golpes del destino. No es una sonrisa falsa, negando lo que ha ocurrido. Es una sonrisa de fortaleza porque nada puede echarte abajo.

Si vas practicando en cada adversidad, irás creando la costumbre y cuando te quieras dar cuenta, serás capaz de responder de una manera risueña a todo lo malo que pueda sucederte.

 

Ayuda para reírse de la adversidad.

 

Cuando algo ocurre de pronto, no tienes tiempo para pensar. Tu cuerpo y tu subconsciente reaccionan mucho antes de que tu mente esté dispuesta. Por eso conviene tener interiorizada la respuesta que quieres dar y haberla pasado al subconsciente.

Una manera divertida y eficaz de generar una respuesta inmediata es mediante la asociación de una canción a la situación. Piensas por ejemplo en la situación de “algo malo ocurre” y decides que tu primera respuesta va a ser tararear una canción.

En mi caso yo he elegido una hermosa canción de Juan Luis Guerra, para asociarla a reír ante la desgracia.

Por tanto mi regla sería:

Adversidad —> Tatarear canción las avispas —> pensar en lo fuerte que soy y como me sobrepongo a la adversidad —> Felicitarme por ello.  

 

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2 comentarios en «Reírse de la adversidad.»

  1. ¡Qué cierto, Iván! El sentido del humor y la risa son herramientas valiosísimas y tremendamente eficaces en la gestión de crisis, resolución de conflictos, interrelación, comunicación, trabajo en equipo… Y sin embargo, sobre todo en algunos foros, no solemos darles la entidad que realmente tienen. Abrazo con sonrisa 🙂

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