Seguro que muchos de vosotros recordáis el anuncio de BMW en el que salía Bruce Lee diciendo “be water my friend” ( o “be as water”).
Es una metáfora hermosa: adaptarse a lo que nos rodea, en lugar de resistirlo. Siempre me ha gustado.
Pero hoy he leído otra metáfora tan poderosa como esa. No ser como el agua, sino ser como el fuego. Marco Aurelio en su libro de Meditaciones lo menciona:
(…)al igual que el estómago fuerte asimila todos los alimentos, como el fuego brillante reduce a llama y resplandor cualquier cosa que le eches.
En otro pasaje del libro lo explica más en detalle:
El dueño interior, cuando está de acuerdo con la naturaleza, adopta, respecto a los acontecimientos, una actitud tal que siempre, y con facilidad, puede adaptarse a las posibilidades que se le dan. No tiene predilección por ninguna materia determinada, sino que se lanza instintivamente ante lo que se le presenta, con prevención, y convierte en materia para sí incluso lo que le era obstáculo; como el fuego, cuando se apropia de los objetos que caen sobre él, bajo los que una pequeña llama se habría apagado. Pero un fuego resplandeciente con gran rapidez se familiariza con lo que se le arroja encima y lo consume totalmente levantándose a mayor altura con estos nuevos escombros.
Ser como el fuego
Sé como el fuego, que usa todo lo que se le arroja para alzarse a mayor altura.
No basta con adaptarse. Hay que usar todo lo que nos llega.
No basta con sobrevivir. Hay que brillar.
No basta con salir adelante. Hay que levantarse más alto.
Ser como el fuego es un concepto básico para nuestra vida diaria.
Es una especie de jiujitsu mental. Usar la fuerza de las cosas , incluídas las negativas, para ser más fuertes.
Ante cada situación que se plantee en la vida, puedes preguntarte ¿cómo puedo brillar más con esto?
Si tu bebé está llorando, pregúntate ¿cómo puedo incorporar esto y brillar más? Quizá la respuesta es que puedes aprender a disfrutar de cosas que no imaginabas o aprender paciencia.
Si tienes muchísimo trabajo en la oficina, quizá la respuesta es que puedes aprovecharlo para aprender a manejar la tensión o para aumentar tu capacidad de reacción.
Si te han dejado, puede que eso te sirva para aprender a ser más independiente, o para aprender a seleccionar mejor con quién relacionarte o para descubrir cómo ser mejor.
El esquema básico de ser como el fuego seria el siguiente:
Cualquiera que sea el obstáculo, el resultado ha de ser que tú mejoras, que tu fuego brilla más, que has sido capaz de incorporar o absorber el problema y usarlo a tu favor.
¿Serás capaz?