Simplificar: Cómo hacer nuestra vida más sencilla.
Fotografía gentileza de Robert Benner
SIMPLIFICAR SIMPLIFICAR SIMPLIFICAR.
¿Por qué es necesario simplificar?
Cada día que pasa es como si la vida se hiciera un poco más complicada.
Hace unos años a una persona le bastaba para ejercer una profesión especializada con conocer unos cuantos libros y tener en su mente unos cuantos supuestos. Hoy en día el volumen de información es enorme y las posibles combinaciones de casos han aumentado tanto que es casi imposible prever lo que puede ocurrir.
En la vida personal ocurre también lo mismo. Las relaciones antes eran sencillas, con personas que vivían en un entorno cercano, y se limitaban al contacto directo, o todo lo más a algunas llamadas por teléfono. En la actualidad, existen muchas maneras de comunicarse, con gente de cada vez más lejos y con cada vez mayor complicación.
El mundo ha cambiado mucho y hay con ello oportunidades fascinantes. Sin embargo el volumen de posibilidades y de estímulos es tan grande que puede hacernos sentir saturados si no tomamos alguna medida rápidamente. Por mucho que aumentemos nuestra eficacia, nunca podremos conseguir nada si no hacemos que todo sea más sencillo.
¿Cómo podemos simplificar nuestra vida?
Hay varias cosas que podemos hacer para evitar esa saturación:
1. Considerar qué cosas son necesarias y qué cosas son innecesarias. Es la vía del minimalismo. De la reducción de lo que no es imprescindible. Quien esté interesado en el minimalismo puede acudir a la página de mi buen amigo homominimus, referente del minimalismo en español.
2. Darnos cuenta de que en la actualidad ( más de lo que lo ha sido nunca) es imposible tener en cuenta todos los factores a la hora de tomar una decisión. Por ello conviene concederse un determinado margen de error. En la profesión o en la vida personal cometer errores es hoy en día inevitable. Por eso es conveniente sustituir el intento de no cometer errores por el intento de rectificar lo antes posible los errores cometidos, y aprender de ellos.
3. Encontrar lo que tienen de común los casos concretos que nos suponen un problema y establecer para ellos una regla de actuación o protocolo. Por ejemplo si veo que tengo cierto problema para llegar a tiempo a las citas, puedo establecer el protocolo de llegar 15 minutos antes al lugar de encuentro y darme un paseo por el lugar los minutos que me sobren ( un protocolo que por cierto no me vendría nada mal adoptar a mí ahora que lo pienso).
Simplificando más aún:
Se me ocurrirían varios modos más de simplificar, pero en realidad sería un poco irónico hablar de simplificar dando tantas alternativas, así que lo resumiré en una idea.
Convierte tu mundo en un mundo más sencillo, de manera que no pierdas nada importante en la simplificación. Es como cuando tratas de convertir una foto a otro formato más sencillo, comprimiéndola. La cuestión es hacerlo de manera que la calidad no se vea afectada. Para ello vete tomando pequeños espacios de tu vida y simplificándolos. Cuando tengas ese espacio conquistado, puedes pasar a otro.
Gráficamente con un dibujo que sería capaz de conseguir un suspenso para un niño de 5 años, pero espero que sirva para recordarlo mejor, sería algo así:
¿Aún es demasiado largo? Sí, tienes razón, lo es. Así que lo dejaremos en una sola palabra: Simplifica.