“Es un momento bastante complicado en el trabajo. Se ha ido mi jefe directo y ahora tengo que hacer su trabajo y el mío.”
Conozco del trabajo a la mujer que me está contando su situación. Sé que es un momento estresante, pero ella está tranquila y sobre todo muy sonriente. Siempre lo está.
“Lo llevas muy bien” le digo. “Eres una persona muy positiva”. No estoy regalando ningún halago. Siempre sonríe por estresante que sea la situación.
Me espero un simple gracias que acabe la conversación. Pero no es así. “Bueno, intento trabajar en ello.”
Con esa frase ha captado mi atención. Siempre me interesan las tácticas de los demás en estas cuestiones.
“Bueno” me explica, “yo creo que tu estado de ánimo es el resultado del trabajo que pones en él”.
La idea es simple pero tiene mucha fuerza. Me explica alguna cosa más y se va, pero mi mente sigue dándole vueltas al tema.
Tu estado de ánimo, tu responsabilidad
Estamos acostumbrados a ver nuestro estado de ánimo como algo que nos ocurre. Como el resultado de unas circunstancias que no podemos cambiar. Llueve, estoy de buen humor, hace sol, estoy de mal humor, nieva, estoy apático.
Y no, tu estado de ánimo no depende de las circunstancias, tu estado de ánimo depende de ti.
Por supuesto que las circunstancias influyen. Claro que es más fácil estar de buen humor si la vida te sonríe, estás sano, tienes dinero, y tu mamá te quiere. Pero todos conocemos casos de personas que lo tienen todo y no son felices. Y casos de personas que no tienen nada y sin embargo se las apañan para ser extraordinariamente felices.
Por supuesto que el carácter influye. Hay gente que tiene una naturaleza más alegre y gente que tiene una naturaleza más triste.
Por supuesto que la historia de tu vida influye. Algunos han tenido la vida muy fácil y otros han tenido que superar obstáculo tras obstáculo.
Sí, hay muchas cosas que influyen. Pero eso da igual. Tú tienes las circunstancias, el carácter y la historia que tienes. Partes de un punto de salida sí, pero sigue siendo tu responsabilidad.
Al igual que pasa con el dinero, cada uno sale de un lugar. Uno desde más adelante y otro desde más atrás, pero todos podemos correr.
Tu estado de ánimo no es el tiempo que sale en las noticias. No lo mires como si no se pudiera cambiar. Se puede cambiar. Y además sabes qué: cambiar tu estado de ánimo es una responsabilidad solo tuya.