Cómo sonreír cuando las cosas no van bien: el coleccionista de caminos brillantes

En la entrada de ayer hablé de la conveniencia de aprender a sonreír cuando las circunstancias no son positivas.

Muchos sin embargo, al leerlo, pensarán que soy demasiado optimista y que no es nada fácil hacerlo.

Estoy de acuerdo, no es nada fácil, por eso se necesita planificación para conseguirlo.  ¿Cuál es esa planificación? En mi opinión se trata de buscar un camino perdido. El camino entre lo no deseable y la sonrisa.

 

Cómo sonreír cuando las cosas no van bien

 

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Hace tiempo que no creo que existan en puridad cosas buenas y malas. Prefiero hablar de cosas que deseamos y de cosas que no deseamos. Cuando ocurre algo que deseamos, sonreír es fácil, pero y ¿cuándo ocurre algo que no deseamos?

En ese caso hemos de intentar descubrir un camino que casi no se ha pisado nunca. Desde cualquier punto existe un camino que lleva a la sonrisa. Hay gente que ha sido capaz de sonreír en un campo de concentración, al borde de la muerte, en la mayor de las indigencias. Obviamente no es un camino sencillo. El camino sencillo es el que lleva al gruñido. Ese es el camino que recorre casi todo el mundo cuando las cosas van mal. Pero tú no quieres hacer eso ¿verdad?

 

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Quizá si miras desde el otro lado…

 

Las situaciones son como esferas. Ves en ellas una cosa, pero si las giras lo suficiente, puedes ver algo distinto.

Por ejemplo puedes ver la muerte como el fin de todo y pensar que es horrible cuando muere alguien querido. O puedes ver la muerte como el paso a otra dimensión, y entonces pensar que no ocurre nada malo cuando mueres.

Puedes ver que una persona que te gusta te ignore como una muestra de que no vales nada, y sentirte muy herido. Pero también puedes pensar que tiene que haber un camino para no sentirte mal, y descubrirlo cuando piensas que ese “no”, no es sino un peldaño que te aleja de alguien que no es con quien has de estar, y que te acerca a la persona que sí es la adecuada para ti.

 

 El plan para encontrar el camino. El coleccionista de caminos brillantes

 

Siempre hay un camino para convertir una realidad siniestra en un paisaje soleado. 

Veamos el ejemplo del autor Richard Dawkin, en el principio de su obra “destejiendo el arcoiris”.

“Vamos a morir, y eso nos hace los afortunados. La mayor parte de la gente no va a morir nunca, porque nunca va a nacer. La gente que podría estar aquí en mi lugar pero que de hecho nunca verá la luz del día sobrepasa el número de los granos de arena de Arabia”. 

Ahí tienes como Dawkin, es capaz de ir desde un hecho tenebroso ( “vamos a morir”) a una conclusión brillante (“somos los afortunados”) Dawkin ha sido capaz de encontrar en ese caso el camino desde vamos a morir a la sonrisa.

Se necesita creatividad e imaginación para encontrar un camino. O quizá no. Quizá basta con recoger en algún lugar ( ¿cuaderno de los caminos brillantes?) todas las ideas de otras personas que han sido capaces de encontrar un camino. Esa idea de Dawkin es perfecta para comenzar el cuaderno.

No todas las ideas de otros te servirán a ti. No todas tus ideas servirán a los demás. Pero no pierdes nada con probarlas. Conviértete en un coleccionista de caminos brillantes.

 

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2 comentarios en «Cómo sonreír cuando las cosas no van bien: el coleccionista de caminos brillantes»

  1. Hola. Me pareció casi increíble, hace un año murió mi madre de cáncer, pese a todos los problemas que eso implicó, yo decidí no sólo sonreír porque ella dejo de sufrir y nos dejó un legado de amor sino tomarlo como un parteaguas para ser feliz con las pequeñas cosas y la certeza de la fragilidad de la vida,…

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