Justificar los fracasos. Curso de relaciones sociales 14.

justificar los fallos
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Seguro que muchas veces has intentado mejorar. Pero mejorar no es fácil. Todos lo intentamos muchas veces y fracasamos. Todos nos marcamos planes que parecen infalibles y después, con la cabeza baja hemos de admitir que no hemos sido capaces de conseguirlo. No pasa nada. Es algo normal. No te deberías castigar por eso.

Todo lo que he dicho en la frase anterior es verdad. Pero lo que quiero destacar hoy no es que sea verdad,sino que lo que hace esa frase es justificar los fallos. Y que a todos nos gusta que justifiquen nuestros fallos.

Ya dije en el post anterior que para el escritor Rick Warren hay 5 reglas esenciales de la persuasión.

La primera la vimos en el capítulo anterior : Las personas harán cualquier cosa por aquellos que les animen  en sus sueños. 

 

La segunda la veremos en este capítulo.

 

Segunda regla de la persuasión de Rick Warren:

Las personas harán cualquier cosa por aquellas personas que les ayuden a justificar sus fallos. 

 

Para ver como aplicar esa estrategia es necesario que veamos qué es el fracaso, cuál es el proceso que se produce y como se puede interrumpir. Y después aprender a usarlo en otras personas.

 

¿Qué es el fracaso?

En algunas ocasiones en este blog he abordado el tema del fracaso.

El fracaso no es sino una etiqueta subjetiva añadida a un hecho objetivo: el no conseguir lo que deseamos. En la realidad objetiva no existe el fracaso sino solamente la derrota. Somos nosotros los que podemos convertir la derrota en fracaso.

Se podría decir que el fracaso es una manera de procesar la derrota.

La derrota es la existencia de una diferencia entre lo que pretendimos conseguir y lo que hemos conseguido.

El fracaso es el proceso mental que sigue a veces a una derrota.

Cuando nuestro intento no tiene éxito, algo dentro de nosotros comienza una dinámica negativa. Lo que llamaré la cadena del fracaso. 

No lo has logrado >> Es malo no lograr lo que deseas  >> Tu situación ha empeorado >>  Has fracasado  >> Eres responsable del fracaso >> Eres un fracasado. 

 

cadena del fracaso
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¿Cómo romper esa cadena del fracaso?

 

Esa cadena del fracaso se puede romper en cualquiera de sus pasos.

 

A) La huida.

Esta estrategia consiste en negar el primer elemento de la cadena. Se trata de decir que no es cierto que no hayamos logrado lo que queríamos, porque en realidad no queríamos eso. Es lo que ocurría en la fábula de la zorra y las uvas. Una zorra intentaba conseguir alcanzar unas uvas que le resultaban muy apetecibles. Después de mucho tiempo de intentarlo la zorra se da por vencida y se dice a sí  misma ” bah, tampoco las quería, esas uvas están verdes”.

Tengo un amigo que era experto en esa estrategia. Cada vez que intentaba hablar con una chica y la chica no le hacía caso, volvía y decía: “esa chica no me gustaba”. No creo que se lograra engañar a sí mismo, pero desde luego a quien no engañaba era a los demás.

Para muchas personas eso será una manera de ser positivo. No lo niego. Lo que ocurre es que es es ser positivo a costa de negar la realidad. Y negar la realidad es tremendamente peligroso.

 

B) Aceptación de que no es malo no conseguir siempre lo que quieres.

Esta estrategia consiste en darte cuenta de que es bueno no conseguir siempre lo que quieres. Si siempre consiguieras tus objetivos la vida resultaría extremadamente aburrida. Si has sido alguna vez aficionado de algún deporte en que tu equipo o deportista preferido lo ganaba siempre todo, te darás cuenta de que sí puede ser así. Es la existencia de recompensas aleatorias lo que hace la vida fascinante. ¿Te imaginas lo que sería jugar a un juego en el que siempre ganaras?. ¿Tendrías algún interés en jugar?

 

C) Visión positiva de tu situación.

Cada vez que no logramos algo sentimos que nuestra situación empeora, respecto a la realidad o respecto a las expectativas que teníamos. Esta estrategia consiste en considerar que nuestra situación no ha empeorado.

Si perdemos nuestro trabajo, sentimos que la sensación ha empeorado respecto a la que teníamos en el momento en que teníamos trabajo. Fíjate que digo “sentimos” porque no podemos saber si en realidad ha empeorado o no, pero esa es la sensación que tenemos. Sin embargo si nos centramos en que eso nos puede permitir encontrar un trabajo aún mejor, eso nos permitirá tener una visión más positiva.

Si tenemos una cita con una persona que nos gusta, y al final de la cita, la persona dice que no le gustamos, la sensación que tenemos es que la situación ha empeorado, no con relación a la que teníamos antes, sino con relación a la que esperábamos tener. Si nos damos cuenta de que no hemos empeorado nuestra situación en nada con ese intento, también nos sentiremos mejor.

D) Rechazar la etiqueta de fracaso

Aunque pienses que algo ha empeorado tu situación, puedes rechazar catalogarlo como fracaso.

Fracasar es considerar un error como un final.  Y no pensar que la enseñanza es suficiente como para compensar el resultado negativo.

No fracasar, es aceptar el error, y considerar que es solamente un intento que te ha enseñado algo.

Todos los autores que hablan de considerar el fracaso como algo positivo ( como James Altucher o Homominimus) lo que hacen en mi opinión es usar la palabra fracaso en sentido positivo para destacar la idea de intento.

Es algo parecido a la famosa frase atribuida a Thomas Edison.

“No he fracasado, solo he descubierto 10000 maneras de como no hacer una bombilla”. 

Edison quería pensar que cada intento había servido para algo. Y se negaba a usar la etiqueta de fracaso. Porque el fracaso es solo una etiqueta. Una etiqueta que se pone a una realidad y que la transforma en algo mucho más negativo.

 

E) Negar tu responsabilidad en el fracaso.

Cuando ha ocurrido algo que empeora tu situación puedes pensar que la responsabilidad es tuya. O puedes pensar que la responsabilidad es de las circunstancias o de otras personas. Si lo atribuyes a algo externo a ti, es más fácil que puedas superarlo.

Esta estrategia tiene sin embargo un problema. Y es que si atribuyes todo lo negativo a algo externo a ti, entonces no vas a mejorarlo. Porque no estás haciendo autocrítica. Por eso es una estrategia que solo tiene utilidad en mi opinión, si se trata de algo que realmente deriva de circunstancias no dependientes del sujeto o si es un acontecimiento que ya no se va a repetir y en el que el dolor es demasiado grande.

Si por ejemplo tú has ido a un examen con un número limitado de plazas y no lo has aprobado porque las plazas estaban asignadas previamente, no tiene sentido que insistas en que la responsabilidad es tuya. Si un padre ha salido a esquiar con su hijo sin llevar casco y el hijo ha sufrido un accidente grave, puede que el padre tenga la responsabilidad, pero es muy probable que no se gane absolutamente nada con recordárselo. Y que pueda ser mejor para él pensar que ha sido debido a circunstancias externas.

 

F) No pasar de la definición de un suceso a la definición de la persona.

Incluso si llegas hasta esta última fase de ese proceso negativo hay una última linea de defensa. Y es no convertir el hecho de que hayas fracasado en una opinión global sobre ti.  Puedes haber fracasado y haber sido tu culpa, pero no eres un fracasado. Una golondrina no hace verano. Y cien golondrinas tampoco.

Hemos de ser autocompasivos. Darnos cuenta de que no podemos ser perfectos, ni es necesario que lo seamos.

 

cómo justificar los fracasos
La derrota no es un lugar hermoso.
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¿Cómo justificar los fracasos de los demás?

Ya has visto la cadena del fracaso. Así que cualquiera de las estrategias anteriores servirá para justificar los fracasos de los demás. Y siempre que sea lo suficientemente plausible, la persona te lo agradecerá. Según la persona y las circunstancias será mejor una estrategia u otra. Y posiblemente lo mejor sea reforzar la estrategia que la persona ya está usando. 

Por ejemplo: Si la persona niega que hubiera intentado algo, es mejor que aceptes que era así. Quizá sepas que no es cierto, pero es muy difícil que la otra persona abra los ojos. Y si le bloqueas su estrategia, va a tener un gran resentimiento hacia ti.

 

Lo que no deberías hacer nunca.

Todos nos equivocamos. Y cuando lo hacemos lo último que queremos es una persona que nos recuerde la fría realidad a costa de nuestros sentimientos.

Puede que la culpa sea más tuya que de las circunstancias, pero ¿crees que se lo agradecerás al que te lo recuerde?. Puede que tu situación haya empeorado mucho, pero saberlo no es lo que necesitas en ese momento.

Conozco a una persona, muy cercana a mí, que es un auténtico inspector de errores. Es experto en descubrir porqué lo que ha salido mal es responsabilidad mía. Puede ser que tenga razón o que no tenga razón. Pero lo que sí es evidente es que no siento ningún agradecimiento hacia ese intento de abrirme los ojos.

Cuando una persona es derrotada, puede entrar en una dinámica muy negativa. Si estás a su lado para disminuir su dolor, te lo agradecerá. Si estás ahí para aumentarlo, seguramente te odiará por ello. 

 

 

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2 comentarios en «Justificar los fracasos. Curso de relaciones sociales 14.»

  1. Leyendo este post ( muy interesante, por cierto) me vienen a la cabeza las palabras ” refuerzo positivo”. Los educadores infantiles insisten mucho en ello. A veces, con los niños funciona el reforzarles las conductas positivas y no tanto el estar continuamente corrigiendo errores.
    En la vida de adultos esto es algo que tampoco solemos poner en practica, y deberíamos.

    Has visto que pocos jefes saben alabar logros y en cambio cuantos hay de los que solo te sacan los fallos?

    Lo mismo ocurre en otro tipo de relaciones y no solo en las extrictamente profesionales. Parece que hay personas que disfrutan cuando otros se equivocan y lo que es mas preocupante, disfrutan pasandote por las narices tus errores. Yo procuro alejarme de ellas. Son toxicas. Y envidiosas.
    Un saludo
    Ana

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