Mucho se ha hablado acerca de si hay algo que distinga a los niños y las niñas al nacer, o si simplemente son iguales y es la educación la que los hace diferentes.
Y resulta que hoy en el Twitter siempre interesante de @Pitiklinov encuentro la referencia a un estudio muy interesante sobre este tema. No es nuevo. Es de 1999, pero no lo había visto antes, y me parece que merece ser recordado.
Los autores trataron de determinar si bajo condiciones válidas y de escaso estrés, los recién nacidos femeninos y masculinos podían diferenciarse en lo que en inglés se llama “cuddliness” y en español podría traducirse por abrazabilidad, ternura, adorabilidad o “achuchabilidad”.
Sí, ya sé lo que estás pensando. No parece un término demasiado científico.
La cuestión es se grabó en vídeo a un investigador y una investigadora interactuando brevemente con dieciséis recien nacidas y quince recién nacidos . Los investigadores no conocían el sexo de los recién nacidos. Posteriormente unos calificadores trataron de determinar en función del grado de “abrazabilidad” y del nivel de actividad, si el recién nacido era niño o niña.
Los resultados demostraron que los calificadores podían intuir con bastante grado de acierto el sexo del bebé.
Este estudio parece demostrar que existen diferencias entre los niños y las niñas al nacer. Aunque la “cuddliness” no sea un criterio muy objetivo, sí hay algo que se aprecia desde los primeros momentos.
Si conoces algún estudio que confirme o desmienta este, por favor ponlo en los comentarios, porque me interesaría mucho conocerlo.
Fuente: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10515068
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