Lo negativo tiene un sitio en nuestra vida.

En esta página suelo hablar siempre de ser positivo. Pero ¿conviene acaso eliminar todo lo negativo o hay que asumir que hay una parte negativa en la vida y no rechazarla sino asumirla?.

Tu lado negativo también te quiere
Tu lado negativo también te quiere

En mi última entrada acerca de la predisposición de nuestra mente a lo negativo, he tenido dos tipos de matizaciones.

Una de ellas es la de quienes no creen que no exista esa predisposición a lo negativo. Así Avalon dijo: 

“(…)Parto de que no creo que exista la predisposición a lo negativo, es solo una proyección de supuestos en comparación con acontecimientos similares(…)”

Otra crítica es que realmente no es tan malo que existan elementos negativos.  

Así Anca Balaj opinaba lo siguiente:

“(…)Vengo a decir que ser negativo por norma es muy limitador, pero cuando el negativismo justificado te revueleve las tripas, lo mejor es sacarle partido. Como se deja entrever en tu artículo, éste proporciona unas fuerzas que desde la placidez jamás se sacarían (la placidez es lo que nos mantiene en la zona de confort). Que las emociones humanas, sean las que sean, sean placenteras o repulsivas, tienen su función y está bien permitirse sentirlas todas (para después usarlas en nuestro favor) (…)”.

Y en un sentido parecido Isara afirmaba que: 

“(…)Me parece bien guardar recuerdos negativos siempre y cuando sean utilizados puntualmente como alertas para evitar aquella situación que nos produjo dolor,tristeza y sufrimiento,e incluso para salvaguardar nuestra integridad,si tuvimos un percance conduciendo en condiciones meteorológicas adversas, ese recuerdo nos hará conducir con mucha más precaución.(…)”

Y como realmente nunca he sido defensor del positivismo total y ciego, sino de una tendencia a lo positivo,   he reflexionado acerca de si lo negativo ha de tener presencia en nuestras vidas, y si realmente eso no sólo no será malo sino que puede resultar hasta positivo.

La presencia de lo negativo:

Curiosamente también hoy estaba leyendo un libro extremadamente interesante de Dan Pink: “Selling is human” del que comentaré más en el futuro, pero que contiene entre otras cosas una referencia a investigaciones acerca de la necesidad de aceptar una cierta negatividad.

Barbara Fredrickson ha investigado sobre la negatividad y la positividad, y ha llegado a la conclusión de que cada una de ellas tiene una función.

La función de la positividad sería ” ampliar las ideas de las personas sobre posibles acciones, abriendo nuestra conciencia a un rango más amplio de pensamientos y haciéndonos más receptivos y más creativos”

La función de la negatividad sería a su vez el estrechar la visión de la persona y propulsar su comportamiento hacia la supervivencia en el momento: “estoy asustado, huiré…. estoy enfadado, pelearé”.

Ambas funciones por tanto serían necesarias, sin embargo, la cuestión es en qué medida lo son.

Proporción entre lo negativo y lo positivo.

¿Hay una proporción idónea entre lo que es positivo y lo que es negativo?

Barbara Fredrickson y Marcial Losada hicieron un estudio comprobando el número de emociones positivas y de emociones negativas de los participantes todos los días durante cuatro semanas. Calcularon la ratio de emociones positivas y negativas de cada uno y lo compararon con su nivel de bienestar.

Los resultados fueron sorprendentes:

Las personas que tuvieron una ratio de un pensamiento positivo por cada pensamiento negativo, no presentaban ninguna ventaja respecto a los que tenían solamente pensamientos negativos. Ambos grupos estaban en una situación muy mala. Y sorprendentemente lo mismo ocurría con las personas que tenían dos pensamientos positivos por cada pensamiento negativo.

Es sólo cuando se alcanzaba 2.9013 pensamientos positivos por cada pensamiento negativo ( tres redondeando)  cuando las personas se encontraban bien.

Una vez pasado determinado límite, concretamente el de once pensamientos positivos por cada pensamiento negativo, el positivismo se convertía en un inconveniente. La persona con tan pocos pensamientos negativos no era capaz de mantener un mínimo contacto con la realidad, y eso suponía un problema para su bienestar.

Opinión.

Siempre desconfío de las cifras, y especialmente desconfío de las cifras demasiado exactas, así que no puedo negar que el 2,9013 me resulta demasiado difícil de aceptar, y menos sin que haya una enorme cantidad de estudios que la apoyen.

Pero lo que me gustaría es ir a lo importante, a lo que podemos usar en nuestra vida. Creo que todos podemos convenir en que es mejor ser positivo que ser negativo. Y en que es necesario  que eso no se traduzca sin embargo en ser personas que niegan todo lo negativo que les ocurra o que cierren sus ojos ante la realidad.

¿Cuál es el porcentaje de negatividad? En realidad no importa mucho que sea 3 , 5, o 7 , lo que sí creo que está claro es que el elemento positivo tiene que ser mayor que el negativo. Y como yo creo que sí es cierta nuestra tendencia a la negatividad, es bueno compensar esa tendencia con un buen número de pensamientos positivos, especialmente en los momentos en los que la vida se vuelve más dura, y tenemos más cosas en contra.

Quiero acabar esta entrada agradeciendo los comentarios que me hacéis, sean o no contrarios a lo que yo defiendo, porque me ayudan a reflexionar sobre mis ideas y a cambiarlas o matizarlas en muchas ocasiones.

Un abrazo a todos.

 

 

 

Si te gusta esta entrada no la copies, compártela en tus redes mencionando el origen. Muchas gracias

9 comentarios en «Lo negativo tiene un sitio en nuestra vida.»

  1. Ese estudio de Losada y Fredrickson, que referencia Barbara Fredrickson en su libro ‘Positivity’,
    se aplicaba a la eficacia de los equipos de trabajo. Fredrickson lo aplica a la felicidad en general. Hay otro autor, Gottman, que lo aplica a las relaciones de pareja; también da un ratio óptimo entre gestos positivos y negativos, del orden de 4 a 1. Para este autor, referenciado por Malcom Gladwell en ‘Blink’, ese ratio predice con mucha precisión el futuro de las parejas en periodos de 2 a 5 años.

    En todo caso, estos datos y estudios nos sirven para no caer en el positivismo tonto que nos haga adoptar la actitud del avestruz ante lo que no nos gusta.

    Sí que creo que hay que hacer un esfuerzo de positividad o un cultivo de esta, porque el ser humano tiene un cierto sesgo hacia lo negativo. Avalón no tiene razón, hay amplia evidencia empírica sobre ese sesgo de negatividad. Puedes consultar por ejemplo un artículo-resumen del sesgo,

    ‘Bad is stronger than good”

    http://www.carlsonmba.umn.edu/Assets/71516.pdf

    […] The greater power of bad events over good ones is found in everyday events, major life
    events (e.g., trauma), close relationship outcomes, social network patterns, interpersonal interactions, and learning processes. Bad emotions, bad parents, and bad feedback
    have more impact than good ones, and bad information is processed more thoroughly
    than good. The self is more motivated to avoid bad self-definitions than to pursue good
    ones. Bad impressions and bad stereotypes are quicker to form and more resistant to
    disconfirmation than good ones. Various explanations such as diagnosticity and salience help explain some findings, but the greater power of bad events is still found
    when such variables are controlled. Hardly any exceptions (indicating greater power of
    good) can be found. Taken together, these findings suggest that bad is stronger than
    good, as a general principle across a broad range of psychological phenomena.

    Responder
    • Muchas gracias por la aportación. En realidad creo que la visión de Avalon, que me corrija si me equivoco, se diferencia más en un aspecto terminológico o del origen de esa negatividad que en que es más fácil que vayamos a lo negativo. El artículo es muy interesante. Y más allá de que sea 3 a 1 o 5 a 1 sí que parece que se va consolidando la idea de que es necesaria una mezcla de positividad y negatividad, con mucha más positividad. Un saludo.

      Responder
  2. Con razón sentía yo que a veces me emparraba demasiado en lo positivo. Suerte que la vida es sabia y si te emparras te baja al suelo de un bofetón.

    Gracias por el post y por fluir con el diálogo de tus lectores.

    Responder
  3. la vida es un camino que tiene zarzales y pedruscos en muchos tramos.Si pensamos que no existen,pasaremos sin cuidado y nos magullaremos.Si vemos que están ahí,pasaremos con más cuidado y saldremos menos magullados para poder caminar mejor en el tramo que sea llano.
    Un saludo.

    Responder

Responder a Juan Núñez Cancelar la respuesta