12 Mitos sobre el cerebro.

Como en casi todas las cosas, por cada verdad que sabemos, existen muchos mitos que no responden a la realidad pero que se han repetido tanto que muchas personas los toman por ciertos. Vamos a desenmascarar aquí doce mitos sobre el cerebro muy arraigados.

 

Te has tragado muchas mentiras sobre el cerebro.
Te has tragado muchas mentiras sobre el cerebro.

1. Sólo usamos el 10% de nuestros cerebros. 

Aunque viendo el comportamiento de muchas personas tendríamos la tentación de creer que es cierto, no deja de ser un mito más. Cada vez que realizamos alguna actividad, muchas zonas de nuestro cerebro están funcionando al mismo tiempo.

Si fuera cierto que sólo usamos el 10% del cerebro, la mayor parte de las lesiones de una pequeña parte del cerebro no producirían ningún perjuicio. Sin embargo está demostrado que sí lo producen.

2. Hay gente de hemisferio derecho y gente de hemisferio izquierdo.

Este es uno de esos mitos que se ha repetido tantas veces que resulta pesado. Hay algunas funciones que se realizan por el cerebro algo más en una zona o en otra. Sin embargo todas las funciones implican la actuación de todo el cerebro, incluso las que se consideran siempre como más propias de uno u otro hemisferio.

3. La mayor parte de las lesiones cerebrales son permanentes. 

Es verdad que hay lesiones que por su gravedad, pueden ser de carácter permanente, pero las lesiones menores se pueden curar con el tiempo adecuado de recuperación. E incluso las lesiones más graves se pueden curar si pasa el suficiente tiempo. El cerebro tiene una gran “plasticidad”. Se adapta a todo lo que ocurra. Y es capaz de redirigir las actividades que se realizaban en una zona del cerebro a otra zona diferente si la primera está dañada.

 

4. El cerebro humano es el más grande de los cerebros de todos los animales.

Pues me temo que no es verdad. Hay cerebros más grandes que el del ser humano. Por ejemplo el del cachalote, e incluso el del elefante. Alguno podrá decir que esos animales son muy grandes.

Pero tampoco es siquiera el ser humano el que tiene un cerebro más  grande en proporción a su tamaño. El “cociente de encefalización” ( la proporción entre el tamaño del cerebro y el del cuerpo: aprenderos la palabra y quedaréis genial con los amigos) del ser humano es de 7,5. Mucho más que una rata ( que puede estar debajo del 0,40 %) , que un gato ( con un 1%) un chimpancé ( un 2%) o un delfín ( 5%). Curiosamente el animal que sí supera al ser humano en este apartado es la musaraña ( con un 10%).  Así que cuando digas que alguien está “pensando en las musarañas” recuerda que las musarañas tienen un gran cerebro.

5. Nacemos con un determinado número de neuronas y cuando estas mueren, no vuelven a nacer nuevas.

Pues tampoco es verdad. Se ha probado que nacen nuevas neuronas durante nuestra vida al menos en la zona del hipocampo. Además, las conexiones entre neuronas se siguen formando siempre que aprendes algo.

6. Beber alcohol mata neuronas.

No quiero ni pensar la de sentimientos de culpa que este puñetero mito ha producido. Y ahora resulta que no es verdad. Que el consumo salvaje de alcohol es malísimo para muchas cosas pero no para las neuronas.  En un estudio de 1993 Grethe Jensen contó las neuronas de personas fallecidas alcohólicas y no alcohólicas, y no había diferencias en el número de neuronas entre unos y otros.

Lo que sí produce el consumo de alcohol es el daño en las dendritas, que están en el extremo de las neuronas para enviar los datos a otras neuronas. Pero dado que hay muchas conexiones entre neuronas eso no es tan grave, y además se puede revertir si se deja de beber durante un tiempo.

Y no sólo eso, sino que por increíble que parezca el consumo moderado de alcohol mejora el razonamiento, el pensamiento y la memoria. Ah y resulta que la gente que consume alcohol moderadamente manifiesta ser más feliz. ( Eso sí nadie puede asegurar que no estuvieran borrachos al contestar).

7. Tu cerebro almacena los recuerdos como una biblioteca almacena los libros.

Eso es lo que siempre hemos pensado. Pero no es así. Nuestro cerebro usa un sistema mucho más económico: Guarda los detalles más importantes y al momento de recuperar esa información rellena lo que no sea esencial.  Lo que pasa es que ese proceso de rellenar los huecos existentes ocurre de una manera tan rápida y oculta que nos parece que recordamos todo con detalle. 

8. Internet no nos hace más tontos. 

En ocasiones pensamos que el uso de internet, y en general la vida moderna,  reduce la capacidad de nuestro cerebro. Sin embargo no es así. Lo único que ocurre es que cambia el tipo de memoria, que pasa a ser la memoria transactiva (“transactive memory” en palabras de Daniel Wagner) y que supone recordar en lugar de todo el contenido solo los elementos esenciales que permiten recuperar la información.

9. La música clásica que se reproduce cuando el niño es un bebé, le hace ser más inteligente. 

Mozart era un buen compositor. No un mago. Hubo un estudio con bastante mala reputación entre los científicos que indicó que podía ser muy útil poner música clásica a los niños. Posteriormente sin embargo muchos estudios bastante más serios han demostrado que no se produce ningún efecto reseñable.

10. Los juegos para el cerebro hacen que aumente tu inteligencia. 

Lo único que aumenta ese tipo de juegos es la cuenta de resultados de Nintendo. Según un estudio de la BBC las personas que dedicaron 10 minutos 3 veces al día a uno de esos juegos no presentaban ninguna mejora intelectual respecto de aquellas personas que simplemente habían estado en internet durante ese tiempo. Si te gustan esos juegos, juega, pero no pienses que te vas a volver Albert Einstein por ello.

11. Nuestro cociente intelectual permanece estable durante toda nuestra vida. 

En un estudio realizado a 33 niños entre 12 y 16 años, y repetido 4 años después, se comprobó que más del 9% de los niños había sufrido una variación de más de 15 puntos en el cociente intelectual.

12. Tenemos 5 sentidos. 

El sentido común, dada su más que evidente ausencia en todos los rincones del mundo, no cuenta. Pero sí hay otros sentidos aparte de los 5 tradicionales, todos los cuales envían su información al cerebro.

Propriocepción que es el sentido de como están posicionados nuestros cuerpos.

Nocicepción es el sentido del dolor.

Equilibrio, basado en el oído interno.

El sentido de la temperatura corporal.

La aceleración.

La percepción del  paso del tiempo.

 

Y en fin, paro ya, que si sigo, a ti no te van a quedar mitos, y a mí no me va a quedar cerebro.

 

Fuentes ( en inglés) :

psycologhy.about.com

Lifehacker.com

Smithsonian.mag.com

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3 comentarios en «12 Mitos sobre el cerebro.»

  1. Me gusta el toque científico-divulgativo mezclado con chistecitos perfectamente encajados, un estilo muy mio

    Me encanta que desmontes el 1. al principio, ejemplo perfecto de cómo una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Tengo entendido que fueron unas frases sacadísimas de contexto de un psicólogo las que dieron lugar al mito. No tiene ningún sentido biológico utilizar un órgano a un nivel tan bajo de su rendimiento sin que hayan problemas de salud de ningun tipo.

    La 5 y la 6 son las típicas preguntas que te hacen como farmacéutico, y daba igual la respuesta, a quien se lo contabas seguía bebiendo, pues casualmente estas preguntas siempre salían durante cenas de clase, tardes de cervezas, botellones…vamos, que ya le podía decir que cada gramo de aclohol es un año menos de vida, que los que preguntaban iban a seguir bebiendo igualmente xD

    Sobre el 10, como jugón tengo que decir que el aporte videojueguil al intelecto (y según que juegos) es más bien de ejercicios de lógica y deducción (hay juegos que requieren un gran esfuerzo mental) , cultural y desarrollar habilidades mecánicas, tales como sincronizar mente y manos, con interesantes aplicaciones. Todo lo que sea tener un buen dominio de los dedos y la mente puede ser útil para algunas profesiones técnicas, tocar un instrumento o tocar…..otras cosas. Pero en general la gente opta por los videojuegos que no son más que tontos pasatiempos

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  2. ¿un estilo muy mío? reclamas derechos de autor, jejeje. Los videojuegos producen numerosas ventajas. Yo de hecho, sin tener aún un niño, tengo la play 3, la xbox 360, y la wii ( una mierda por cierto). Te sirven para aprender coordinación, tomar decisiones en tiempo real ( supongo que todo el tiempo que existe en todo caso es real) y para aprender a matar zombies. Por si acaso algún día viene a mano esa habilidad.

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  3. Muy bien el desbancar muchos mitos.
    Lo del efecto de los videojuegos es muy debatido y creo que tiene muchos matices. Supongo que su efecto depende de la proporción frente a otros ejercicios cognitivos o intelectuales. A mí personalmente, me gustan mucho los wargames, incluido el ajedrez, y no creo que me hayan hecho más lógico o intelectual de lo que ya era. Supongo que la cabra tira intelectualmente al monte: los juegos lógicos atraen a la gente lógica, los juegos de rol a los roleros, los de tiros y movimiento a las personas más físicas e inquietas, y así sucesivamente.

    Desconocía la idea de “memoria transactiva” de Daniel Wegner. http://en.wikipedia.org/wiki/Transactive_memory . Veo que tiene su origen en el análisis de equipos y grupos.
    Tiene mucho sentido en el ámbito de internet: de la misma manera que sabemos que en una organización hay un experto en el que delegamos determinado conocimiento y tareas, pasa algo parecido en nuestra relación con internet: almacenamos la información sobre dónde encontrar información relevante y descargamos nuestra memoria del esfuerzo de memorizarla, así que nos convertimos en expertos en encontrar conocimiento experto, que en la aldea global está muy distribuido.
    La memoria transactiva es un efecto colateral inevitable de la cada vez mayor especialización del trabajo y el conocimiento.

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