La regla de los 20 segundos y el camino más cómodo.

Estás en el sofá, y de pronto recuerdas que es el día que has decidido que tienes que ir al gimnasio.

Te invade una tremenda pereza. Te vienen a la cabeza imágenes tuyas en el gimnasio, haciendo ejercicio y sintiéndote incómodo. Te vienen a la cabeza imágenes en que te relajas tranquilamente en el sofá. Después de tan solo unos segundos tu inconsciente ha decidido quedarse en casa. En tu mente la discusión parece que dura un poco más, pero en realidad la batalla ya está decidida. Te quedas en casa.

Ojalá hubiera un método para convertir algo sí en más sencillo.

Bueno, en realidad lo hay.

 

Por: flickr.com/photos/fabiolarebello/206950948/

Por: flickr.com/photos/fabiolarebello/206950948/

Convertir todo lo difícil en algo 20 segundos más sencillo.

 

Siempre que nos enfrentamos a una tarea complicada, de esas que nos cuesta hacer y nos hacen procrastinar ocurre una cosa. Como si fuéramos un velocista que está corriendo los 100 metros, tenemos que hacer un esfuerzo, pero ese esfuerzo no es homogéneo. Si tenemos que levantarnos, arreglarnos e ir al gimnasio, puede que el esfuerzo físico sea mayor cuando estamos en el gimnasio levantando pesas o  haciendo spinning, pero el esfuerzo mental es mayor cuando estamos poniéndonos en movimiento.

Si queremos poner una pelota en movimiento, la hemos de golpear con bastante fuerza. Para mantenerla en movimiento no es necesario golpearla tan fuerte. Basta con mucha menos energía porque la pelota ya está en movimiento.

A nosotros nos pasa lo mismo. Lo complicado es pasar del modo perezoso al modo activo.

¿Cómo podemos conseguir hacerlo más fácilmente?

Una manera de conseguirlo es la regla de los 20 segundos.

 

La regla de los 20 segundos.

 

Esta estrategia la menciona Shawn Achor en su libro "La ventaja de la felicidad" (The Happiness Advantage: The Seven Principles of Positive Psychology that Fuel Success and Performance at Work).

Según Shawn:

"Si puedes hacer el hábito positivo entre 3 y 20 segundos más fácil de comenzar, la posibilidad de que lo hagas se incrementa enormemente".

 

Si quieres ir al gimnasio, ten preparada la bolsa con la ropa deportiva, la toalla, la tarjeta del gimnasio y la botella de agua. Eso es lo que tendrías que coger en los primeros 20 segundos después de decidir ir al gimnasio. Así que si lo tienes preparado, esos primeros 20 segundos que son los más complicados, los tendrás ya solucionados.

Lo mismo se puede aplicar a ir a trabajar. Puedes tener preparada la ropa del trabajo, el maletín, y todo lo que necesites para ir a tu trabajo.

 

 La regla de los 20 segundos más.

 

 

Se me ocurre igualmente que si liberar el camino de una actividad la hace más probable, complicarlo la hará más improbable. Así, si quieres evitar una aplicación, puedes esconder el icono. Si quieres dificultar fumar, puedes colocar el tabaco en un lugar donde te sea más incómodo cogerlo, si quieres no volver conduciendo cuando hayas bebido, puedes aparcar el coche más lejos, para que te sea más incómodo coger tu propio coche que un taxi.

 

La regla del camino más cómodo.

 

Mezclando ambos conceptos, llego a la regla del camino más cómodo. Puedes facilitar o dificultar el acceso a los hábitos para hacerlos más o menos probables.

Es como si estuvieras en un cruce de caminos. Si uno de los caminos está totalmente limpio y reluciente con una cinta como la de los aeropuertos que te transporta sin hacer nada los primeros metros, y el otro está lleno de escombros e intransitable, es más que probable que escojas el camino más sencillo. Puede que tengas que acabar usando la fuerza de voluntad para coger el camino correcto, pero la adecuada configuración de los caminos, haciendo más sencillo el adecuado, y más complicado el inadecuado, hace que sea necesaria mucha menos fuerza de voluntad.

 

 

¿No escogerías el camino más cómodo?

¿No escogerías el camino más cómodo?

Regla del camino más sencillo.
Convierte el camino de los hábitos negativos en más complicado.
Convierte el camino de los hábitos positivos en más sencillos.