Números y palabras.

En la vida hay cosas que se miden en números y otras que solo se pueden definir con palabras.

¿Estás seguro de que usas el camino adecuado para cada cosa?

 

Por: flickr.com/photos/sillygwailo/435333026/

En algunas cosas los números son necesarios.

 

Tengo una pequeña inversión. Intuía que la rentabilidad no era del todo adecuada. Por mi mente pasaban simplemente las palabras “mala inversión”.

A veces uno aprende por experiencia ajena. Ayer casualmente oí hablar de un conocido, dueño de un gran negocio, que lo había desatendido totalmente y estaba a punto de perderlo su casa y todos sus bienes. “No miraba los números”, dijo un amigo que tiene una empresa bastante exitosa.

Esas palabras dieron vueltas por mi cabeza, y a la mañana siguiente hice una sencilla hoja de Excel para ver el rendimiento de mi inversión. Ahora ya no solamente sé que la inversión no es demasiado buena, sino que sé la ( baja) cifra de rendimiento que me ofrece. ¿Por qué no lo hice antes? En parte por pereza y en parte porque pensaba que bastaba con definir la inversión con dos palabras.

Pero en la economía todo exige números.

¿Sabes cuantos gastos fijos tienes mensualmente? Yo no lo sé aun, pero según acabe esta entrada lo voy a averiguar.

¿Sabes cuánto sacar por cada hora que trabajas? ¿Sabes que porcentaje pagas de impuestos?-

 

En otras cosas los números son engañosos. 

 

Hay muchas cosas que se pueden medir y sin embargo medirlas no serviría de nada.  Lo primero que has de saber es que estás midiendo algo que realmente importa.

En un equipo de fútbol podrías medir los centímetros de longitud del cabello de todos los jugadores. ¿Aportaría eso algo? Seguro que no.

Y hay números que aunque puedan decir algo, dicen mucho menos de lo que queremos que digan. 

Piensa en lo ridículo que es medir una relación por el tiempo transcurrido y no por la profundidad. Piensa en lo poco exacto que es medir lo que uno se ha esforzado por aprender una habilidad por el número de horas. O en el sinsentido que es juzgar el trabajo de una persona solo por el número de horas empleadas y no por la intensidad que han puesto.

 

Y en otras cosas simplemente los números no pintan nada.

 

¿Cómo se puede medir el disfrute de ver un atardecer con una persona con la que quieres estar? ¿Cómo se puede medir el éxito en millones de euros o de dólares? ¿Cómo puedes medir lo que has amado por el número de personas que han pasado por tus brazos?

Quizá imitando la famosísima plegaría de la serenidad deberíamos decir:

Dame Dios, 

números para medir las cosas que conviene medir,

palabras para expresar las cosas que no pueden medirse,

y sabiduría para distinguir unas de otras. 

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4 comentarios en «Números y palabras.»

  1. Cuando me casé ( y tenía tiempo para esas cosas) llevaba una excel detallada con los gastos fijos de la casa, los extras, los cobros… Un minipresupuesto de tesorería. Tenía la manía de controlar el dinero que gastábamos. Al nacer mi primer hijo abandoné ese hábito. Y con la llegada del segundo y del tercero decidí controlar a ojo. Mientras nos llegue, prefiero no sumar gastos porque podría caerme para atrás del susto. Vivo más tranquila así. Es que no me atrevo, no quiero ni saberlo porque me estresaría viva. Calcular los impuestos que pagamos? No, gracias. A veces me gustaría saber cuánto valen lo servicios públicos de los que me beneficio. Alguna que otra visita al pediatra y creo que poco más. Hay veces que hacer números sirve para poco. Para cabrearse o para agobiarse. Yo invierto lo poco que puedo en plazos fijos. Dan una miseria pero soy aversa al riesgo totalmente desde que hace años invertí cien mil pesetas en bolsa y perdí. No me vuelven a pillar jeje
    Si crees que es útil hacer esa excel adelante. Puedes comparar los gastos fijos que tenías antes y después del nacimiento de tu pequeño…y después caerte “pa’trás”… Y espera que pasen unos añitos…ya verás qué susto jeje…

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    • Sí, claro que da miedo. No te lo niego, pero yo sigo el principio de que siempre es mejor saber la verdad y juzgar aunque se pase miedo que engañarse a sí mismo. Ah , y a mí me pasó lo mismo en la bolsa jajaja. Que desastre.

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  2. Me sumo a los obsesivos que tenemos un Excel en el escritorio del ordenador para controlar todos nuestros gastos. Esta si que es una de esas cosas que conviene medir, y además te hace reconocer el valor del trabajo

    Y muy de acuerdo con que ciertos aspectos muy importantes de nuestra vida, como nuestras relaciones amorosas o el rendimiento laboral, se miden con unidades totalmente erróneas e inexactas. Interesante reflexión que comparto plenamente, y apúntala porque es un tema que daría para otra entrada. Igual hasta te la robo, fíjate tu ( habrá enlace a Entusiasmado.com, ni lo dudes)

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    • Alita me parece genial que hagas una entrada por una idea que te haya surgido al leer algo aquí. A mí me ha pasado muchas veces, y así lo he recogido en la entrada. Una de las cosas buenas de un blog es que nos hagamos pensar los unos a los otros, que falta nos hace a todos jejeje.

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