Un sentimiento negativo te invade y va subiendo poco a poco por tu garganta.Empiezas a notar que te cuesta respirar, que la sangre te arde, ¿qué puedes hacer?.Hay básicamente tres maneras de reaccionar, entrando en la sensación y viviéndola intensamente, intentando ignorarla, o cambiando la manera de ver las cosas. ¿Qué estrategia es la mejor? En esta web de momento no tenemos un servicio de apuestas, pero lo puedes descubrir si sigues leyendo
Lo ideal sería vivir en un mundo en el que no hubiera enfrentamientos. En el que todos estuviéramos siempre de buen humor y nos diéramos abrazos y besos. Desgraciadamente, y de momento, eso no pasa más que en la mente dislocada por el LSD de algún post-hippy revenido.
El mundo no es así, el mundo por el que paseamos a veces tiene aceras de mármol y otras veces está embarrado, encharcado y nos toca lidiar con sentimientos negativos que preferiríamos no tener, pero que siempre acaban presentándose a cenar. Así que dado que llegará tarde o temprano hay que pensar como podemos reaccionar ante un sentimiento negativo.
El test de las tres estrategias para hacer frente a los sentimientos negativos.
Imagina que te ocurre algo que te irrita mucho. Imagina por ejemplo que tu jefe te echa una bronca totalmente injustificada y tú, que estás atado de manos y pies porque no puedes decirle lo que piensas, te callas. Pero cuando llegas a casa compruebas que tienes un inmenso cabreo y que tu respiración se acelera al recordar la escena.
Ante una situación así ( el cabreo me refiero) ¿como actuarías?
a) Técnica de la distracción. Intentas pensar en otra cosa. Escuchas una canción que te haga olvidar el tema, o juegas un rato a la videoconsola , o te pones a leer un capítulo de tu novela favorita.
b) Técnica del reencuadre. Te intentas replantear la interpretación de las cosas. Intentas pensar que realmente no ha sido una situación tan trascendente y que posiblemente se debía a algunos problemas personales de tu jefe.
c) Técnica de la inmersión o vivir intensamente la emoción negativa. Empiezas a saltar, gritar, patalear, y romper un par de porcelanas chinas ( Difícil en mi casa porque las únicas obras de arte chino que tengo son las que regalan con el menú del chino más cercano).
La respuesta de la ciencia
Ahora es el momento en el que aparece un hombre con una bata blanca y unas gafas de culo de botella ( como las que llevaría yo si no usara lentillas) a dar los resultados…. “and the winner is”… Bueno mejor verlo en el cuadro que indica la eficacia de las diferentes técnicas comparativamente..
ESTRATEGIA | EFECTO INMEDIATO | EFECTO UNOS DÍAS DESPUÉS |
DISTRACCIÓN | SE REDUCE | SE QUEDA IGUAL |
INMERSIÓN | EMPEORA | SE QUEDA IGUAL |
REENCUADRE | SE REDUCE | SE REDUCE AÚN MAS |
Ese cuadro está tomado del curso gratuito de reencuadre de Anette Prenh en Udemy (gracias @homominimus por la recomendación)
Como se puede ver la única técnica que produce unos beneficios al cabo de unos días es la del reencuadre. La distracción sirve al principio pero no sirve de nada después y la de la inmersión es aún peor porque empeora inicialmente la situación y no la mejora posteriormente.
El reencuadre
El reencuadre lo equipara la propia Anette Prenh a lo que hace el fotógrafo que antes de tomar una foto elige el ángulo, la posición de la persona fotografiada, la luz, si toma a la persona sonriendo o seria, y un montón de parámetros técnicos que yo como lego en fotografía no conozco. Aunque la persona fotografiada sea la misma, el resultado será muy diferente en virtud de las diversas elecciones conscientes que haga el propio fotógrafo.
En una situación que produce una emoción negativa pasa exactamente lo mismo. La situación no cambia, pero tú si puedes cambiar la manera de mirarla y según la manera de mirarla que adoptes tus emociones serán unas o serán otras.
La conclusión de todo lo escrito es por tanto que cada vez que tengas una situación negativa, no cedas ni a la tentación de ignorarla, ni a la de caer en ella. Intenta mirar la situación negativa desde diversos puntos de vista, y luego elige entre todos esos puntos de vista aquel que te resulte más favorable.
Cada uno es un mundo…
En el pasado laboral, cuando estando atado de pies y manos, y el jefecillo (que no el jefe) me agredía de palabra injustificadamente o desproporcionadamente, lo multaba.
Implementé una técnica de “multas” para todo aquél que me agrediese (bajo mi lema de entonces: “nadie me agrede impunemente”), cuando tenía acceso a la caja, eran 2€ por insulto o vejación, si no disponía de ese acceso, tenía que ser en especie o cualquier otra acción dañosa para el vejador, de esa forma no me llevaba a casa en mi espíritu ningún odio o resentimiento puesto que ya había sido multado, evitando que la acumulación de agravios pudriese mi alma.
Eso es tomarse la justicia por tu mano. Eres una especie de Robin Hood de los abusos en la oficina. Un justiciero. Y no es que apruebe tu conducta pero la verdad es que tampoco la rechazo del todo. El equilibrio con el mundo ha de reestablecerse de una manera o de otra.