En mi ordenador, como si fuera un pequeño universo, viven miles de seres muy curiosos. Están compuestos de bits. unos y ceros que combinados de mil maneras crean formas de “vida independientes”.

Algunos se llaman aplicaciones, otros programas y algunos hasta tienen el horrible y malsonante nombre de “plugin“. Todos sin embargo tienen una cosa en común. Detrás de su nombre tienen un apellido, que va cambiando.

Ese apellido empieza siendo 1.0 y después va sufriendo una serie de mutaciones. A veces son muchas a veces son pocas, pero rara es la ocasión en que sigue siendo siempre 1.0. Cuando el apellido se mantiene demasiado tiempo suele ser un signo inequívoco de muerte.

Versiones de ti mismo

Día a día usamos gran parte de nuestro tiempo en actualizar esos pequeños seres a sus mutaciones más recientes. Así funcionan mucho mejor. Y sin embargo, ¿hacemos lo mismo con nosotros?. ¿Nos actualizamos?.

La mayor parte de las veces no ocurre así. En la mayoría de las ocasiones nos conformamos con la versión rudimentaria de nuestro propio “yo” como si fuera inmutable. “Soy así” se dice, y a veces se añade “no puedo cambiar”. ¿Te imaginas que un programa en versión 1.0 dijera “lo siento, soy así, no puedo cambiar”, y se negara a evolucionar?

No hablo de reinvenciones. Los que tanto usan ese término deberían hacer caso del mismo y reinventar otra palabra menos usada y más sensata. Hablo de avanzar, y el avance para nuestra desgracia siempre es en zigzag. Hablo de evolucionar, hablo de pasar de una versión inferior de nosotros mismos a una versión superior. Homo minimus lo llama reencarnarse, y afirma que el periodo ideal es cada tres meses.

A mí, me gusta más actualizar o actualizarse, (del inglés upgrade) porque deja más claro que se trata de la misma persona, y que cada avance ha de realizarse sobre la base de lo que existía anteriormente.  Y en cuanto al periodo creo que si hubiera un plazo fijo el año sería el ideal. Pero que es preferible que dependa de tu intención, y no sea un plazo determinado. Hay momentos de tu vida en que necesitas una actualización inmediata y de urgencia, y otros en los que estás tan bien, que puedes tomártelo con más calma.

Cómo actualizar:

Actualizarse requiere básicamente de cuatro cosas. Saber qué es lo que vas a actualizar, dónde estás, dónde quieres llegar , y cuánto vas a tardar en hacerlo.

1) Qué vas a actualizar.

Hay actualizaciones que afectan a todo el sistema, y otras que afectan a puntos muy concretos.  Tú has de decidir que es lo que necesita ser actualizado. 

2) Dónde estás. 

Para saber dónde estás has de tener en cuenta la información que te proporcionan diversas fuentes:

– Tú mismo. Tus problemas en el pasado, los puntos en los que hayas chocado con la realidad, las situaciones que no soportas. Pero considera también lo positivo, las cosas que amas de ti mismo, las cosas que te gustan de tu vida actual.

– Los demás. Aquí has de considerar lo que te diga la gente cuando preguntas, pero sobre todo lo que te han dicho sin pedir la opinión. Hay alabanzas que quizá no mereces, y críticas injustificadas, pero tanto en unas como en otras habrá una parte de verdad.

Obviamente dentro de las opiniones de los demás has de valorar especialmente la opinión de las personas que se caracterizan por ser sinceras y las que tienen algún conocimiento del tema.

Referencias genéricas. Hay situaciones que son comunes a muchas personas, y te bastará con obtener información igualmente genérica. Para saber qué nivel tienes nadando, quizá te sirva alguna medición objetiva y no necesites la opinión de nadie más.

3) Dónde quieres llegar

Has de tener claro lo que quieres a largo plazo, pero recuerda que estamos hablando de una actualización y no de una versión definitiva. El dónde es la estación intermedia prevista para una fecha determinada. Es una parada en el camino y no el destino definitivo.

Si quieres ser escritor y no has escrito nada tu actualización 2.0 no debería ser ganar el Nobel, sino quizá ser capaz de escribir algo todos los días.

4) Establecer un periodo de tiempo.

¿Cuándo se lanzará esa actualización?. Imagina que fueras el creador de un programa y quisieras sacar una nueva versión. Tendrías que fijar un plazo para ello. El que sea más o menos largo dependerá de lo complicada que sea la actualización.

La fecha del lanzamiento no es la fecha en la que empiezas a trabajar en la actualización, sino la fecha en la que puedes llevarla a efecto. Si no vas a empezar a trabajar en esa actualización desde ya, también puedes indicar una fecha en la que empezarás a trabajar en ella.

Comprobar el resultado de la actualización

Llegada la fecha es esencial que compruebes si la actualización se ha realizado de manera correcta. Si se han cumplido tus objetivos o si no han podido realizarse.

Con los resultados de éxito de esa actualización puedes decidir cuando realizar una nueva actualización y como será.

¿Cuándo sacaras tu versión 2.o?