7 consejos que te daría Charlot si le invitaras a cenar.

A veces pienso que sería divertido conocer a algún personaje de esos famosos y que marcan la historia. No necesariamente el más importante, sino alguno que por algún motivo especial me llame la atención. Hay varios y a todos les dedicaré su momento, pero no sé porqué me apetece empezar con uno divertido... Charles Chaplin. Charlot.

Como está un poco muerto, haremos el milagro de revivirle a través de sus frases más destacadas y como si estuvieramos cenando con él leeremos sus frases más llamativas. Y como me cuesta mucho no dar mi opinión haré un comentario de lo que me sugieren dichas frases. Por la cuenta no te preocupes, yo pago la mía y la de Charlot ( los muertos comen poco) . La tuya la dejo para ti, no sea que te pases pidiendo.

Que se quite el bombín el que no se haya reído con Charlot.

Que se quite el bombín el que no se haya reído con Charlot.

1. Mirada de cerca, la vida es una tragedia, pero vista de lejos, parece una comedia.

El tiempo elimina la carga emocional de las cosas. Lo que hoy parece extremadamente importante, mañana te resultara totalmente carente de importancia y hasta divertido.

2. Hay que tener fe en uno mismo. Ahí reside el secreto. Aun cuando estaba en el orfanato y recorría las calles buscando qué comer para vivir, incluso entonces, me consideraba el actor más grande del mundo. Sin la absoluta confianza en sí mismo, uno está destinado al fracaso.

La fe en uno mismo ha de ser absoluta, sin dudas. No ha de significar ,claro, que pienses que eres perfecto, que no hay otro como tú. Es más bien una creencia en que serás capaz de superar todos los obstáculos, que no hay nada que pueda definitivamente contigo. Que sea lo que sea lo que hayas de aprender o hayas de mejorar serás capaz de trabajar en ello. Si tú no crees en ti mismo la vida tampoco lo hará.

 3. Sin haber conocido la miseria es imposible valorar el lujo.

Imagínate que fueras el hijo de un jeque árabe multimillonario. Que tuvieras todas las comodidades, todos los lujos, que solo condujeras Ferraris y durmieras en la mejor suite de cada hotel. Si fuera así, no considerarías que vives en el lujo, sino que pensarías que vives de manera normal, porque en tu realidad todos los coches son Ferraris y todos los hoteles son de lujo. En resumen que tienes suerte de ser pobre como una rata, y que cuando veas tu seat León puedes pensar que conocerlo te hará disfrutar mucho más de tu futuro Ferrari.

4. No esperes a que te toque el turno de hablar: escucha de veras y serás diferente.

Yo siempre he seguido este consejo. Bueno al menos la primera parte del consejo, la de no esperar el turno de hablar. Nada es peor que una persona que interrumpa tu inteligente frase para  intercalar una memez de su propio cuño. Pero quizá lo mismo que te ocurre a ti, les ocurre a los demás. No todo el mundo aprecia tu fascinante sabiduría. Así que aprende a escuchar... es fundamental. Por otro lado una reflexión, que me viene a la cabeza ¿por qué en la realidad nadie quiere escuchar y todo el mundo quiere hablar y en los blogs la gente prefiere leer que comentar?

5. Hay una cosa tan inevitable como la muerte: la vida.

Casi siempre pensamos en lo peor, en que necesariamente ha de llegar la muerte. Pero tan obvio como es que vamos a morir, y tan necesario como es recordar que moriremos, es el pensar que ahora en este mismo momento estamos viviendo. Así que además del famoso "memento mori" o "recuerda que morirás" que recordaba constantemente un esclavo en Roma a los emperadores, deberíamos tener alguien que nos recordara que estamos viviendo.

6. Luchar para vivir la vida, para sufrirla y para gozarla... La vida es maravillosa si no se le tiene miedo.

"La vida puede ser maravillosa" decía el tristemente desaparecido Andrés Montes. No creo que haya que perder todos los miedos, pero si hay que perder el miedo como filosofía. El miedo como actitud vital. El miedo a lo que puede ocurrir, el miedo a lo que puede no llegar a pasar. Un cobarde muere mil veces dijo alguien. Y es cierto. Y cuando nos quitamos el plomo del miedo de los hombros, la vida deja de verse de color gris.

7. Ríe y el mundo reirá contigo; llora y el mundo, dándote la espalda, te dejará llorar.

Charlot lo entendió muy bien. Y por eso siempre se dedico a hacer reír a los demás. Fíjate en que no se trata de que cuentes cosas buenas o desgracias. Se trata de la forma de contarlo. A la gente le encanta escuchar las desgracias ajenas si son contadas de manera divertida. Por eso los cómicos de monólogos siempre hacen referencia a sus supuestamente inexistentes vidas sexuales y no a sus hazañas de cama.

Intenta no dedicarte a glosar tus hazañas, a nadie le gusta escuchar a otra persona glorificarse. Cuenta lo que te apetezca contar pero sin darte demasiado bombo y siempre de una manera interesante.