¿Por qué ante un contratiempo o una desgracia algunas personas se vienen abajo y otras aguantan?
¿Qué es lo que hace que algunos reaccionen tan bien?
Esa capacidad de resistir adversidades es lo que se llama resiliencia.
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¿Qué es la resiliencia?
¿Qué es la resiliencia? La resiliencia es la continuidad y recuperación ante el cambio, especialmente el cambio que viene de una fuente externa.
Para que te hagas una idea gráfica, resiliencia es la capacidad de volver donde estabas cuando recibes un golpe, como los muñecos pim pam pum que después de recibir un golpe vuelven a su posición.
Cómo ser más resiliente
En diversos estudios se ha tratado de encontrar qué es lo que hace a algunas personas capaces de aguantar cualquier circunstancia, mientras otros se vienen abajo.
Sumando esos estudios, obtenemos lo que hace que una persona sea más resiliente:
- Tener un porqué. Cómo dijo Nietsche y repitió Victor Frankl “aquel que tiene un porqué puede soportar cualquier como”. El tener un porqué te hará extremadamente fuerte. Si Frankl pudo resistir el campo de concentración nazi de Auschwitz con un porqué lo suficientemente fuerte, seguro que tú puedes resistir cualquier situación complicada si encuentras tu porqué.
- Tener la creencia de que no son las circunstancias las que determinan tu destino, sino que eres tú mismo quien lo hace.
Y esa creencia tiene fundamento. En un estudio de más de 40 años de duración, la psicóloga Emmy Werner siguió la vida de estudiantes de familias pobres y disfuncionales. El 30% de ellos se convirtió en adultos exitosos, superando a otros estudiantes de entornos más privilegiados.
En estudios de supervivientes a un campo de concentración se ha comprobado que algunos han llegado a vivir sin ningún trauma.
La mejor manera de ver los acontecimientos que a veces llamamos traumáticos es como dice el doctor de la universidad de Columbia George Bonanno, como “EPT” evento potencialmente traumático ( “PTE” en inglés, (Potentially Traumatic Event). Un suceso no es traumático sino lo interpretamos como tal.
- La reinterpretación en positivo de los acontecimientos mejora la resiliencia. En cambio la aceptación pasiva y el concentrarse en la emoción negativa disminuyen la resiliencia.
Aquí hay un estudio que ha comprobado eso.
- Ten equilibrio. No te sobreprepares para un riesgo dejando de lado los demás. Hay muchas cosas que son lo que se dice “RYF” Robust yet fragile robustos pero frágiles, robustos para el riesgo habitual pero muy frágiles contra cualquier otro riesgo. Por ejemplo una muralla de la antigüedad que fuera muy alta pero muy poco ancha, sería muy robusta cuando había ataques de guerreros, pero muy frágil en el momento en que aparece un riesgo nuevo como los cañones.
Busca un equilibrio. No centres todo tu bienestar en una sola fuente, como tener un trabajo muy bueno, una pareja maravillosa o que eres un crack en un deporte. Si lo haces así, cualquier problema que afecte a esa fuente de tu satisfacción te dejará muy tocado.
“La resiliencia a menudo se encuentra en tener las cantidades correctas de estas propiedades: estar conectado, pero no demasiado conectado; ser diverso, pero no demasiado diverso; poder acoplar con otros sistemas cuando ayude, pero también poder desacoplarlos cuando perjudique “.
- Meditación. Ayuda a tener más fuerza mental y sobreponerse a las adversidades.
- Creencias religiosas o espirituales. Si crees que todo tiene un sentido, es más fácil que te sobrepongas a los golpes de la vida.
- Ten una red social fuerte. Cuando estás mal, la ayuda de otras personas puede mejorar mucho tu estado de ánimo.
- Ten una persona de confianza o mentor que te ayude a pasar las crisis.
- Piensa en las cosas malas que pueden ocurrir. Si estás preparado para algo, te afectará menos. En una reciente investigación se ha demostrado que las expectativas de la gente juegan un papel muy importante en su reacción a los acontecimientos. Nos afectan más las cosas inesperadas ( en el estudio un robo en una tienda de ropa) que los más esperados ( robo en una tienda de conveniencia abierta muchas horas al día).
- Ten algún tipo de sistema que te permita detectar la probabilidad de que haya cambios.
¿Qué significa un sistema de feedback? Puedes pensar en un empleado que sepa que si el volumen de facturación de la empresa baja de un determinado nivel, es posible que tenga que buscar otro trabajo. O un bloguero que se de cuenta de que si su página está perdiendo visitas quizá es que haya perdido posiciones en google. Cualquier cosa que te haga estar atento a los posibles cambios, te hará también estar más preparado”.
- La autoestima favorece la resiliencia (estudio)
- También el haber afrontado muchas situaciones difíciles favorece la resiliencia. Esto aparte de estar demostrado en un estudio ( el mencionado en el apartado anterior) es bastante obvio. Los problemas parecen más grandes o más pequeños según a qué estés acostumbrado.
Pero no basta con saber todo lo que favorece la resiliencia. También hay que tener un plan para saber cómo reaccionar en un momento de complicación.
¿Cómo reaccionar ante una situación difícil?
La clave para ser resiliente no es ser duro, es tener una organización adecuada. ¿Sabes cuál es el material más resistente? No es el diamante, sino el grafeno.
El grafeno es un material que llegaron a aislar a partir del grafito dos investigadores rusos, Andréy Gueim y Konstantín Novosiólov, en la Universidad de Manchester en 2004, lo que seis años después les valió el Premio Nobel de Física.
En esencia, el grafeno es una lámina de carbono puro dispuesto en forma hexagonal y que, a pesar de tener sólo un átomo de grosor, es 200 veces más resistente que el acero, pero es cinco veces más ligero que el aluminio.
¿Cómo logra el grafeno esa resistencia? Con su organización interna.
Organiza tu reacción ante los eventos potencialmente traumáticos y serás mucho más resiliente. Sigue estos pasos cuando te encuentres ante un acontecimiento potencialmente traumático.
1.Como decía el antiguo grupo español de música Siniestro Total “Ante todo mucha calma”. Lo primero es intentar recuperar la claridad de mente. Crea espacio en tu mente. El humor es útil porque te lleva a sentir que eres capaz de hacer frente a las cosas. No reacciones, ya habrá tiempo para actuar. Tranquilízate y espera. Por ejemplo: rozas tu coche con una columna del aparcamiento. Sientes tu enfado. Respira varias veces de manera profunda. Controla tu tendencia a hacer algo.
2. Confronta la realidad y tus sentimientos. “Puedes ignorar la realidad, pero no puedes ignorar los efectos de ignorar la realidad” decía Ayn Rand. Tienes que descubrir lo que ocurre y lo que sientes. Pregúntate: ¿qué es lo que pasa? ¿cómo me hace sentir lo que pasa? ¿qué hay de verdad y de mentira en eso?
Trata de definir lo que ocurre, tus pensamientos y sentimientos sobre lo que ocurre, las ideas que apoyan esos pensamientos y sentimientos y sobre todo las que lo anulan.
3. Reinterpreta lo que ha ocurrido
En este punto hay que recordar lo que el psicólogo Martin Sielegman dice en su libro Learned optimism (optimismo aprendido)
“La característica definitoria de los pesimistas es que consideran que los sucesos negativos durarán mucho tiempo, que afectarán a todo lo que hacen y que son por su propia culpa. Los optimistas, a cambio, cuando se encuentran con un golpe consideran las desgracias de la manera opuesta. Los optimistas consideran que la derrota no es culpa suya: las circunstancias, la mala suerte u otra gente las ha producido. Esas personas no se vienen abajo con la derrota. Confrontados con una situación negativa la perciben como un reto y lo intentan con más fuerza”. Martin Seligmann. Learned optimism.
Para aplicar las enseñanzas de la psicología positiva, pregúntate: ¿cuánto tiempo influirá en ti ese suceso?, ¿a qué cosas afectará y a cuáles no?, ¿qué circunstancias que no dependen de ti han hecho que se produzca?
En el ejemplo, determina que estás enfadado con el parking por poner las columnas tan cerca, contigo mismo por no prestar atención, te incomoda pensar en que tendrás que reparar el coche y eso te costará tiempo y dinero.
Te preguntas: ¿Cuánto tiempo va a durar esa molestia? Posiblemente un par de semanas, hasta que lo repares. ¿A qué cosas afecta? como mucho a algo de dinero si no tienes el seguro a todo riesgo y a un par de horas que tardarás en llevar el coche al taller? ¿Qué circunstancias han influido en que eso se produzca? Posiblemente la prisa que tenías por tener que llegar a tiempo al trabajo, el cansancio porque esta semana está siendo muy dura, además hay alguna luz fundida en el garaje que hace que se vea peor.
Es importante que pienses muy poco tiempo en el problema y mucho más en lo que disminuye el problema y la solución.
4.Considera la situación como un reto y no como una amenaza o una forma de culparte a ti mismo.Es una misión que tienes que solucionar. Sé creativo. Piensa en las posibles soluciones. Pregúntate: ¿cómo voy a solucionar esta misión? No es un problema, no te preguntas si lo vas a solucionar. Sabes que es una misión y que la vas a a cumplir. Tu mirada ha de estar adelante y en positivo. No pienses en lo que podrías haber hecho de otra manera, no pienses en el futuro de manera negativa. Mira hacia delante y en positivo. Evita preguntas como ¿por qué me pasa esto a mí?
En el ejemplo del parking, piensa en cómo podrás conseguir el reto de reparar el coche de la manera más rápida y económica posible. Trata de establecer alguna regla mental que evite que eso pase en el futuro, como “no poner la música hasta que haya salido del parking.”
5. Usa una de esas soluciones y mantente vigilante para ver si funciona.
6. Por último una vez tengas la solución para el caso concreto puedes pensar en qué regla puedes establecer de manera general para que el suceso negativo no vuelva a ocurrir o que te afecte lo menos posible. No tienes que lamentarte ni culparte a ti mismo, sino que tienes que pensar en cómo ser merecedor en el futuro de un resultado mejor o de una reacción mejor.
Ah, y para acabar, una buena noticia. Si has conseguido llegar al final de esta entrada tan larga, algo de resiliencia digo yo que tendrás ¿no?