¿Alguna vez te ha sorprendido la facilidad con la que los camareros recuerdan los pedidos complicados en un restaurante?. Sí es así no eres el único.

Bluma Zeigarnik fue una psicóloga rusa nacida en una familia de judíos en Lituania. Alrededor de 1927 se dio cuenta en sus visitas a los cafés de la época de un hecho interesante. Los camareros tenían un recuerdo pleno de los pedidos que estaban tramitando. Sin embargo una vez completados los pedidos, los olvidaban totalmente.

Zeigarnik, interesada por este hecho, llevó esta observación más allá y realizó algunos estudios. Y de ellos dedujo el llamado efecto Zeigarnik: que es la tendencia a tener pensamientos intrusivos sobre un objetivo que se persiguió en su momento y que se dejó sin completar.  Nuestro sistema automático señala a la mente consciente que hay una tarea que está comenzada y no acabada y eso nos genera una tensión.

Aplicaciones del efecto de Zeigarnik.

Cualquier cosa que se comienza y no se ha concluido sigue en nuestra mente, como un fantasma que recorriera los largos pasillos de nuestro cerebro. Si quieres sacar ese fantasma será necesario que acabes la tarea.  Esto tiene aplicaciones en numerosos campos: 

– En la productividad. Cada tarea incompleta ocupa una parte de nuestro cerebro. Al igual que nuestro ordenador se ralentiza si ejecutamos diversos programas y no los acabamos, también nuestro cerebro se sobrecarga si tenemos demasiadas cosas sin cerrar. Por eso no es conveniente la multitarea.

– Para evitar la procrastinación, y dejar las cosas sin hacer, es mejor no empezar algo más grande de lo que puedas acabar.

– En creatividad sin embargo puede ser conveniente dejar una tarea inconclusa para que parte de nuestro cerebro le siga dando vueltas y pueda encontrar una solución.

– En una relación que acaba, te resultará mucho más difícil olvidar a una persona si te queda alguna cosa pendiente. Si tienes la duda de si esa persona habría querido estar contigo, si no sabes porqué se fue, si piensas que puede volver. Todas esas dudas te hacen seguir pendiente de la relación.

– Es más fácil olvidar a una persona que sabes que ha muerto que a una persona que quizá viva aún. Eso es lo que hace tan extremadamente duro el fenómeno de los desaparecidos en las dictaduras.

– Si quieres que una persona tenga interés en lo que le estás contando puedes probar a contar una parte y esperar un tiempo para contar el resto. Es el llamado cliffhanger ( “colgar de un acantilado”) metáfora que hace referencia al estado en que queda la persona que no sabe todo de algo. Aunque suene muy moderno, el cliffhanger es lo que hizo Scherezade en las mil y una noches, y lo que hacían las radionovelas de toda la vida.

– Si quieres que alguien piense en ti. Deja algún misterio sin resolver acerca de tu persona.

– Si no quieres pensar en alguien, por el contrario, evita que quede nada pendiente.

– Ah y mi consecuencia preferida: Si no quieres desesperarte viendo una serie de televisión, esperando a la semana siguiente, ten disponibles todos los episodios a la vez.