Cómo se entrena una estrella.
Una de las estrellas del pasado mundial de fútbol del 2014 es el portero costarricense Keylor Navas. Con sus espéctaculares actuaciones llevó a la selección de su país a ser una de las grandes sorpresas positivas del mundial.
Recientemente he visto dos vídeos de Keylor Navas que me han llamado mucho la atención, por lo bien que muestran la relación entre entrenamiento y ejecución.
En el entrenamiento, Keylor practica todas las situaciones que se le pueden presentar a un portero en un partido de fútbol. Pero no solo las entrena sino que, por así decirlo, las sobreentrena. Entrena situaciones aún mucho más complicadas que las que suelen darse en un partido. Entrena a tener que pasar la pelota por encima de unas barreras. Entrena con tres balones viniéndole en todas direcciones. Entrena a despejar un balón e inmediatamente encontrarse otro.
La mayoría de las situaciones en un partido no son tan complicadas. Pero el entrenador de porteros del Levante CF Luis Llopis le somete a una auténtica tortura de balones volando en todas las direcciones.
Este es el vídeo de su entrenamiento.
¿Y el resultado en los partidos?
El resultado es que aplica toda esa agilidad de reflejos adquirida en los entrenamientos de una forma óptima, como se puede ver en este otro vídeo. (Por cierto felicidades al creador del vídeo, es hermoso).
El sobreentrenamiento.
El entrenamiento de Keylor Navas me hace pensar en el entrenamiento de los soldados de élite americanos ( ya sabéis que me fascinan esas cosas). En el entrenamiento de esos soldados, se les somete a situaciones durísimas. No se les entrena para los casos normales sino para los casos más complicados, para aquellos en que necesitarán actuar en el límite de lo posible.
También me recuerda lo que alguna vez escuché de que Tiger Woods al entrenar su juego de golf, tenía costumbres como enterrar mucho una bola en el bunker de arena, para preparar una situación que aunque no es demasiado frecuente ( que la bola esté en el bunker y enterrada) es extremadamente complicada.
Para cualquier hábito que quieras entrenar merece la pena que hagas lo mismo. Que te sobreentrenes. Que te pongas en las situaciones más complicadas que se te ocurran. Que te exijas el máximo. Así cuando llegue la hora de la verdad, tu confianza estará al máximo y tu habilidad para responder a cualquier situación también.