¿Crees que las personas prefieren escuchar algo positivo o algo negativo?
La respuesta es depende.
Preferimos escuchar cosas positivas o negativas según nuestro estado de ánimo.
Según un estudio, ( Warchol 2015) las personas prefieren escuchar y leer sobre eventos que coincidan con su estado de ánimo.
Quizá el motivo es que en ese caso sus emociones cambian menos. Los autores creen que quizá la gente, especialmente en las culturas más individualistas, se centra primero en ellos mismos y en su experiencia personal, y prefiere no verse afectado emocionalmente por otras personas.
Si tú intención es contarle algo negativo a una persona con un estado de ánimo positivo, quizá lo mejor es comenzar contando experiencias positivas primero y luego compartir lo negativo.
Nos afecta más lo que no coincide con nuestro estado de ánimo.
Como he mencionado antes, las personas se ven más afectadas cuando escuchan una situación que no coincide con su estado de ánimo actual. Eso tiene consecuencias positivas y consecuencias negativas. Por un lado si la persona está en un estado de ánimo negativo, puedes mejorar su día con una historia positiva. Sin embargo, si la persona está en un estado de ánimo positivo, compartir un relato negativo puede proyectar una sombra sobre su día y vuestra relación.
Como resumen, destacaría que tengas especial cuidado en contar tus historias positivas o negativas a las personas que tienen un estado de ánimo diferente. Quizá no lo agradezcan mucho.
Pienso que más que el modo de ánimo o desánimo en el que me encuentro para escuchar la história,me afecta más la forma en la que me explican la história.
Creo más que la historia nos afectará de una forma u otra si la escuchamos como si un globo de repente explota,o como si el globo está inflado,atado y poco a poco va soltando el aire.
Esta sería mi preferencia:
Si estoy animada,prefiero la buena historia de golpe y la mala poco a poco,para mantener el ánimo.
Si estoy desanimada prefiero también la buena historia de golpe y la mala poco a poco,para subir el ánimo.
Pues la forma en que te cuentan las historias no se ha estudiado pero sería algo muy interesante.
Creo que también guarda relación con la insesibilización de las personas, parece que las personas que están acostumbradas a vivir y escuchar historias negativas no se sensibilizan con una desgracia más que ocurra a su alrededor.
Es difícil saber el motivo, pero esa teoría tiene bastante lógica.
Interesante… Me lleva a pensar en que, en situaciones normales (es decir, los interlocutores no somos ni ‘víctimas’ instaladas continuamente en la queja ni ‘peterpanes’ evitadores de todo rastro de dificultad, dolor o dureza), no vivimos el compartir nuestras vivencias (ya sea contándolas o escuchándolas del otro) de una forma natural, espontánea, abierta. Si así fuera, podríamos contar/escuchar sin más, sabiendo que somos y estamos para el otro y él para nosotros. Tal vez la dificultad radique en el excesivo despliegue de comportamientos victimistas y evitadores… Le daré otra pensada.
Gracias como siempre por hacerme reflexionar, Iván.
Es curioso lo difícil que es simplemente escuchar sin más, sin juzgar, estando ahí. Yo a veces me lo propongo pero me cuesta llegar a conseguirlo.