El equilibrio de la simplicidad

“Todo tiene que ser tan simple como sea posible pero no más simple.” 

Albert Einstein

Misteriosas palabras las de Einstein.

¿Qué quiere decir?

El equilibrio de la simplicidad.

Si imaginamos una linea, y en la derecha situamos lo muy complejo, y en la derecha lo muy sencillo, podremos definir un punto que es el equilibrio de la simplicidad. A la izquierda de ese punto, todo es demasiado sencillo. A la derecha todo es demasiado complicado.

Ese punto no ha de estar en el centro. Dependiendo de la materia puede estar más cerca de lo sencillo o más cerca de lo complicado.

El equilibrio entre lo demasiado simple y lo demasiado complicado.
El equilibrio entre lo demasiado simple y lo demasiado complicado.

Demasiado complicado.

Lo demasiado complicado es demasiado costoso. En términos de esfuerzo, de tiempo, de dinero, de comprensión. Por ese coste dejará de ser usado.

Demasiado sencillo.

 

Lo demasiado sencillo carece de utilidad. Una explicación demasiado sencilla no nos sirve de nada, no explica bien lo que ocurre. Un programa demasiado sencillo no será útil y caerá en desuso.

Cómo encontrar el equilibrio de la simplicidad: el proceso de complicación y de simplificación.

¿Cómo se puede llegar al equilibrio de la simplicidad?

Hay dos procesos posibles: 

Complicación. Que sería empezar por algo muy sencillo e insuficiente, y tratar de añadir elementos hasta hacerlo suficiente.

Proceso de complicación

Simplificación. Que consiste en empezar por algo suficiente y complicado y restar elementos hasta hacerlo sencillo.

Proceso de simplificación

El proceso de complicación es el del método de “The lean start up” hacer algo simple e ir llevándolo hacia una mayor complicación.

El proceso de simplificación es el que usaba Steve Jobs en Apple. Jobs supervisaba el trabajo de su empresa, y al ver cualquier aparato cuenta la leyenda que siempre decía: “no es lo suficientemente sencillo”.

¿Cuál de los dos procesos usas tú? ¿Cuál te parece mejor?

 

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2 comentarios en «El equilibrio de la simplicidad»

  1. Me gusta más el primer proceso: crear un prototipo que más o menos funcione, probarlo, ver sus carencias y refinarlo sucesivamente hasta tener algo aceptable que resuelva el problema o nos resulte lo suficientemente bueno.
    También es más fácil comenzar con lo sencillo.
    Este es un enfoque más propio de la ciencia y la ingeniería.

    El otro proceso también tiene su lugar. Por ejemplo, partes de un sistema de organización personal completo como GTD y empiezas a eliminar elementos que te parecen no esenciales y que reducen los costes de ejecución y de mantenimiento.
    Este segundo enfoque es más propio del minimalismo existencial y su actitud de poda constante (de obligaciones, objetos, compromisos, tareas, etc.).

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  2. Para proyectos opto por complicación, lo vas adornando y vistiendo según tus preferencias y necesidades.
    Para problemas prefiero simplificación, aunque creo que es evidente si un problema no tiene complicaciones, entonces no es un problema.

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