¿Es posible la humildad?

La buena fama de la humildad:

Pocas cosas tienen tan buena fama en la actualidad como la humildad. Se dice de personajes famosos que son humildes, y esa humildad parece ser la guinda que corona el pastel de su grandeza. Por el contrario se condena la soberbia como uno de los vicios más intolerables. Por grande que parezca una persona, la soberbia reduce su valor como posiblemente ningún otro vicio pueda hacerlo.

Es curioso que en una sociedad como la actual que ha dejado de valorar muchas de las virtudes características de la religión, se continúe valorando la humildad, que es una virtud central en la mayor parte de las religiones. Humildad proviene del latín “humilitas  humilitatis” que a su vez deriva de “humus” tierra. Así que el propio concepto de humildad se refiere a fundirse con la tierra, a no destacar, a no ser importante.

En el cristianismo la soberbia es uno de los pecados capitales, y la propia arquitectura de las catedrales está hecha para hacer que el hombre se sienta insignificante. Lo mismo ocurre con las mezquitas islámicas, y el propio término “Islam” que significa rendición, es una manera de indicar que el hombre ha de aceptar que no es nada al lado de Dios. En ambas religiones el rezar se ha realizado tradicionalmente de rodillas, una posición que muestra físicamente un encogimiento, un empequeñecimiento del hombre con respecto a Dios.

"Cuando una persona inclina la cabeza ante Dios, Dios se la corona." Claudia Meraz

 

"Modesty" B&W

¿Tiene sentido ser humilde si eres especial?

Curiosamente toda esa concepción de la humildad, choca con las tendencias de muchos libros de autoayuda tan extendidas en la sociedad: has de creerte único, saber que eres el mejor, sentir que eres especial.

Pero, espera un momento, ¿no habíamos quedado en que no eras nada, en que estabas en la tierra, en el suelo?. Ahora de pronto por un toque de la varita de alguna invisible hada madrina ¿has pasado a ser el ser más importante de la creación? Así que surge el inconveniente de conciliar el mensaje de eres extremadamente especial, con el mensaje de no eres nada.

Esa combinación es como el helado con sabor a fabada (que existe, yo lo he visto).Se puede hacer pero es extremadamente difícil de digerir.  Aun así los autores  de esos libros vienen a solucionar ese abismo lógico con una especie de nuevo mantra: “Tú eres especial, todos somos especiales”. A mí personalmente me parece que existe una cierta contradicción en los términos (lo que se llama un oxímoron) Si todos somos distintos es que ser distinto no tiene nada de especial.

Entonces  tienes que ser modesto o no  ¿tienes siquiera la opción de elegir?.

Salvo que seas un santo o un derviche, un monje del Himalaya o un clon de Gandhi, lo más posible , lamento comunicarte, es que la verdadera humildad esté en realidad fuera de tu alcance. Y llamo verdadera humildad a la del que ha llegado al convencimiento de que no es nada más que una minúscula parte del universo y es capaz de vivir con ello.Estadísticamente no es probable que sea tu caso.

Los seres humanos tenemos la "habilidad" de considerarnos siempre mejores que la media. Hay estudios que dicen que la gran mayoría se considera mejor conductor, mejor persona, más honesto que la media de los demás. ¿Recordáis aquello de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio?.  La gente puede reconocer algún defecto menor, pero es muy difícil encontrar alguien que se considere menos inteligente que la media, o más sinvergüenza que los demás, o peor amigo.

En realidad casi todos pensamos que somos mejores en bastantes cosas a los demás, por la mera circunstancia de que damos importancia a las cosas en las que nosotros sobresalimos. Si yo no soy puntual, no consideraré que una persona es mejor amigo que yo por llegar puntualmente. Si soy dado a pedir dinero a los demás, no me parecerá que hacerlo implique que sea peor amigo. Si sé tocar el violín, pensaré que el tener talento para la música es una de las cosas más importantes para una persona.

Así pues, si en realidad pensamos que somos valiosos, ¿qué sentido tiene simular que no lo somos?. Personalmente siempre me han parecido irritantes los individuos que antes de empezar a dar una conferencia, después de haber sido presentados, dicen algo así como “no merecería estar aquí”. Pero por otro lado, ¿qué demuestra una persona que se convierte en su propio palmero, que se toma a si mismo demasiado en serio y que está “encantado de haberse conocido”?. Igualmente resultará irritante, posiblemente más aún. Además dentro de nosotros hay un mecanismo que nos advierte que cuando alguien intenta alardear demasiado de algo es porque tampoco tiene demasiado motivo.

humildad

 Entonces ¿por qué camino hay que tirar?

Cómo casi siempre, la virtud está en el medio como decían los romanos. Así que  propongo lo siguiente:

1) Creer que somos capaces de cualquier cosa. Eso no nos hace especiales. Simplemente es así, cualquiera es capaz de cualquier cosa si hace el esfuerzo suficiente.

2) No intentar manifestar falsamente que valemos poco.

3) Por otro lado tampoco intentar pregonar nuestros logros, pues eso solo produciría la activación del mecanismo de la envidia en los demás, y la razonable duda acerca de la veracidad de dichos logros, por aquel refrán tan sabio de “dime de qué presumes y te diré de que careces”. Como dice la frase "La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas."

4) Desconfiar de las personas que son demasiado humildes, y de las que hablan demasiado bien de sí mismas.

Para terminar creo que sería conveniente aplicar una frase que establece en mi opinión un equilibrio perfecto.

"Un hombre debe ser lo suficientemente grande como para admitir sus errores, lo suficientemente inteligente como para aprovecharlos y lo suficientemente fuerte para corregirlos." John Maxwell.

La ley del espejo: Lo que vemos en los demas habla de nosotros

Mirror Egg Reflections

 

“Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo.
Cuando veas a un hombre malo examínate a ti mismo”.
Confucio

 

¿Qué es la ley del espejo?

Hoy he leído esa frase de Confucio en Pinterest. Para los que no hayáis entrado en Pinterest, os diré que es una página para compartir imágenes y vínculos que se personaliza según los gustos y preferencias para que cada uno vea lo que más le interese. Dicen que va a ser la próxima gran red, y que su éxito es casi inevitable.
A mí personalmente me gustan los paisajes, los diseños casi imposibles, y como un vicio personal las citas. Pues bien, allí en Pinterest, vi en una imagen esa frase de Confucio. Y cuando la vi me hizo reflexionar.

Y después de reflexionar sobre esa frase he descubierto que hay un libro de un autor japonés Yoshinori Noguchi que se llama "La ley del espejo",.

"La realidad de nuestra vida es el espejo que refleja nuestro corazón. Es la ley del espejo, que hace que ocurran acontecimientos que sintonizan exactamente con nuestro interior".
Yoshinori Noguchi.

Muchas veces es como si nuestros sentimientos se encontraran con un espejo. Y es tanto para lo que nos gusta, como para lo que odiamos. Y eso se refiere a todo, pero especialmente es interesante respecto a otras personas .

Si te paras a pensarlo te darás cuenta de que lo que te suele gustar en otra persona es un reflejo de lo que tú mismo eres. A veces es un reflejo directo, porque te gusta de otro una cualidad que tú tienes y que admiras en ti. A veces es un reflejo inverso, porque es una cualidad de la que careces y por ello admiras a la persona que la tiene.
En cuanto a lo que no te gusta, también es casi siempre un reflejo de lo que tú mismo eres. De una forma directa cuando odias en otro lo mismo que tú eres. Y aún más de forma inversa, porque uno suele odiar a las personas que tienen algo de lo que ellas carecen. Especialmente cuando piensan que ellas también podrían tener eso, como mencioné al tratar de la envidia.

Así se podría resumir más o menos la ley del espejo:

Ley del espejo. Entusiasmado.com

¿De qué nos sirve conocer la ley del espejo?
Básicamente para dos cosas:
Por un lado, cuando de verdad encontremos a una persona a la que admiramos, eso ha de servirnos de indicador de cuáles son las cosas a las que les damos importancia. Yo por ejemplo siempre he admirado a escritores como Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa. No siento una admiración especial por grandes empresarios y menos aún por figuras del deporte o por líderes políticos Quizá eso me debe indicar que la literatura debería tener un papel más importante en mi vida.
Por otro lado cuando realmente sentimos un rechazo importante por una persona, hemos de ver lo que eso nos dice de nosotros. Quizá por ejemplo siento rechazo por la persona que ha dejado todo para seguir su verdadera vocación porque yo no he sido capaz de hacerlo. O quizá siento desprecio por la persona que no es capaz de mantener el esfuerzo para lograr lo que se ha propuesto porque yo tampoco soy cápaz de hacerlo.

Mi primera conclusión: En todo caso piensa que todo lo que sientas por los demás, casi siempre tiene su causa en ti mismo, tus virtudes y tus defectos.

Mi segunda conclusión: Cuando Confucio dice algo, suele tener razón.

¿Recuerdas alguna situación en la que sintieras algo que puedas atribuir a la ley del espejo?.

Envidia: Cómo acabar con ella para siempre

Envidia. Licencia de common creatives de alejandro fernandez                                   "Envidia". Alejandro Fernandez.

¿QUÉ ES LA ENVIDIA?

La envidia se puede definir como la emoción que ocurre cuando una persona carece de una (percibida) superior cualidad, logro o posesión de otra persona, y la desea o desea que la otra persona no la tenga.

Si la persona envidiada es considerada como semejante en mérito al que envidia, la envidia será aún peor ,  porque indica al envidioso que también él podría tener lo envidiado  Es muy difícil que nadie pueda sentir envidia de un empresario que esté en la lista de los más ricos de la revista "Fortune" porque le parecerá perteneciente a un mundo diferente, pero sí es más fácil que la sienta respecto de un compañero de trabajo o una persona más próxima.

Todo ello está relacionado con el tema de la felicidad comparativa. Muchos estudios por ejemplo indican que la riqueza es un elemento que influye en la felicidad percibida. Sin embargo lo importante no es la riqueza real, sino la que el individuo tiene en relación al entorno en que se mueve. No parece muy aventurado afirmar que lo mismo que está documentado respecto a la riqueza pueda ocurrir en otros ámbitos.

¿POR QUÉ SE PRODUCE LA ENVIDIA?

En el mundo actual se nos enseña a competir desde que somos pequeños. En todo hemos de ser mejores que los demás y lo que se valora no es el esfuerzo ni el aprendizaje sino el resultado.

El colegio nos enseña eso, la familia nos enseña eso, en las actividades extraescolares nos enseñan eso. Las películas que vemos también nos enseñan eso.

Pero no estoy culpando a la sociedad, la naturaleza también es así. En la naturaleza no hay premios para el segundo clasificado. Cuando dos animales pelean por su vida, poco importa la justicia, el merecimiento o el esfuerzo que cada uno haya realizado. Sólo importa el resultado.

La evolución misma es una gran lucha entre seres de la misma especie, de manera que el avance de uno es comparativamente el retroceso de los demás.

Incluso la envidia puede tener  consecuencias positivas favoreciendo el esfuerzo y la la motivación.

Teniendo en cuenta todos elementos podemos afirmar que la existencia de la envidia es de alguna manera, bastante natural.

 

¿CÓMO VENCER LA ENVIDIA?

1. Centrarse en uno mismo y no en los demás.

Al compararse con otros siempre habrá motivos para la envidia. Dijo Bertrand Rusell que  "Si tú deseas la gloria, podrías envidiar a Napoleón, pero Napoleón envidiaba a César, César envidiaba a Alejandro y Alejandro me atrevería a decir, envidiaba a Hércules, que nunca existió".

Así la mejor solución sería centrarse en uno mismo.

En una ocasión en una playa de Brasil, estaba mirando como numerosas personas vendían cosas en unos humildes carritos. Aunque seguramente sus ingresos eran escasos, posiblemente eran superiores a los de otros vecinos del lugar. En los carritos había diversas frases escritas, y me llamo la atención especialmente lo que estaba escrito ( en portugués, claro)  en uno de ellos: " No envidie, trabaje".

Cuando mires a los demás, piensa que como dice el refrán americano " la hierba siempre parece más verde en el jardín del vecino". Desde la distancia todo parece perfecto. Incluso la tierra si vas lo suficientemente lejos en el espacio, parece un lugar pacífico.

earth by Nasa                                   Cortesía de  NASA / Goddard Space Flight Center

2. Gratitud por lo que uno tiene.

Decía Harold Coffin de que la envidia " es el arte de considerar las bendiciones de otra persona en lugar de las tuyas propias".

Olvidemos ese arte. Agradezcamos lo que tenemos y lo que somos y eso nos ayudará a olvidar la envidia.

3.Mentalidad de la abundancia.

Por suerte vivimos en un planeta llena de recursos. El que una persona se convierta en millonario o alcance el éxito, la fama o el reconocimiento de otros no impide que tú también lo consigas. Hay peces para todos en el mar.

4. Mira que puede tener de bueno para ti.

La envidia normalmente se produce en entornos cercanos, precisamente por lo que comentábamos antes de que suele darse más respecto de las personas que consideramos semejantes a nosotros en méritos y circunstancias..

Sin embargo en el mismo origen de la envidia en el entorno está en parte su solución. El que una persona de tu entorno tenga éxito, es en sí mismo un valor para  ti. Al abrirse paso esa persona, está también facilitando que tú que formas parte de su entorno tengas numerosas oportunidades con las que antes no podías contar.

Así que cuando sientas envidia, recuerda que es algo natural y que un cambio en la manera de ver las cosas puede ayudar a superarla.

Y cuando alguien sienta envidia de ti, intenta también recordar que es algo propio del ser humano.